La poética travesía de Pep Ramis
THE MOUNTAIN, THE TRUTH & THE PARADISE ★★★★★
Pep Ramis /Mal Pelo. Dirección y espacio escénico: Pep Ramis, María Muñoz. Interpretación: Pep Ramis. Colaboración en la dirección: Jordi Casanovas. Colaboraciones artísticas: Leo Castro, Blaï Mateu, Camille Decourtye (Baró d’Evel Cirk), Piero Steiner. Textos: Erri de Luca, Mal Pelo. Composición y diseño de sonido: Fanny Thollot. Otras músicas: Peteris Vasks, Cant de la Sibil·la. Iluminación: August Viladomat – Punt de Fuga. Vestuario: CarmepuigdevalliplantéS. Construcción y asesoramiento de la escenografía: Adrià Miserachs, Pep Aymerich. Lugar: Teatro Central, Sala B. Fecha: domingo 31 de enero. Aforo: El permitido.
La danza es quizá la más efímera de las artes escénicas. Un auténtico derroche en ocasiones del que no queda más que el recuerdo de cuantos la presenciaron. Por eso sus intérpretes no han parado de inventar trucos para retenerla.
Amén de los textos que han iso invadiendo poco a poco los espectáculos dancísticos, elegir un suelo donde queden impresas sus huellas resulta fundamental. Y ese es el primer acierto de The Mountain, the Truth & the Paradise del bailarín, actor, coreógrafo y cofundador de la compañía Mal Pelo, Pep Ramis.
El rectángulo de yeso blanco que lo acoge no solo va a ir dando cuenta de sus pasos, sino que irá manchando el lienzo negro de su figura hasta construir un auténtico cuadro de su vida.
Con unas estupendas luces y una sugestiva banda sonora, hay muchas sorpresas en la pieza. Pep danza con una gran precisión, interpreta con todo su cuerpo, especialmente con las manos y el rostro, se atreve a cantar el Canto de la Sibila, ese que se sigue cantando en la misa del Gallo de las iglesias de su Mallorca natal, hace el payaso en italiano a lo Benigni, se inventa un personaje oriental –que danza como un oriental– e incluso es capaz de ilustrar un cuento con sus dibujos. Y lo que es más difícil, logra hacerlo todo de una forma completamente orgánica.
Es un espectáculo honesto y de una enorme generosidad, aunque no tenga ya el derroche de energía propio la juventud. Todo está medido, por necesidades del cuerpo y, sobre todo, por esa sabiduría que solo unos pocos alcanzan para recortar lo accesorio y dejar lo esencial
Es todo un poema. Pero no un poema que sueñas una noche y por la mañana te apresuras a escribir para que no se escape. Es un poema recapitulativo de toda una vida de creación, un poema con mil citas agradecidas de todo lo que ha acudido en tu ayuda a lo largo del tiempo, de todos los que te han regalado una clave. Por eso se ha dejado acompañar de buenos amigos: de María Muñoz (su otra mitad en la vida y en el campo de la creación), de Jordi Casanovas, de Erri de Luca…
Del autor italiano, con el que Mal Pelo ha colaborado en otras ocasiones, Ramis, con su hermosa y educada voz de actor, dice el poema Valor, del libro Obra sobre el agua (2002). Además, es con su presencia invisible con la que explora todo lo que te puede ofrecer una montaña y con quien roza, con humor y también con un poco de esperanza, la posibilidad de un dios –llámese quizá destino– que disponga nuestros pasos y coloque alguna certeza, cualquiera que sea, donde podamos encontrarla y descansar en ella como en el paraíso.