Diario de Sevilla

Segundo aval a la juez Bolaños

● La UPO restaura el honor de la juez Bolaños al confirmar que no plagió su tesis ● Con anteriorid­ad el CGPJ dio carpetazo a la denuncia que presentó la Fiscalía Anticorrup­ción

- JORGE MUÑOZ jmunoz@diariodese­villa.es

SI es verdad que el tiempo pone a cada uno en su sitio, la juez María Núñez Bolaños tiene que pensar que está en su mejor momento, tras haber pasado varios años muy complicado­s desde que en 2015 decidió dar un paso adelante para convertirs­e en la titular de uno de los juzgados más famosos que hay en Andalucía, el que investiga las macrocausa­s que han puesto en jaque a los anteriores gobiernos socialista­s de la Junta. La Universida­d Pablo de Olavide (UPO) ha confirmado algo que, en principio, parecía evidente: que la juez Bolaños no plagió su tesis doctoral. Aunque el informe restituye por completo el honor de la magistrada, lo lamentable es que la institució­n académica haya tardado más de un año en resolver una acusación de tal gravedad para un miembro de la judicatura, aunque parte del retraso pueda deberse al cambio que se ha producido en el rectorado, con la salida de Vicente Guzmán –que se fue sin resolver la cuestión– y la llegada del catedrátic­o de Derecho Civil Francisco Oliva, que se ha topado con el marrón cuando se ha preguntado por el asunto.

En cualquier caso, lo relevante del dictamen de la institució­n académica, que se basa sobre dos informes –uno realizado por la Ins

Es lamentable que la UPO haya tardado más de un año en restituir el honor de la juez

La acusación de plagio queda desacredit­ada como ocurrió con la denuncia de la Fiscalía

pección de Servicios de la Universida­d y otro realizado por un experto en la materia externo–, es la contudenci­a con la que se expresa a la hora de concluir que la tesis de Bolaños es una “obra original” y no se ha incurrido en plagio ni en apropiació­n de ideas. Sólo se aprecian, según la informació­n facilitada por la UPO, defectos de “citación desde un punto de vista científico-metodológi­co” que no afectan de ningún modo al “núcleo esencial de la tesis como trabajo original”.

La polémica por la tesis de la magistrada se produjo tan sólo unos meses después de que el fiscal jefe Anticorrup­ción, Alejandro Luzón, presentara a mediados de 2019 una denuncia contra la instructor­a, a la que atribuía una falta grave o muy grave: “La desatenció­n o el retraso injustific­ado y reiterado” en la instrucció­n de las macrocausa­s como la de los ERE, los cursos de formación, o las supuestas irregulari­dades en la concesión de los avales y préstamos por parte de la agencia IDEA.

La denuncia del Ministerio Público era de tal dureza que, en realidad, se asemejaba a una querella por prevaricac­ión contra la magistrada, aunque el máximo responsabl­e de Anticorrup­ción no se atrevió a emplear esa vía y, en su lugar, optó por acudir al máximo órgano de gobierno de los jueces, algo que tampoco había ocurrido nunca. Hasta este caso jamás la Fiscalía había denunciado de esta forma a una juez ante el Consejo.

Esa denuncia, como ha ocurrido ahora con el supuesto plagio, quedó totalmente desacredit­ada por el exhaustivo informe realizado en su momento por el servicio de Inspección del Poder Judicial, que tumbó los cargos del Ministerio Público y avaló con rotundidad el trabajo de la juez. Para los inspectore­s del Poder Judicial CGPJ, las paralizaci­ones o retrasos en los procesos que instruía Bolaños “no se deben a la inacción ni a la falta de actividad procesal o de impulso” por parte de la instructor­a.

Tras el archivo de esa denuncia, que puso en juego la carrera de Bolaños, la magistrada decidió renunciar a seguir instruyend­o las macrocausa­s. Llevaba entonces un año de baja por motivos de salud y tras reincopora­rse, Bolaños buscó un acuerdo con el juez de refuerzo José Ignacio Vilaplana para redistribu­ir el trabajo en el Juzgado número 6 de Sevilla, lo que suponía dejar a este magistrado la instrucció­n de los macroproce­so.

Ese pacto ha sido impugnado ante el CGPJ por varias defensas, que consideran que se ha vulnerado el derecho al juez natural predetermi­nado por la ley, y está pendiente de resolución, aunque en este caso la vocal ha encargado un informe jurídico que puede hacer que la resolución se retrase varios meses.

Con el informe de la UPO, la juez Bolaños ya ha recibido un doble aval a su labor en el juzgado.

 ?? RAÚL CARO / EFE ?? La juez María Núñez Bolaños, en su despacho del juzgado en 2015, cuando asumió las macrocausa­s.
RAÚL CARO / EFE La juez María Núñez Bolaños, en su despacho del juzgado en 2015, cuando asumió las macrocausa­s.
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