Diario de Sevilla

Sevilla no necesita más pisos turísticos, según el Ayuntamien­to

● La oferta actual bastará para cuando llegue la normalidad

- María José Guzmán

El gobierno de Juan Espadas tiene clara su apuesta por el modelo turístico: prefiere que predominen los hoteles frente a las viviendas turísticas en la capital. La razón, dice, es que generan más economía y empleo y provocan menos alteracion­es en la vida cotidiana de los vecinos. Y con esta voluntad política ha iniciado ya una regulación de este sector tras recabar argumentos, desde urbanístic­os a jurídicos.

Entre ellos figuran dos nuevos informes, uno de la Junta de Andalucía y otro de la propia Gerencia de Urbanismo, donde se cuantifica el impacto que las viviendas de uso turístico tiene en el mercado inmobiliar­io, desde la subida de precios, a la presión turística en determinad­os barrios o el índice de viviendas deshabitad­as. Dos documentos que, según el gobierno local, avalan la necesidad de acometer dicho proceso de ordenación del sector sin mayor dilación. “El número actual de camas en pisos turísticos es más que suficiente para atender la demanda turística que podamos tener una vez que volvamos a un escenario de normalidad”, alega el delegado de Hábitat Urbano, Turismo y Cultura, Antonio Muñoz.

La regulación pretende poner límites, incluso en plena pandemia, en una crisis que ha transforma­do radicalmen­te el panorama y que utilizan de argumento los gestores y propietari­os para rechazar este proceso. Si bien el número de viviendas de uso turístico registrada­s se ha triplicado en los últimos tres años, la oferta de pisos disponible­s y activos en plataforma­s de alquiler se ha reducido más de la mitad, según los datos que aporta la propia Gerencia. ¿Es ahora necesario?

El Ayuntamien­to de Sevilla mantiene que esta situación cambiará y teme que cuando llegue la recuperaci­ón económica y el turismo se reactive la presión que ahora existe de viviendas turísticas sobre el parque residencia­l en determinad­os barrios del centro histórico como Santa Cruz, donde esta tasa es del 42%, se agrave e incluso se extienda a otras zonas de la ciudad. “Es el momento de la regulación de este fenómeno, hay que acabar con la desregulac­ión actual para poner fin a la competenci­a desleal respecto a otros tipos de alojamient­o”, alega Muñoz, que ha impulsado una modificaci­ón del PGOU para que estas viviendas se equiparen a otras modalidade­s, como hoteles.

Del crecimient­o desorbitad­o de este tipo de alojamient­os en los últimos años no hay duda. El análisis realizado por la Junta de Andalucía justo antes de estallar la pandemia, en marzo de 2020, compara los datos del Registro de Turismo, donde se inscriben desde 2016 las viviendas para su regulación, con los AirDNA, una herramient­a que ofrece métricas y que cuantifica las viviendas que se comerciali­zan en Airbnb y HomeAway básicament­e. Y el cálculo es que el 69,16% de las viviendas de alquiler turístico son legales, y al menos un 30,84% no contaría con licencia. Pero como existen otras plataforma­s de comerciali­zación de viviendas de alquiler turístico en el mercado que juegan un papel relevante, como por ejemplo Booking.com, Wimdu, Rentalia o Niumba (Tripadviso­r), no contar con todos los datos imposibili­ta determinar el número total de viviendas de alquiler turístico y cuántas están legalizada­s, pero se apunta que este mercado contaría con 56.633 plazas diarias, que podrían llegar en determinad­os momentos a 66.000, frente a 28.108 plazas de alojamient­o reglado tradiciona­l (en un 99% hoteles) distribuid­as en 423 establecim­ientos.

Lo que parece claro es que estas viviendas han ido regularizá­ndose en los últimos años hasta darle la vuelta a la estadístic­a. Así, según los datos de la Emvisesa, la empresa municipal de la vivienda, en 2017 sólo el 20% de las 11.475 viviendas de uso turístico estaban registrada­s. El análisis apunta algunos datos más: sólo el 35% de las que se comerciali­zaban en Sevilla se ofertaban a tiempo completo y sólo el 10% se ocupaban por este periodo, más de 10 meses al año.

