Ocho de cada diez agresiones sexuales en la infancia son a niñas o adolescentes
El aumento del consumo de pornografía en menores y los casos mediáticos disparan un 64% las violaciones grupales
PAMPLONA – Influenciadas por el aumento del consumo de la pornografía a edades tan tempranas y casos como la violación de La Manada y otros casos mediáticos, las agresiones sexuales grupales se han disparado más de un 64% en los últimos cinco años. La mayoría son perpetradas por adolescentes o jóvenes adultos contra una sola víctima, una niña de 15 años. Esta es la radiografía de las violaciones múltiples que recoge el informe Silenciadas, elaborado por Save the Children y presentado ayer coincidiendo con Día Internacional de la Mujer.
El informe parte de los datos del Ministerio del Interior sobre denuncias de delitos sexuales en 2022. Ese año se interpusieron en el Estado un total de 18.731 denuncias por violencia sexual, de las cuales casi la mitad (un 45 %) tenía como víctima a un menor de 18 años. De ellas, el 82% eran niñas o adolescentes.
En cuanto a los delitos sexuales cometidos en el entorno digital, en el 84% de los casos las víctimas son menores y, de ellas, el 74% chicas. “Ser niña vuelve a ser un factor de riesgo determinante para poder sufrir una agresión de este tipo”, lamentó la directora de Incidencia Política y Social de Save the Children, Catalina Perazzo. En cuanto a los agresores, los datos reflejan que en el 97% de los casos es un hombre y un 15,6% de los condenados por violencia sexual son menores de edad.
PORNOGRAFÍA Y ESTEREOTIPOS Perazzo explica este hecho en base a unos roles y estereotipos de género que se asocian a una determinada masculinidad desde la primera infancia y que está vinculada a la fortaleza física, ser activos sexualmente, vivir situaciones de riesgo, alejarse de las emociones y con actitudes de control y dominación, que se confunden con protección o incluso con afecto. Además, la investigación ve en este fenómeno la influencia de la pornografía y recuerda que casi 7 de cada 10 adolescentes consumen este tipo de contenidos y, de media, lo hacen por primera vez a los 12 años. Una pornografía de consumo masivo online, gratuita e ilimitada y cuyos contenidos están basados en la violencia y la desigualdad. La pornografía muestra aspectos que los chicos y chicas pueden reproducir como la no necesidad de pedir consentimiento, la ausencia de métodos anticonceptivos, la estigmatización de los cuerpos y cosificación de la mujer o el establecimiento de roles desiguales: dominio (chicos) y sumisión (chicas).
La mayoría de esas agresiones grupales se cometen por dos personas y tienen lugar los fines de semana. En un tercio de los casos, los agresores son menores de edad. Y, en lo que concierne a la infancia y adolescencia, el informe señala que el perfil de la víctima es el de una niña o adolescente sola, con una edad media de 15 años, cuyos agresores tienen una edad similar, se conocen con anterioridad y el delito suele cometerse con penetración y violencia.
“Hemos de tener en cuenta que más de un 10% de las agresiones sexuales múltiples son grabadas o fotografiadas como señal de dominio y a la espera de un reconocimiento del grupo de iguales, lo que muestra de forma clara cómo afectan las nuevas tecnologías e Internet a la forma de relacionarse de niños, niñas y adolescentes”, advierte Perazzo.●