Piden 12 años de cárcel para un hombre que tenía en su casa droga y un fusil de guerra
El acusado, que es juzgado hoy en la Audiencia, guardaba un Cetme y 316 cartuchos
La Sección Cuarta de la Audiencia de Sevilla tiene previsto celebrar hoy un juicio contra un vecino de La Puebla del Río, en cuya vivienda fueron descubiertos 441 gramos de resina de cannabis, 85 gramos de cannabis, aproximadamente 133 gramos de cocaína, unos 4,5 gramos de heroína y un fusil de guerra Cetme “en correcto estado de funcionamiento”, junto con 316 cartuchos también “en buen estado de conservación” para su uso.
En el escrito de acusación de la Fiscalía se detalla que a primera hora del 4 de agosto de 2017, el acusado, de 33 años de edad e identificado como Alejandro J.R., “tuvo un altercado con dos jóvenes” en las inmediaciones de la calle Palmar de La Puebla del Río, interviniendo la Policía Local. Los agentes, según la Fiscalía, conminaron a Alejandro J.R. a identificarse, ante lo cual él “condujo” a los policías a su domicilio para recoger allí su documentación y, al llegar a la vivienda, “autorizó” a los efectivos a entrar en la misma. Una vez dentro de la vivienda, según narra el Ministerio Público, los agentes se percataron de que Alejandro J.R. tenía allí “numerosas dosis de sustancias estupefacientes preparadas para la venta a terceros”, ante lo cual arrestaron al acusado y dieron cuenta de lo sucedido al juzgado de guardia.
El registro de la vivienda deparó el hallazgo de 441 gramos de resina de cannabis divididos en tabletas, 85 gramos de cannabis, aproximadamente 133 gramos de cocaína divididos en diversos envoltorios, unos 4,5 gramos de heroína e instrumentos relacionados con la preparación de las dosis de estupefacientes de cara a su venta, como dos balanzas de precisión u hojas metálicas de corte. En total, las sustancias estupefacientes intervenidas en la vivienda habrían alcanzado un valor calculado de 21.590 euros en el mercado ilícito.
Pero los agentes descubrieron también un fusil de asalto modelo Cetme, un “arma de guerra prohibida” a los ciudadanos incorporada a mediados de los años 50 del siglo XX al Ejército Español hasta constituir el fusil estándar entre sus tropas. El arma estaba “en correcto estado de funcionamiento”, contando con su correspondiente cargador metálico y 316 cartuchos, “todos ellos en buen estado”.