VINGEGAARD SUEÑA CON EL TOUR
ENFERMERÍA RECIBE EL ALTA DEL HOSPITAL DE TXAGORRITXU TRAS SU GRAVE CAÍDA DEL 4 DE ABRIL EN LA ITZULIA E INICIA UNA CONTRARRELOJ PARA TRATAR DE RECUPERARSE A TIEMPO Y DEFENDER LA CORONA DE LA ‘GRANDE BOUCLE’ DESDE EL 29 DE JUNIO
PAMPLONA – “Hola a todos, es el momento para mí de dejar el hospital”. Esas palabras, repletas de esperanza, abrigaron el primer mensaje que lanzó Jonas Vingegaard tras su espeluznante caída en la Itzulia el pasado día 4. El danés se fracturó la clavícula, varias costillas y padeció un neumotórax por culpa del accidente en el descenso de Olaeta. Ese día, la Itzulia contuvo la respiración. Se quedó en estado de shock. Se le paró el corazón a la carrera vasca, de repente por los suelos, desangrada en un escena que emparentaba más con la guerra que con una competición. Vingegaard, el campeón de los dos últimos Tours, ovillado, dolorido al extremo y quebrado tuvo que abandonar la carrera en ambulancia. Inmovilizado, con un collarín en el cuello, y ayudado por oxígeno, fue trasladado de urgencia al Hospital de Txagorritxu, en Gasteiz.
El danés permaneció desde entonces en el centro hospitalario, donde fue intervenido el pasado día 9 de la fractura de clavícula. “Jonas Vingegaard fue operado con éxito de la fractura. Se recuperará en las próximas semanas, pero aún no está claro cuánto tiempo llevará su rehabilitación”, aseguraban desde su equipo, el Visma, a través de las redes sociales. Con todo, lo que más preocupaba a los médicos –Pedro Moneo, jefe de traumatología del centro sanitario, fue el encargado de llevar a cabo la intervención de clavícula– era el neumotórax provocado por el fuerte impacto y que fue la causa por la que Vingegaard permaneció tanto tiempo en el Hospital de Txagorritxu. Ayer se despidió con el brazo en cabestrillo y el pulgar de la mano izquierda en alto. Inmóvil por el trauma, aunque consciente en todo momento, el danés quedó tendido sobre la hierba debido al tremendo impacto de una caída escalofriante que le provocó el neumotórax (la lesión más importante) además de las fracturas de la clavícula y varias costillas. La recuperación de esa lesión ha alargado la estancia de Vingegaard en el centro sanitario. Una vez recibida el alta hospitalaria, Vingegaard continuará la rehabilitación durante las próximas semanas para tratar de estar presente en el Tour que arranca el 29 de junio con la idea de defender su estatus. El danés, que hasta el momento del accidente estaba completando una campaña inmejorable con victorias en O Gran Camiño y la Tirreno-adriático, conquistó la Grande Boucle en las pasadas dos ediciones tras batir a Pogacar en duelos magníficos. Con el objetivo de reeditar esos pleitos, el danés puso rumbo a casa en un avión medicalizado. Ese es el próximo reto al que se enfrenta Vingegaard desde que se estrellara en la maldita curva del descenso de Olaeta. En ese punto fatídico saltó por los aires la Itzulia, que contó numerosas bajas por la grave caída en un curva con el peralte inverso y el asfalto irregular debido a las raíces de los árboles cercanos. Con Vingegaard también cayeron Remco Evenepoel, fracturada la clavícula, Steff Cras, con los pulmones perforados y Jay Vine, que sufrió un golpe durísimo. El australiano fue el más afectado por el múltiple accidente. Sufrió una fractura cervical. Afortunadamente sin afección neurológica. Su rehabilitación es la más compleja y comprometida.
AGRADECIMIENTOS Vingegaard, en modo Tour, desea estar en la salida de Florencia, pero no es segura su presencia por los plazos y porque las lesiones sufridas son graves. Alterados los planes, tachado el calendario, comienza una contrarreloj el danés. La más importante de su vida. No solo se trata de regresar sino el modo de hacerlo. Todavía es prematuro saber cuáles serán los plazos de la recuperación. Esa es otra de las incógnitas adheridas sobre el cuerpo de Vingegaard. De momento, el danés vuelve a sonreír. No es poco dadas las circunstancias de la caída y las heridas que le provocó el impacto de un accidente que pudo resultar aún más grave para los ciclistas involucrados. A la imagen de la salida del Hospital de Txagorritxu, Vingegaard acompañó un texto para mostrar el agradecimiento por el trato recibido durante su periodo de ingreso en el centro de la red sanitaria vasca. “Quie
JONAS VINGEGAARD Ciclista del Visma
ro dar las gracias a todo el equipo médico por cuidarme tan bien. También quiero agradecer a todos el apoyo moral. He recibido muchos mensajes, regalos y dibujos. ¡Es reconfortante! Es el momento para una recuperación total. ¡Arriba los pulgares!”, escribió el danés, que durante su estancia de 12 días en el hospital estuvo acompañado por su esposa, Trine Hansen, y su hija, Frida. En la carrera francesa ellas también le suelen acompañar. Son parte indisoluble del danés, que festeja las victorias besando el anillo de casado. Vingegaard sueña con ese reencuentro en el Tour. ●
“Quiero dar las gracias a todo el equipo médico por cuidarme tan bien. Es el momento para una recuperación total”
“Agradezco a todos el apoyo moral. He recibido muchos mensajes. ¡Es reconfortante!”