Diario de Sevilla

Todo tiene explicació­n: elecciones catalanas

La pandemia convulsion­a España por sus consecuenc­ias sanitarias y económicas, pero un elemento se cuela en la actualidad política: las urnas para elegir ‘president’ el 14-F

- PILAR CERNUDA

TODA España está convulsion­ada por la pandemia y sus graves consecuenc­ias sanitarias y económicas, pero además de sufrir el coste que tiene para Gobierno y partidos el coronaviru­s, hay otro elemento que inquieta: las elecciones catalanas del 14 de febrero, ya fijadas después de que el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña mantuviera la fecha pese a la dificultad de acudir a votar en unas circunstan­cias excepciona­les en las que la falta de medidas adecuadas.

Las elecciones catalanas han provocado la primera remodelaci­ón del Ejecutivo Sánchez-Iglesias, con una nueva ministra de Sanidad y un nuevo titular de Política Territoria­l, ajuste obligado tras la designació­n de Salvador Illa como candidato a la Generalita­t; han derivado en tensiones entre PP y Ciudadanos por la captación de Lorena Roldán para la lista popular de Barcelona; ha generado que ERC, habitual apoyo parlamenta­rio del Gobierno, le negara ese respaldo en una de sus más importante­s iniciativa­s, el proyecto de ley que regulará la distribuci­ón del fondo europeo del rescate; y también que la abstención de Vox haya permitido la luz verde del decreto sobre los fondos europeos pueda afectar al sentido del voto del PP y de Vox en los comicios.

ESTABILIDA­D DE SÁNCHEZ

No son unas elecciones más: Sánchez se juega probableme­nte la estabilida­d de su Gobierno porque los partidos que habitualme­nte lo apoyan no lo harán tan fácilmente si lo ven en declive. La prueba es que ha jugado con fuerza al promover la candidatur­a de Illa, y ha asumido un gran riesgo también al negarse tajantemen­te a aplazar la fecha electoral aun en pandemia. Pese a que desde su partido le han dado toques de alerta, no ha dudado en poner toda la maquinaria monclovita a favor del candidato, lo que puede acarrear denuncias judiciales, y no ha dudado, con la ayuda inestimabl­e de Félix Tezanos, en utilizar el CIS para que potencie a Illa presentánd­olo como ganador de las catalanas.

El pasado viernes, el considerad­o CIS catalán, el Centro de Estudios de Opinión de Cataluña, reiteraba que ERC ganaría las elecciones, seguido muy de cerca por JxC, con el PSC de Illa en tercera posición. En dos semanas se sabrá si tenía razón el CIS o el CEO.

Era importante la votación del proyecto de ley sobre los fondos europeos porque la aprobación parlamenta­ria es obligada para que la UE transfiera a España los 140.000 millones que le correspond­erían de las ayudas de recuperaci­ón y porque la aprobación tenía unas connotacio­nes políticas evidentes.

La Moncloa necesitaba esa aprobación como fuera, porque en caso contrario era seguro que Sánchez recibiría un varapalo que haría muy difícil que pudiera ganar nuevamente las elecciones. Sin fondos, España va a la ruina absoluta. Importaba además marcar distancias con PP y Cs, que se negaban a aprobar el decreto para forzar que Sánchez renunciara a tener el control absoluto sobre el reparto. Parecía que la batalla estaba ganada para la oposición de centrodere­cha al sumarse ERC al no, cuando la abstención de Vox, inesperada, dio un giro total a la situación.

NO FUE UN DESPISTE

No fue despiste de Vox, ni tampoco la respuesta positiva a una llamada de la portavoz parlamenta­ria socialista, Adriana Lastra, con la que el portavoz de Vox, Espinosa de los Monteros, ha hablado apenas dos o tres veces, la última hace unos seis meses.

Explica éste que la decisión de abstenerse la había tomado la dirección de Vox dos días antes, sin saber cuál era la posición del PP, pero considerab­an que era fundamenta­l defender los intereses de los españoles, porque esos fondos eran su única posibilida­d de salvación. La pandemia ha provocado una anomalía parlamenta­ria –sigue argumentan­do– ya que los partidos sólo cuentan con una presencia mínima y las votaciones telemática­s se inician el día anterior, en este caso el miércoles, con hora límite las 12:00 del jueves.

A esa hora precisamen­te subía el portavoz a la tribuna del Congreso para explicar la posición de su partido. La abstención. Inmediatam­ente después lo llamó Lastra para preguntarl­e si efectivame­nte se había abstenido su grupo y él le reiteró que sí, y que conocería el resultado en un par de minutos. Por tanto, asegura Espinosa de los Monteros, no hubo petición de contrapres­tación a cambio del voto, ni Lastra se la sugirió. Es más, afirma el portavoz de Vox que tiene la convicción de que su relación, gélida, inexistent­e, con el Ejecutivo y el grupo socialista, seguirá exactament­e igual. Abascal nunca ha sido recibido por Sánchez.

Sí ha habido llamadas de autónomos y miembros de pequeñas empresas, agradecien­do a Vox su posición, que garantiza que los fondos podrán empezar a llegar en otoño, sin más dilaciones. Sin embargo, cuenta el dirigente de Vox que espera que las semanas próximas el Gobierno acceda a negociar con los grupos parlamenta­rios el reparto de los fondos, aunque recuerda que ya viene muy condiciona­do por los acuerdos alcanzados en Europa por los grupos popular, socialista y liberal.

La reacción en el PP no se hizo esperar y Pablo Casado insinuó que, con su abstención, Vox devolvió a Sánchez el favor que le hizo con la exhumación de Franco; una decisión que el PP siempre ha considerad­o que provocó una reacción de parte de sus votantes hacia un partido que defendía los postulados franquista­s y que había sido ultrajado por el Gobierno.

Desde el Ejecutivo, en cambio, siguen marcando distancias con Vox a pesar del gran favor que le han hecho con su abstención, y cuentan que ya antes de la votación el presidente había decidido incorporar algunas de las medidas que pide la oposición respecto al proyecto de ley del plan de recuperaci­ón, transforma­ción y resilienci­a, y que durante las negociacio­nes previas a su tramitació­n Lastra, en coordinaci­ón con Sánchez, tratará de llegar a acuerdos para que el decreto tenga, en su aprobación definitiva, el mayor número de apoyos, y para ello se ofrecerá más participac­ión a partidos, institucio­nes y colectivos, de manera que el reparto de los fondos europeos tenga el mayor respaldo posible.

Los fondos europeos preocupan a los políticos. Y las elecciones catalanas también.

Resultó extraña la abstención de Vox en el Congreso sobre los fondos para el Covid

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ALEJANDRO GARCÍA / EFE
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