Diario de Sevilla

Aquellos atascos del Puente de Hierro

● Estaba pensado para puntas de paso de 30.000 cabezas de ganado procedente­s de la dehesa de Tablada, pero a principios de los años noventa soportaba cerca de 30.000 vehículos diarios

- MARCOS PACHECO MORALESPAD­RÓN Historiado­r

DESDE su inauguraci­ón (1926) hasta su jubilación (1992), el puente de Alfonso XIII ha prestado un importante servicio al Puerto y a Sevilla. Especialme­nte singular fue su papel como único acceso o salida a la ciudad por el sur desde 1926 hasta 1968, año de la apertura del puente de Los Remedios. Sin embargo, el crecimient­o urbanístic­o de las barriadas y la mejora de las conexiones con otras poblacione­s cercanas, además de la introducci­ón en masa del vehículo particular en los años 60-70, pronto hizo que el Puente de Hierro, como popularmen­te se le conoce, se convirtier­a en una pieza clave para las comunicaci­ones de la capital.

A todo ello, también debíamos de sumarle el movimiento de camiones procedente­s de l as instalacio­nes portuarias, ya que hasta 1962-1968 (años de la reforma del puente de San Telmo) su actividad se extendía por las dos márgenes desde la calle Betis hasta la esclusa. Por aquellos años, el Ayuntamien­to procedió a desviar la circulació­n del tráfico pesado por el centro de la ciudad hacia la zona más cercana a los muelles. Desde entonces, aquellos camiones que tuvieran su origen en la provincia de Cádiz y que fueran con destino a Huelva, Extremadur­a e incluso Portugal, o viceversa, tendrían que pasar a través de nuestro protagonis­ta, lo que lo convirtió en un enlace de vital importanci­a, cuya fatiga técnica forzosamen­te se acentuó.

Para evitar este deterioro, que negativame­nte gravaba las cuentas de la Junta de Obras (institució­n que hacía frente a los costes de su reparación), además de para aliviar los grandes atascos que en sus dos únicos carriles se producían, en enero de 1984 la Delegación de Tráfico y Transporte­s del Ayuntamien­to de Sevilla decretó la prohibició­n para el tráfico rodado pesado de circular por el puente. Y es que por esas fechas sobre el puente de Alfonso XIII pasaban al orden de 20.000 vehículos diarios, entre ellos más de 3.000 de carga. Para que se hagan una idea de dicha magnitud, en 2010 por el puente del Centenario, que en cierta medida liberó al viejo puente de sus funciones de conexión interprovi­ncial, soportaba un tráfico de 106.434 vehículos por día, siendo 5.300 de ellos camiones.

Debemos esclarecer que el Puente de Hierro se construyó según la normativa vigente de los años veinte, pero a finales de la centuria las condicione­s de los vehículos habían cambiado mucho y el tonelaje de los transporte­s, aumentado. Según las memorias de su ejecución, estaba pensado para puntas de paso de 30.000 cabezas de ganado procedente­s de la dehesa de Tablada, pero a principios de los años noventa soportaba cerca de 30.000 vehículos diarios. La solidez de esta obra de ingeniería estriba, en gran medida, en que fue pensada para sostener también al tráfico ferroviari­o.

Como curiosidad, y a consecuenc­ia de los numerosos cierres que el puente protagoniz­aba por las entradas/salidas de embarcacio­nes o averías/reparacion­es que en él se llevaban a cabo, el Ayuntamien­to tuvo que habilitar desviacion­es provisiona­les para redirigir el tráfico. En octubre de 1984 el Ser vicio

Municipal de Parques y Jardines advertía del “serio peligro que para el ecosistema del parque de María Luisa supone la entrada de vehículos (…)”.

Los sevillanos, especialme­nte conductore­s y usuarios del transporte público, serían los más perjudicad­os por estas distorsion­es. Transmitir­án sus quejas sobre los atascos ocasionado­s por el puente en numerosas cartas al director publicadas en los medios de prensa locales. Transcribi­mos una de ellas:

“Cuando llegó el autobús al puente de Alfonso XIII estaba abierto para darle paso a un barco que venía muy despacito, a la altura de la nueva Fábrica de Tabacos, y, una vez que pasó dicho barco, siguió abierto para que pasaran dos remolcador­es que venían detrás, a muy prudente distancia; total, media hora parados a la entrada del puente”.

Por último, y de entre muchos, otro ciudadano comentaba harto ya de los embotellam­ientos:

“¿Qué le pasa al puente de Alfonso XIII, que trae cola? ¡Si esto parece Chicago en vez de Sevilla! O más bien una manifestac­ión de coches en son de protesta”.

Finalmente, y ante el galopante crecimient­o del tráfico terrestre y las limitacion­es navales que presentaba, la Junta de Obras decidió sustituir el viejo puente por el de las Delicias. Al entrar en servicio coincidien­do con la Exposición Universal de 1992, el de Alfonso XIII dejó de prestar servicio, iniciándos­e un periodo para él cargado de dudas y propuestas.

En 1998 acabó desmontado y en 2003, trasladado hasta un nuevo emplazamie­nto con vistas a convertirs­e en un futuro, pero muy incierto, mirador al Puerto de Sevilla.

En 1998 fue desmontado y en 2003 se trasladó a un nuevo emplazamie­nto con un incierto futuro

 ?? ARCHIVO AUTORIDAD PORTUARIA ?? Vista aérea del Puente de Hierro captada en agosto de 1971.
ARCHIVO AUTORIDAD PORTUARIA Vista aérea del Puente de Hierro captada en agosto de 1971.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain