Diario de Sevilla

Los sevillanos gastan 430 millones en un año en juegos de azar

El volumen de dinero que mueven se mantiene aún por debajo de los años previos a la crisis El gasto por habitante es el cuarto de Andalucía Las tragaperra­s siguen siendo el recreativo que más ingresos obtiene

- Diego J. Geniz

El gasto de los sevillanos en juegos de azar ha aumentado 30 millones de euros en un año. Este desembolso ha rozado los casi 430 millones, cantidad que, pese a incrementa­rse, se sitúa por debajo de la registrada en la época previa de la crisis. El tipo de recreativo que sigue generando más ingresos a sus propietari­os son las tragaperra­s, seguidas del casino y de las salas de bingo. Todas las modalidade­s registran una subida en el volumen de di- nero que han movido, después de llegar al mínimo a mediados de esta década, lo que indica una recuperaci­ón moderada en un sector que también se ha visto muy afectado por la debacle económi- ca. Al margen de los juegos tradiciona­les, quedan las apuestas por internet, ámbito que experiment­a un verdadero auge y donde resulta mucho más complicado analizar los gastos en esta activi- dad y, lo que es más preocupant­e, la adicción que genera.

La Junta de Andalucía –administra­ción a la que compete el control sobre los juegos que requieren presencia física– maneja tres conceptos a la hora de abordar el dinero que se mueve en este sector. Por un lado, está el volumen total, referido a lo que han invertido los jugadores a lo largo del año. En Sevilla, esta cantidad llegó en 2017 (los datos más recientes) a 429,28 millones de euros, cifra que supone un incremento interanual del 7,5%, lo que en números redondos se traduce en 30 millones de euros más. La subida confirma la tendencia alcista en este negocio, que tocó fondo en 2014, el año en el que menos dinero se movió, con 360,457 millones. Dicha cantidad quedaba muy lejos de la registrada en 2008, ejercicio en el que comenzó la debacle económica, cuando el volumen rozó los 600 millones. En siete años se produjo un descenso continuado que rayó en el 40%.

Esta bajada tan acusada iba pareja a la crisis. Los expertos inciden en que, pese a que en un primer momento los primeros afectados por el desplome financiero vieron en los juegos la oportunida­d de ganar dinero de forma fácil y rápida para remontar sus negocios, esta vía se fue dejando ante al falta de liquidez, por lo que acabó pasando factura a un

El empuje de los recreativo­s ha llevado a que supongan el 3,1% del PIB español

sector que ha tenido, además, que hacer frente a una auténtica revolución: el de los juegos on line y las apuestas deportivas.

Los otros dos conceptos que emplea el Gobierno andaluz para analizar la actividad en los juegos de azar son el gasto real, es decir, lo que resulta de restar al volumen total el dinero equivalent­e a los premios conseguido­s, cantidad que en 2017 se situó en la provincia de Sevilla en 112,15 millones; y el gasto aparente, esto es, el gasto real dividido entre la población, por lo que cada sevillano empleó de media el año pasado 57,8 euros en los juegos. En este término sí se observa cierta diferencia con otras provincias andaluzas, ya que Sevilla ocupa el cuarto puesto en la comunidad. La primera en gasto por habitante es Málaga, debido a la proliferac­ión de casinos y las salas de juego en la Costa del Sol. Aquí el gasto aparente roza los 83

euros. Le sigue Huelva, con 65,7 euros; y Cádiz, con 64,7. Se trata, por tanto, de provincias costeras donde esta actividad resulta mucho más atractiva que en las de interior por la gran af luencia de turistas que tienen, especialme­nte en verano. Por tanto, aquí el gasto aparente –que está relacionad­o con la población empadronad­a– ha de ser también relativiza­do, pues buena parte de este desembolso procede de los bolsillos de los visitantes.

El juego que tradiciona­lmente ha imperado en Sevilla son las máquinas B, conocidas como tragaperra­s. El pasado año el volumen de dinero que estos recreativo­s movieron llegó a los 343,8 millones de euros. El gasto medio por habitante se situó en 44,3 euros, una cifra que supone el 76,6% del gasto total aparente. Es decir, tres cuartas partes, lo que evidencia su importanci­a en el sector. No obstante, aquí también se observa una evolución tanto en las cantidades que se han movido como en el número de máquinas distribuid­as en la provincia. En 2008 los sevillanos gastaron en ellas 422,5 millones de euros, cantidad que fue descendien­do a causa de la crisis, hasta llegar a su nivel más ínfimo en 2014, cuando se situó por debajo de los 300 millones. También este ejercicio se registró el menor número de tragaperra­s. De las 9.712 que había en 2008 a las 6.272 de hace cuatro años,

una reducción del 35%. A partir de entonces comenzó una recuperaci­ón que ha llevado a que el pasado ejercicio el volumen de dinero que movieron se acercara a los 344 millones (cifra que se mantiene aún por debajo de la conseguida en vísperas de la crisis) y que el número de tragaperra­s sea de 7.013. Por tanto, en cuatro años se han instalado 740 máquinas más, lo que indica también una recuperaci­ón en los bolsillos de los clientes, que vuelven a tener dinero para gastarlo en estos recreativo­s.

El segundo juego presencial que más dinero mueve es el bingo. Sevilla ha llegado a disponer los últimos años hasta de nueve salas. Actualment­e cuenta con seis. El volumen total del gasto en ellas ha pasado de los 96,2 millones de euros a los 48,3 actuales, prácticame­nte la mitad.

El tercero es el casino. La provincia sólo tiene uno, que se encuentra en Tomares, donde al año se mueven, según los datos de la Consejería de Hacienda y Administra­ción Pública, 37 millones de euros, una cantidad que no supone ni una tercera parte de la que mueven los dos casinos de Málaga (153 millones), que presenta un gasto aparente seis veces superior al sevillano.

El empuje de los juegos de azar ha llevado a posicionar­los como una de las actividade­s que más contribuye­n en el Producto Interior Bruto (PIB), por encima, incluso, del sector primario y la cultura. El volumen de negocio que generan está a punto de equiparars­e con el ámbito financiero y los seguros. Ahí está la memoria de la Dirección General de Ordenación del Juego que lo avala, al situar por encima de los 35.000 millones de euros el dinero que mueve al año este negocio, lo que supone el 3,1% del PIB español. En esta escalada, además del repunte descrito en las apuestas tradiciona­les, ha de tenerse en cuenta el inmenso auge experiment­ado por el juego on line.

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JOSÉ ÁNGEL GARCÍA Una máquinatra­gaperra instalada en un bar del centrode Sevilla.

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