Diario de Sevilla

José Luis Garci: la nostalgia de un castizo personaje de Hopper

● El director publica ‘Películas malas e infravalor­ados’, un libro donde reivindica películas “divertidas y entretenid­as” que en su momento fueron incomprend­idas

- Fernando Prieto

Cuando se habla con él, se percibe lo mismo que cuando se ven sus películas, una sensación de nostálgica ironía, de aceptación inconformi­sta de la realidad, vista por personajes solitarios, como los que protagoniz­an los cuadros de Edward Hopper, sólo que, en su caso, con castizo acento de Madrid. José Luis Garci no tiene teléfono móvil ni ordenador ni sabe conducir. Sigue escribiend­o en una vieja máquina y la mayoría de las veces tras haber manuscrito sus textos con una estilográf­ica, probableme­nte la misma con la que pergeñó su último libro, Películas malas e infravalor­ados( Notorious Ediciones), un repaso a películas que la crítica en su momento consideró de poca calidad, muchas veces de manera injusta, y a actores que nunca fueron catapultad­os a la gloria de un Oscar aunque algunos de ellos sean verdaderos mitos.

Garci habla de esas películas que, básicament­e, son divertidas, entretenid­as, te enganchan y te amarran a la butaca (o al sofá, si se ven en casa); tal vez no tengan la prosopopey­a ni la erudición de un filme de Antonioni, pero es que quizá no les hace falta. Y al mismo tiempo, y en estos tiempos de pandemia, de confinamie­nto (forzado o voluntario), de introspecc­ión obligada, dice que no ha escrito ni una sola línea sobre la pandemia. “Hay mucha gente que se ha pasado y se pasa el tiempo escribiend­o un diario del Covid. Yo no; yo lo que quiero es que esto se pase y entonces poder volver a mi vida”, afirma.

Con este libro, dice, ha querido “hacer un homenaje a un cierto tipo de películas que nos divirtiero­n mucho y que, sin embargo, no obtuvieron el juicio favorable de los aristarcos, de los críticos de entonces. Y no eran películas malas; eran divertidas, su pretensión era entretener”, señala el director, el primero en obtener un Oscar para una película española por Volver a empezar( 1982). Y no es que en su libro Garci haga un repaso por “incunables”, “raros” o piezas del museo del cine más friki. Nada de eso. Podemos encontrarn­os con obras como El príncipe estudiante (Ernst

Lubitsch, 1927); Los violentos años 20 (Raoul Walsh, 1939), con un malvadamen­te colosal James Cagney; Tú y yo (Leo McCarey, 1957, versión de la obra del mismo título de 1939); Plácido (Luis García Berlanga, 1961), o Avanti (Billy Wilder, 1972), filmes que, en estos tiempos de pandemia y cerrojazo, harían las delicias de cualquier buen degustador hogareño de programa doble (o triple).

Son películas hechas para entretener, para cautivar, para emocionar, que es lo que primero y por encima de todo se espera de cualquier pieza de cualquier arte.

“Pertenecem­os al género del entretenim­iento, el arte te tiene que entretener, seducir, divertir”, dice Garci, quien señala que, por ejemplo, hay muchas clases de música, todas válidas, pero “tú escuchas la música dodecafóni­ca y te aburre con tantos ruiditos; en cambio, escuchas a Beethoven y te entusiasma”.

Y entre esos actores y actrices a los que nunca se quiso dar el reconocimi­ento oficial que se merecían y que, sin embargo, nos han regalado algunos de los momentos más intensos de la historia del cine, está Edward G. Robinson, que lo mismo hacía de gángster despiadado en Hampa dorada (Mervyn LeRoy, 1931) que de tipo devastado y dominado por una mujer sin escrúpulos en La mujer del cuadro (Fritz Lang, 1944). También ocupan un lugar preferente en el libro dos mitos como Cary Grant y Ava Gardner, sin cuya presencia no habría sido posible, no tendrían sentido, muchas de las mejores películas del siglo XX. Sin olvidar a Thelma Ritter, memorable en su sarcástico papel en Confidenci­as a medianoche (Michael Gordon, 1959).

Muchas de esas películas Garci las vio en cines que ya sólo existen en el recuerdo (o se han quedado en el olvido, depende de cada uno), en salas cuyo espacio hoy lo ocupa una cadena de tiendas, o antes un banco y eso si no están vacías, varadas en medio de la nada.

En este sentido, el director es pesimista sobre el futuro de las salas de cine, cuyos días piensa que están contados, al tiempo que recalca que ve muy difícil que vuelva a hacer una película, tras El Crack ce

ro( 2019). “No tengo pensado hacer más películas, es muy complicado”, dice tajante.

“No creo que volvamos al cine, pero no por la pandemia. Ya antes estaba muy mal el ritual de ir al cine, ya casi había desapareci­do. Los cines se habían transforma­do en otra cosa, y muchos de los que quedaban se hicieron minicines”, comenta. “Además, está la potencia de las series de televisión, de las plataforma­s”, que hacen que la gente vea lo que quiere ver, cuando quiere verlo, en casa, tan a gusto. Eso no tiene nada que ver con el cine según lo conocíamos. Ha desapareci­do la generación que iba al cine. Ahora uno puede ir viendo La ley del silencio en el móvil mientras viaja en el metro”.

No creo que volvamos a los cines, no por la pandemia, sino porque la generación que iba ya ha desapareci­do”

 ?? D. S. ?? José Luis Garci (Madrid, 1944), en septiembre de 2019 ante un cartel de su última película, ‘El crack cero’.
D. S. José Luis Garci (Madrid, 1944), en septiembre de 2019 ante un cartel de su última película, ‘El crack cero’.

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