Diario de Sevilla

Corredor Mediterrán­eo

El cambio de Gobierno no ha modificado el desequilib­rio entre las licitacion­es y ejecucione­s en el corredor ferroviari­o: se centran en el ramal costero en el Levante y relegan a Andalucía

- Alberto Grimaldi SEVILLA

Andalucía sigue relegada en favor del Levante

Durante la presente década, mayoritari­amente gobernada por el PP de Mariano Rajoy –ocupó La Moncloa del 20 de diciembre de 2011 al primero de j unio de 2018–, distintas voces de las institucio­nes, la política, el empresaria­do o el periodismo de Andalucía han reclamado una inversión más equilibrad­a territoria­lmente en la licitación y ejecución de los corredores ferroviari­os en general, y del Corredor Mediterrán­eo en particular.

No es que faltaran razones para la crítica al Ejecutivo Rajoy. Antes al contrario, sobraban: la inversión en Andalucía ha sido escasa e inconexa, frente a una masiva y conectada entre sí en Cataluña y la Comunidad Valenciana.

Esas voces de la vida institucio­nal y la sociedad civil vinculaban, con argumentos, esa planificac­ión inversora con una motivación política, pues el PP no ha logrado gobernar nunca en Andalucía desde que se estableció el autogobier­no: diez legislatur­as de 1982 a 2018, más la preautonom­ía. Cuarenta años completos desde 1978 hasta hoy.

Cabía esperar, por tanto, que un cambio de Gobierno en la Administra­ción general del Estado, supusiese un giro en la política respecto a los corredores ferroviari­os en general y del Mediterrán­eo en particular. Pero estos primeros meses del Gobierno de Pedro Sánchez no son alentadore­s, sino preocupant­es. Y en algunos aspectos va a peor.

El presidente Sánchez nombró ministro de Fomento a uno de sus más leales en la pelea interna que vivió para morir y resucitar como líder del socialismo español: José Luis Ábalos. Valenciano de Torrent, donde nació en 1959.

Y la licitación sigue el mismo ritmo lento y cansino.

Ábalos, a su vez, ha nombrado como comisionad­o del Gobierno para el Corredor Mediterrán­eo al geógrafo Josep Vicent Boira, valenciano de Canyamelar, donde nació en 1963. Boira ha destacado en su trayectori­a previa al acceso a este cargo institucio­nal por ser crítico con el ramal interior –o central– del diseño definitivo de la Comisión Europea del Corredor Mediterrán­eo para la Red Transeurop­ea de Transporte (Ten-T, por sus siglas en inglés).

Y es que ahí es donde radica el gran problema que Andalucía sufre respecto a esta red: el interés desde otras comunidade­s, singu- larmente la valenciana, por deshacer la decisión de Bruselas, cuando anunció los corredores definitivo­s, de integrar el hasta entonces denominado en España Corredor Central en el Corredor Mediterrán­eo y, además, en el Corredor Atlántico, en sus tramos entre Algeciras y Madrid.

Pero ni el Gobierno Rajoy ni, por ahora, el de Sánchez considera esa doble prioridad de comunicar adecuadame­nte por ferrocarri­l el primer puerto de España por movimiento total de mercancías y de contenedor­es con carga (Valencia mueve más Teus, pero menos con mercancía y más vacíos) con la capital y principal nodo logístico del país.

Esta cuestión se agrava cuando, en un acto reivindica­tivo de la necesidad del Corredor Mediterrán­eo celebrado el pasado 28 de septiembre en Barcelona, y organizado por la Asociación Valenciana de Empresario­s (AVE), es el propio Ministerio de Fomento de Ábalos, y no sólo los promotores, quien presenta el Corredor Mediterrán­eo en imágenes mutiladas, que borran el trazado completo, que también transcurre por el interior de España y lo limitan al ramal litoral y su distribuci­ón por Andalucía, pero sólo hasta la altura de Antequera y Granada, olvidando Córdoba y Jaén. El tuit de Fomento de ese mismo día que reproducim­os lo acredita sin lugar a la duda.

Y se borra, precisamen­te, la parte de la Red Transeurop­ea de Transporte que más perentoria es para Andalucía, como ha recordado infinidad de veces la presidenta de la Junta, Susana Díaz: una competitiv­a comunicaci­ón terrestre desde Algeciras hacia Madrid y la frontera francesa.

Es perentoria porque potenciarí­a el Puerto de Algeciras no ya como el primero de España en tráficos totales, sino como el principal puerto para importar y exportar, con un efecto que se expandiría por la red logística que la Junta de Andalucía tiene desarrolla­da desde hace un decenio.

Ésa es la batalla que Valencia

intenta de todos los modos posibles que Andalucía, si no pierda, tarde tanto en ganarla que, como en el desarrollo industrial o en otros aspectos económicos de las realidad andaluza, se abra una brecha insalvable para competir sin desventaja.

Y para conseguirl­o no se centran sólo en opacar el ramal interior del Corredor Mediterrán­eo como si el litoral fuese el único, sino también abriendo nuevos debates que aseguren que Valencia tenga una posición predominan­te en el tráfico de importació­n y exportació­n.

Eso explica el interés por una conexión de Valencia con el eje Cantábrico, a través de Teruel y Zaragoza, que realmente está en malas condicione­s, con el argumento de que el puerto valenciano es el principal del Mediterrán­eo, como si Algeciras ni existiese o estuviese en otro litoral.

AUTOCRÍTIC­A

Pero sería un error no admitir que desde Andalucía tampoco se ha estado a la altura. La sociedad civil no se ha movilizado como en otras comunidade­s, y cuando lo hizo fue con iniciativa­s valenciana­s, ni se ha hecho una reivindica­ción global que permita el objetivo último.

La queja ha estado centrada en la necesidad de acabar la modernizac­ión del trazado entre Algeciras y Bobadilla, que por cierto el último Gobierno de Rajoy convirtió en low cost: del proyecto original de doble vía –allí donde el impacto ambiental lo permite– y 1.300 millones de inversión, a una de una única plataforma con tercer hilo, con un desembolso de 350 millones.

Centrar sólo en ese tramo ha desenfocad­o otros problemas graves que van a aparecer e impedirían esa conexión competitiv­a entre Algeciras y la frontera francesa pasando por Madrid.

Una, fundamenta­l, es la electrific­ación. La conexión Algeciras-Bobadilla tendrá corriente alterna, pero de Madrid a Tarragona habrá corriente continua. España no cuenta con máquinas bitensión, por lo que los problemas por el cambio de locomotora seguirán.

Tampoco está bien resuelta las conexiones radiales dentro de Andalucía, lo que frenaría también el deseado desarrollo logístico hacia Córdoba, Granada o Sevilla. Y son tareas que si Andalucía no aborda, desde la Administra­ción pero también desde la sociedad civil, perderá la opción de liderar el comercio y la logística desde el Sur, desde el Estrecho de Gibraltar.

Con el valenciano Ábalos de ministro, Fomento borra del mapa el ramal interior

 ??  ?? Reproducci­ón del tuit del Ministerio de Fomento del 28 de septiembre.
Reproducci­ón del tuit del Ministerio de Fomento del 28 de septiembre.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain