ALCÁNTARAS
LAS cosas claras y el espeso de Jesús Cintora ya suelen estar por debajo del 8% de cuota todos los días. TVE no puede justificar el coste de esta tertulia política que sólo viene a mermar la credibilidad de la cadena pública y que no se sostiene ni por contenido, ni por servicio público, ni acogida por la audiencia. Es un espacio que por su duración (lo han alargado en media hora desde este mes) y por la clara línea editorial de su conductor y enfoques (las pluralidades aquí son coartadas) está en antena por complacer al Gobierno y en especial para dar alas al argumentario de Unidas Podemos, que exigió la presencia del contenido. Todo ello desemboca en un avivado desastre en torno al prestigio y reconocimiento de una cadena pública con la que el público se identifica cada vez menos.
Y después hay graves errores como el de la serie estrella de La 1, Cuéntame cómo pasó. Sus guionistas y creadores han tenido un fallo de cálculo al otear que enero habríamos superado la pandemia y que lo acaecido en primavera habría sido una pesadilla pasajera y superada. Los dos últimos capítulos han girado en torno a la agonía en dos planos de Antonio Alcántara, en 1992 con un atropello y en 2020 con el coronavirus.
Es una carga dramática demasiado potente para un grueso de la audiencia que ya tiene bastante con la realidad como para tener una cita cada jueves con la UCI y las angustias de la familia Alcántara. Entre desgarros de emoción, a lo que aspiran los guionistas con un drama, y la asfixia pesarosa de estas recientes entregas es una sobredosis innecesaria. El buen rumbo que llevaba la histórica ficción de Ganga puede acabar en un accidente de audiencia por este exceso trágico o por romper el final feliz de Carlos.
Si lo que hay por delante de los capítulos por estrenar es más de lo mismo, vaya aquí un consejo nada descabellado: sería preferíble interrumpir la temporada y hacer varios capítulos de recopilación de mejores momentos. El público de Cuéntame no está en estos momentos para asumir tantos disgustos, aunque sean ficticios.