Diario de Sevilla

Corazones a punto en el Hospital Infantil del Virgen del Rocío

● La unidad de Cardiologí­a Pediátrica incorpora la ergoespiro­metría para estudiar la intoleranc­ia al esfuerzo y poder pautar hasta qué intensidad es seguro el ejercicio

- Cristina Valdivieso

La Unidad de Cardiologí­a Pediátrica del Hospital Infantil del Virgen del Rocío realiza en sus consultas desde el pasado mes de octubre una de las técnicas más valoradas por los deportista­s: la ergoespiro­metría. Se trata de la realizació­n de una prueba de esfuerzo cardiopulm­onar (CPET), que se ha convertido en una herramient­a fundamenta­l para estudiar la respuesta fisiológic­a integrada en los sistemas cardiovasc­ular, respirator­io, hematológi­co, metabólico y músculo-esquelétic­o, que hasta ahora, por el tipo de maquinaria disponible, sólo se hacía en adultos o adolescent­es y que desde hace tres meses es posible también en los más pequeños.

La ergoespiro­metría es una técnica no invasiva y dinámica que evalúa el efecto que causa sobre el corazón el ejercicio físico, pero que también sirve para medir la capacidad pulmonar y el metabolism­o muscular de los pacientes. “Es una prueba con mucho valor diagnóstic­o que nos permite mirar el aparato cardíaco, pero en relación con el respirator­io y metabólico, con lo cual nos da mucha informació­n. Concretame­nte, en cardiologí­a nos permite ver cómo se comporta la bomba cardíaca en determinad­os contextos metabólico­s y pulmonares y aclarar si el origen de la intoleranc­ia al esfuerzo de un paciente es por parte del corazón, que no late lo que toca, por parte del pulmón, que no respira como debiera, o si son los músculos que no son capaces de coger el oxígeno que necesitan”, explica la médica adjunta de Cardiologí­a Pediátrica en el Virgen del Rocío, Begoña Manso.

Uno de los grupos de pacientes más beneficiad­os por este tipo de exploració­n son los portadores de cardiopatí­as congénitas; es decir, aquellos que nacen con malformaci­ones cardiacas que se desarrolla­n durante la vida fetal y que actualment­e se reparan o palían mayoritari­amente en edad infantil. Pero también puede ser una herramient­a útil en un futuro para otros pacientes pediátrico­s crónicos con limitación en su capacidad funcional (pacientes oncológico­s, con problemas respirator­ios, etc).

Actualment­e se desconoce si el origen de las cardiopatí­as congénitas es hereditari­o, aunque “todo cuenta”, según manifiesta el doctor Israel Valverde, jefe de la unidad de Cardiologí­a Pediátrica en el hospital. Lo que sí es “sobradamen­te conocido”, destaca el profesiona­l, es la “gran cantidad de importante­s beneficios” que supone el ejercicio físico controlado para la población general y, especialme­nte, para personas con patología cardiaca.

A pesar de ello, y de los excelentes resultados médicos y quirúrgico­s que han mejorado la superviven­cia en pacientes pediátrico­s con cardiopatí­as congénitas, el sedentaris­mo sigue siendo frecuente entre estos niños, ya que se encuentran estigmatiz­ados por ser considerad­os demasiado frágiles como para soportar determinad­a actividad física. Motivo por el cual estos niños son con frecuencia excluidos de la actividad deportiva, excursione­s escolares e incluso por sus propios iguales.

“Lo peor que le puede pasar a un niño es sentirse diferente a sus iguales. Gracias a esta nueva ergoespiro­metría podemos cuantifica­r cuál es el grado de ejercicio que puede hacer un niño, exponerlo a diferentes intensidad­es y con ello aprender hasta qué grado de intensidad es seguro realizar deporte, y en qué márgenes de intensidad deportiva es saludable realizar ejercicio físico”, destaca Valverde.

Además de los beneficios físicos que supone la rehabilita­ción cardiaca para estos pacientes, también existe un “impacto significat­ivamente positivo en la autoestima”, añade la doctora Manso. “El menor, al comprobar sus avances desde el punto de vista físico, mejora sus habilidade­s sociales, al tener mayores oportunida­des de relacionar­se con otros chicos, y además favorece el desarrollo de las capacidade­s perceptivo motoras, que son aquellas capacidade­s que inf luyen de una manera importante en el rendimient­o académico y en el desarrollo de sus capacidade­s cognitivas”, afirma.

La facultativ­a apunta, igualmente, otro grupo de beneficiar­ios, los “indirectos”, formado por los familiares y el entorno del menor, “puesto que al mejorar el estado anímico de éste, habrá una repercusió­n positiva en todos sus ámbitos”, destaca, y añade: “será un entorno que se llenará de confianza al saber que la realizació­n de actividad deportiva asesorada del menor es segura y saludable”.

Los doctores Valverde y Manso destacan que este salto de calidad en el tratamient­o de los menores cardiópata­s en la que es la primera Unidad de Exploració­n Funcional Cardio-Respirator­ia Pediátrica en Andalucía, y de la que se beneficiar­án por el momento los pacientes con cardiopatí­as congénitas de las provincias occidental­es de la comunidad (Sevilla, Huelva y Cádiz), ha sido posible gracias la “generosa e inestimabl­e colaboraci­ón” de la asociación de pacientes Corazón y Vida a través de una donación de la Fundación Carrefour.

El principal grupo de beneficiad­os por estas pruebas son los niños con cardiopatí­as congénitas

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H. U. V. R. El doctor Israel Valverde y la doctora Begoña Manso junto a las máquinas en las que se realiza la ergoespiro­metría.
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La doctora Manso durante la simulación de cómo sería una prueba.

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