Renovación de la flota de Bomberos y mejoras
No han sido los últimos años especialmente trágicos en Sevilla capital en el capítulo de incendios en viviendas. Después de numerosas campañas de prevención por parte de los Bomberos, se consiguió reducir al mínimo el número de víctimas mortales en los fuegos en viviendas. Para ello fue clave una labor de difusión sobre el peligro de los braseros y la necesidad de instalar detectores de humo para una rápida detección de las llamas. A ello se le une la profesionalidad de los Bomberos del Ayuntamiento de Sevilla, que suelen actuar con gran rapidez y cuentan con una elevada experiencia en materia de rescates. Fue eso precisamente lo que provocó que este inicio de 2021 no fuera todavía más trágico de lo que fue en el incendio de la residencia de ancianos Domusvi de Santa Justa, donde sólo murió una mujer de 89 años después de que otras 90 personas fueran rescatadas. Antes de esta señora, el Consistorio hispalense sólo tenía contabilizada una víctima mortal en incendios en edificios desde el año 2017, si bien hay algunas más que murieron después en los traslados al hospital o como consecuencia de la intoxicación o las heridas que sufrieron. El caso que tiene registrado el Ayuntamiento es el de un varón de edad avanzada que falleció en el incendio de su vivienda en la calle Leiria, en Triana, en enero de 2019. Las estadísticas de los Bomberos reflejan un descenso importante en los incendios estructurales. En 2017 hubo 1.555 casos sobre un total de 6.512 salidas. En 2018 se produjo un descenso, con 1.253 fuegos en edificios sobre un total de 6.109 salidas. En 2019 se contabilizaron 1.367 incendios estructurales y 5.917 salidas, y en 2020 esa cifra cayó mucho, hasta los 993 fuegos en inmuebles sobre 4.966. Fuentes municipales achaban el “buen número de inversiones” en el servicio de Bomberos como una de las causas de esta reducción de víctimas mortales. En los últimos cinco años se ha renovado la flota y se han actualizado los equipos y mejorado los medios. “Esta apuesta por la mejora de sus medios incrementa la seguridad de la ciudadanía y a la vez eleva el grado de protección de los propios bomberos”, explican las fuentes, que añaden que ésta es “una política de adquisiciones permanentes que desde el gobierno municipal se lleva a cabo llegando a ejecutar la totalidad de las partidas presupuestarias disponibles para inversiones y de las aportaciones de Unespa (en torno a cinco millones de euros en el anterior mandato)”. Todas estas adquisiciones, apuntan, “han sido realizadas a través de un modelo participativo contando con los propios profesionales que utilizan los medios”. Por ejemplo, se han comprado cinco bombas urbanas ligeras (BUL) de dimensiones reducidas para la estrechez del casco histórico o las calles de barrios saturadas de coches en doble fila. También se ha adquirido un vehículo autoescalaera de hasta 42 metros con brazo articulado, que permite mayores alturas de rescate por fachada, o una autoescala con altura de rescate de 20 metros para lugares más angostos, entre otros vehículos.