Corazones a punto en el Hospital Infantil del Virgen del Rocío
● La unidad de Cardiología Pediátrica incorpora la ergoespirometría para estudiar la intolerancia al esfuerzo y poder pautar hasta qué intensidad es seguro el ejercicio
La Unidad de Cardiología Pediátrica del Hospital Infantil del Virgen del Rocío realiza en sus consultas desde el pasado mes de octubre una de las técnicas más valoradas por los deportistas: la ergoespirometría. Se trata de la realización de una prueba de esfuerzo cardiopulmonar (CPET), que se ha convertido en una herramienta fundamental para estudiar la respuesta fisiológica integrada en los sistemas cardiovascular, respiratorio, hematológico, metabólico y músculo-esquelético, que hasta ahora, por el tipo de maquinaria disponible, sólo se hacía en adultos o adolescentes y que desde hace tres meses es posible también en los más pequeños.
La ergoespirometría es una técnica no invasiva y dinámica que evalúa el efecto que causa sobre el corazón el ejercicio físico, pero que también sirve para medir la capacidad pulmonar y el metabolismo muscular de los pacientes. “Es una prueba con mucho valor diagnóstico que nos permite mirar el aparato cardíaco, pero en relación con el respiratorio y metabólico, con lo cual nos da mucha información. Concretamente, en cardiología nos permite ver cómo se comporta la bomba cardíaca en determinados contextos metabólicos y pulmonares y aclarar si el origen de la intolerancia al esfuerzo de un paciente es por parte del corazón, que no late lo que toca, por parte del pulmón, que no respira como debiera, o si son los músculos que no son capaces de coger el oxígeno que necesitan”, explica la médica adjunta de Cardiología Pediátrica en el Virgen del Rocío, Begoña Manso.
Uno de los grupos de pacientes más beneficiados por este tipo de exploración son los portadores de cardiopatías congénitas; es decir, aquellos que nacen con malformaciones cardiacas que se desarrollan durante la vida fetal y que actualmente se reparan o palían mayoritariamente en edad infantil. Pero también puede ser una herramienta útil en un futuro para otros pacientes pediátricos crónicos con limitación en su capacidad funcional (pacientes oncológicos, con problemas respiratorios, etc).
Actualmente se desconoce si el origen de las cardiopatías congénitas es hereditario, aunque “todo cuenta”, según manifiesta el doctor Israel Valverde, jefe de la unidad de Cardiología Pediátrica en el hospital. Lo que sí es “sobradamente conocido”, destaca el profesional, es la “gran cantidad de importantes beneficios” que supone el ejercicio físico controlado para la población general y, especialmente, para personas con patología cardiaca.
A pesar de ello, y de los excelentes resultados médicos y quirúrgicos que han mejorado la supervivencia en pacientes pediátricos con cardiopatías congénitas, el sedentarismo sigue siendo frecuente entre estos niños, ya que se encuentran estigmatizados por ser considerados demasiado frágiles como para soportar determinada actividad física. Motivo por el cual estos niños son con frecuencia excluidos de la actividad deportiva, excursiones escolares e incluso por sus propios iguales.
“Lo peor que le puede pasar a un niño es sentirse diferente a sus iguales. Gracias a esta nueva ergoespirometría podemos cuantificar cuál es el grado de ejercicio que puede hacer un niño, exponerlo a diferentes intensidades y con ello aprender hasta qué grado de intensidad es seguro realizar deporte, y en qué márgenes de intensidad deportiva es saludable realizar ejercicio físico”, destaca Valverde.
Además de los beneficios físicos que supone la rehabilitación cardiaca para estos pacientes, también existe un “impacto significativamente positivo en la autoestima”, añade la doctora Manso. “El menor, al comprobar sus avances desde el punto de vista físico, mejora sus habilidades sociales, al tener mayores oportunidades de relacionarse con otros chicos, y además favorece el desarrollo de las capacidades perceptivo motoras, que son aquellas capacidades que inf luyen de una manera importante en el rendimiento académico y en el desarrollo de sus capacidades cognitivas”, afirma.
La facultativa apunta, igualmente, otro grupo de beneficiarios, los “indirectos”, formado por los familiares y el entorno del menor, “puesto que al mejorar el estado anímico de éste, habrá una repercusión positiva en todos sus ámbitos”, destaca, y añade: “será un entorno que se llenará de confianza al saber que la realización de actividad deportiva asesorada del menor es segura y saludable”.
Los doctores Valverde y Manso destacan que este salto de calidad en el tratamiento de los menores cardiópatas en la que es la primera Unidad de Exploración Funcional Cardio-Respiratoria Pediátrica en Andalucía, y de la que se beneficiarán por el momento los pacientes con cardiopatías congénitas de las provincias occidentales de la comunidad (Sevilla, Huelva y Cádiz), ha sido posible gracias la “generosa e inestimable colaboración” de la asociación de pacientes Corazón y Vida a través de una donación de la Fundación Carrefour.
El principal grupo de beneficiados por estas pruebas son los niños con cardiopatías congénitas