No paran de jugar
El Equipo Canino de la Policía Municipal de Pamplona se ha consolidado tras cuatro años de andadura con miles de intervenciones y denuncias, cuyo fin es “la prevención de conductas ilícitas relacionadas con las drogas”.
as secuencias que enmarcan este reportaje son solo dos actuaciones reales de las miles que ha llevado a cabo el Equipo Canino de la Policía Municipal en sus cuatro años de andadura. “No nos gusta hablar de números, ya que nuestro trabajo no se debe cuantificar con cifras. Es mejor darle calidad a cada intervención, a cada servicio y solucionar aquello para lo que eres requerido por el ciudadano u otros compañeros”, resaltan el agente primero Jesús Lecumberri, y su compañero, el agente Íñigo Zoco.
Junto a ellos, forman el equipo Tyrion, un pastor belga malinois, que tiene 5 años y medio; Zuri, una labradora, de 4 años y medio; y Aria, la benjamina, mezcla de pastor belga con pastor alemán, de 2 años y medio. “Desde que se creó la unidad en 2019, las intervenciones relacionadas con el consumo de sustancias estupefacientes se han amabilizado. Para los infractores, no es lo mismo que un policía realice un registro a que simplemente el perro pase a tu lado y te huela”, señala Lecumberri.
En este sentido, destaca que en las intervenciones con menores, “el perro es capaz de revisarlos sin tocarlos y eso te da mayor garantía. A la vez que te permite realizar la intervención de una forma no intrusiva y prestando la protección y el especial tratamiento que es necesario con ellos”, completa su compañero.
La droga que el Equipo Canino ha decomisado se contabiliza ya en kilos. “Se podrían destacar algunas aprehensiones de cierta cantidad relevante como fueron 300 gramos de cocaína a un varón que los llevaba ocultos en los genitales, 1.700 gramos de marihuana a otro o 500 gramos de
Lhachís a un joven”, exponen los dos policías que fueron, además, los impulsores de la unidad.
Al respecto, advierten de que “es importante hacer una reflexión y mostrar preocupación respecto al hecho de la normalización del consumo generalizado y especialmente en menores de edad. Desafortunadamente no hay un día que finalicemos el servicio y no hayamos hecho incautaciones de sustancias estupefacientes”. En los casos en los que el infractor es menor de edad, los propios policías comunican a los padres o tutores
Un reportaje de
la propuesta de sanción. “Tiene una finalidad educativa. Además, ahora los menores pueden realizar trabajos en beneficio de la comunidad en vez de que sus padres paguen la multa, lo que refuerza esa finalidad”, subrayan.
El Equipo Canino se creó para cubrir la necesidad de apoyo a las patrullas de Proximidad uniformadas en los registros, tanto corporales como en vehículos o en locales. “En otras Policías fuera de Navarra la Unidad Canina está más institucionalizado y es muy habitual que las policías locales o municipales tengan una Unidad
Fotografías
Canina, pero en Navarra lamentablemente no es así”.
Los dos policías no sólo llevan a cabo el operativo propiamente dicho, sino que se encargan del entrenamiento y el cuidado de los perros. “Viven con nosotros, en nuestras casas”, explican. “Entrenamos muy duro y nos seguimos formando día a día. Los resultados son fruto del trabajo que hacemos a diario”.
Desmienten que para entrenar a los perros se les proporcione droga. “Corre el bulo de que
EL JUEGO FAVORITO
drogamos a los perros para hacerlos adictos a la droga y que así sean capaces de encontrarla. La realidad es bien distinta: lo que para nosotros es trabajo –encontrar droga–, para nuestros compañeros de cuatro patas es su juego favorito. Cada vez que encuentran algo de sustancia, reciben su recompensa en forma de juguete. Imagina qué habría que darle de comer al perro que busca explosivos o al de rescate de personas”, bromean.
Los perros están capacitados para encontrar cualquier tipo de droga en sitios inimaginables. “La droga se esconde en los lugares más insospechados. Todo lugar que imagines puede ser susceptible de esconder droga. Hemos encontrado dobles fondos en vehículos, latas de refrescos falsas, desodorantes falsos, mecheros o llaves de coche falsas. Hoy en día en Internet se pueden adquirir decenas de sistemas de ocultación, que a simple vista son indetectables, pero para el privilegiado olfato de los canes nunca pasan desapercibidos”.
Cuando el perro detecta alguna sustancia, “la mayoría de las personas reaccionan bien. Que sea el perro el que descubra la ocultación de la sustancia hace que la intervención se suavice. Incluso en muchas ocasiones, a pesar de ello, nos piden el poder acariciar al animal. Ante el marcaje del perro, no es habitual que nieguen la evidencia de que llevan sustancia estupefaciente escondida”. Además, las personas “son informadas de que el hecho de la ocultación y la negación de su porte acarrea una sanción mayor que la simple colaboración, motivo por el que la mayoría reconoce que lleva droga encima”.
El Equipo Canino realiza principalmente “una labor preventiva y de