El Congreso de Brasil afronta un cambio clave de cara a un juicio a Bolsonaro
La renovación ayer de la directiva del Parlamento puede reforzar las presiones por un juicio político contra el presidente brasileño Jair Bolsonaro o enterrarlas casi definitivamente, que es en lo que apuesta con fuerza el Gobierno.
La puesta en marcha de un proceso con miras a la destitución de un gobernante depende, según establece la Constitución del país, del presidente de la Cámara de Diputados, un cargo que hasta ahora ocupaba el opositor de centroderecha Rodrigo Maia, quien deja pendientes de respuesta casi 70 pedidos de juicio político contra Bolsonaro.
La sesión en que será elegido el nuevo jefe de los diputados estaba prevista para anoche en un clima de cierta tensión, debido a la posibilidad de manifestaciones de partidarios del líder de la ultraderecha y la oposición que exige su destitución por su errática gestión de la pandemia.
La Cámara baja elige a un nuevo presidente, quien puede iniciar el proceso de destitución
El tránsito en la Explanada de los Ministerios, céntrica avenida de Brasilia en la que se sitúa el palacio legislativo, fue bloqueado desde la mañana de ayer.
Aún cuando la pandemia está nuevamente fuera de control en el país, uno de los más afectados con casi 225.000 muertos, el pasado fin de semana tanto seguidores de Bolsonaro como opositores se lanzaron a las calles en un intento de presionar a los legisladores.
Esas manifestaciones se dieron en paralelo al intenso cabildeo de los partidos políticos, que en su mayoría parecían inclinados a votar por el diputado Arthur Lira, candidato apoyado por Bolsonaro para la presidencia de la Cámara baja.
Lira es diputado del Partido Progresista (PP), pero representa a diversas fuerzas que van desde el centro hasta la extrema derecha y que han ofrecido respaldo a Bolsonaro, aunque a cambio de una mayor presencia y poder en el Gobierno, unas exigencias han sido tácitamente aceptadas por el mandatario.