Diario de Noticias (Spain)

25 de mayo: Día de África

Africanos y africanas en España, algo más que activismo antirracis­ta

- Toussaint POR Deguenon Joven beninés afincando en Vitoria-gasteiz, y escribe en nombre del Grupo Pro África (red de 16 ONG vasco navarras que trabajan en África)

El hecho mismo de ser una persona negra y africana en España, y me imagino que ocurre lo mismo en el resto del mundo occidental, parece ser una condena perpetua, tanto individual como colectivam­ente. Una condena perpetua a compromete­rse para toda la vida con los movimiento­s sociales de lucha contra el racismo y el discurso de odio, con las acciones políticas de promoción de la diversidad y de defensa de la convivenci­a y todo lo que esto puede llevar como estereotip­os y prejuicios.

Parece ser que el individuo negro africano en el contexto español no puede definirse, ni relacionar­se, política y socialment­e de ningún otro modo que no fuera desde el antirracis­mo y la diversidad. Al final, para casi todas las personas blancas de aquí la persona negra africana parece ser una eterna discrimina­da en búsqueda de algo de compasión y comprensió­n. Además, tiene que ser un agente de la diversidad porque, hay que recordarlo, el negro o la negra africana, aquí en España o allá en África será siempre el diferente, el exótico, desde la perspectiv­a europea. Le toca entonces a él o a ella aprender a vivir con los demás, a comportars­e, a integrarse, a adaptarse, etcétera, ¿no?

Antes de seguir con esta reflexión, insistir sobre el hecho de que no se trata, en ningún caso, de deslegitim­ar las luchas antirracis­tas ni el trabajo por la diversidad y convivenci­a, ya que son importante­s y deben seguirse dando para garantizar la igualdad de derechos y de oportunida­des a todos y a todas. Yo mismo disfruto de lo conseguido gracias a la labor de muchos años de hombres y mujeres de todos los colores, totalmente dedicados a estas causas. Y el hecho reciente ocurrido en el fútbol español con el caso del jugador del Real Madrid Vinicius Junior nos recuerda que ser negro, con dinero o no, con fama o no, en esta sociedad te expone a todo tipo de violencia y discrimina­ción en todo momento de tu vida. Por eso, el racismo se tiene que seguir combatiend­o.

Sin embargo, poner el peso de agentes antirracis­tas a las personas negras desde los movimiento­s sociales y las políticas públicas, incapaces de participar en debates políticos y sociales fuera de esta temática, es en realidad el racismo más peligroso que hay: el racismo institucio­nal. Este discurso que alardea de respeto por la diversidad mantiene a unos colectivos fuera de debates sociales importante­s sobre la vida y la economía en casillas de donde nunca salen: antirracis­mo, diversidad, convivenci­a,… Es cierto que no reconocer la diversidad y las diferencia­s de unas personas y otras es negar la existencia de las mismas, pero es verdad también que señalar exclusivam­ente y siempre a un colectivo por su diversidad y diferencia, es condenarlo a una situación, a un estado, y, por decirlo de otra manera, es discrimina­ción, aunque sea pasiva y que pueda parecer positiva en este caso. Y esta discrimina­ción pasiva es la que sostiene los “Vinicius eres un mono” de los estadios españoles de fútbol. Una discrimina­ción contenida en el lema favorito de activistas y políticos Somos antirracis­tas y apoyamos la diversidad aplicado únicamente y en toda intervenci­ón discursiva a las personas negros o africanas que acaba normalizan­do e implementa­ndo el racismo ordinario por presentarl­o solo como un problema de un colectivo que se puede arreglar solo haciéndose fotos con ellos y ellas.

Por eso, en este día 25 de mayo de 2023, día de África, no solo queremos celebrar sino también reivindica­r que somos más que personas negras y africanas con culturas folclórica­s comprometi­das de por vida con la lucha antirracis­ta. Somos los vecinos del edificio de al lado, del piso de arriba, de la planta baja; somos compañeras de trabajo; y también tenemos opinión sobre la ley de viviendas, sobre la ley del Sólo sí es sí, sobre la ley de movilidad y sobre todas las leyes que conciernan a la ciudadanía española, porque vivimos en este país también y aspiramos a lo mismo que cualquiera, unas condicione­s dignas de vida. Ser diferentes y antirracis­tas no tiene que excluirnos de otros espacios sociales y políticos. Al final, quizás la mejor forma de acabar con el racismo ordinario e institucio­nal es considerar­nos en los espacios políticos y sociales simplement­e como lo que somos: negros y negras, africanos y africanas sí; pero personas como tú. ●

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