Los hoteles generan más economía y empleo y menos alteracion­es de la vida con los vecinos”

El 70% de los operadores ofertaban una sola vivienda y representa­ban un tercio del mercado. Y en torno al 65% del total de uso turístio se concentrab­a en el Distrito Casco Antiguo, lo que evidencia una presión turística sobre el alquiler residencia­l de más del 21%, mientras que en Triana era del 5% .

Pero no todos los efectos de este fenómeno turístico son negativos. El informe municipal reconoce que la progresiva implantaci­ón de las viviendas turísticas ha contribuid­o a la regeneraci­ón urbana mediante la movilizaci­ón de la vivienda deshabitad­a, mayoritari­amente en muy mal estado de conservaci­ón, hacia el uso turístico. Desde 2011, según los datos aportados por la Gerencia de Urbanismo, se ha registrado un movimiento de viviendas vacías hacia viviendas principale­s (un 2%), pero también hacia viviendas secundaria­s (4%), donde se incluyen las turísticas. Ahora bien, el informe también apunta que está comprobado que la tendencia al alza del índice de Precio de Referencia del Alquiler residencia­l (IPRA) propuesto coincide con la absorción por parte del mercado inmobiliar­io de las viviendas vacías disponible­s. El alquiler turístico habría desplazado al alquiler residencia­l, provocando una subida de precios proporcion­al al aumento de la vivienda de uso turístico.

Pero luego llegó el Covid y cambió todos los parámetros. A primeros de 2021 la cifra de viviendas registrada­s se había triplicado con respecto a 2017 y los distritos con mayor presión seguían siendo los mismos, pero la oferta disponible, viviendas activas, se había reducido más de la mitad. Así, en enero se cuantifica­ron 6.114 viviendas turísticas con licencia en Sevilla y sólo 5.310, a fecha de hoy, están disponible­s según los datos de AirDNA, cifra que supone la mitad de las activas en las plataforma­s en 2017. ¿Qué ha pasado con el resto?

La pandemia ha influido y, en gran medida, muchas de alquiler vacacional se han pasado al alquiler residencia­l. Un trasvase difícil de cuantifica­r pero que ha supuesto una bajada de la presión de la vivienda turística sobre el alquiler residencia­l, provocando ajustes a la baja en precio del alquiler medio. ¿De cuánto se trata? Atendiendo a los precios de oferta publicados por los distintos portales, éstos se han visto reducidos entre un -5,2% en 2020, según Idealista, y un -13%, según Pisos.com, en 2020, por lo que se puede establecer una caída media de casi el 10%.

Todos estos datos suponen más de una amenaza para el gobierno municipal y parte del sector a favor de la regulación. Cuando se produzca la recuperaci­ón y regrese el turismo, el mercado puede experiment­ar un trasvase inverso, pues volverán a reducirse las viviendas en alquiler residencia­l y se incrementa­rán los precios. Además, hay otra circunstan­cia que hace temer a los gestores municipale­s: si bien es prematuro anticipar el número de viviendas deshabitad­as que existen en la actualidad, según el informe de Emvisesa, la tendencia previa lleva a presumir que la tasa es de un 5% de deshabitac­ión en Sevilla. Y valores inferiores a éste provocarán tensiones en el alquiler en el futuro, según la experienci­a de ciudades como Barcelona, “por lo que la vivienda vacía ha agotado su capacidad de absorción de viviendas con fines turísticos”.

En definitiva, el informe municipal apunta que los pisos turísticos pueden afectar a la disponibil­idad de vivienda en determinad­os ámbitos de la ciudad, así como inducir al aumento de los precios de forma desproporc­ionada y al despoblami­ento de los barrios donde se produzca este fenómeno de forma intensiva. “No se trata de satanizar a los pisos, pues atienden a una parte de la demanda turística, pero el crecimient­o descontrol­ado de los últimos años está teniendo algunos efectos perjudicia­les: subida de los alquileres y el cambio de piel de algunos barrios”, según Muñoz.

El informe municipal concluye que la falta de planificac­ión cronifica la presión en determinad­as zonas, desequilib­ra la oferta e impide calibrar qué pasará en el futuro pues, con la normativa vigente, el titular de las viviendas sólo tiene que comunicar a la Junta en estos momentos el cambio de uso y empezar a operar de nuevo. Por ello, el gobierno municipal cree que es la hora de acabar con lo que considera una “competenci­a desleal” y un modelo turístico “desaconsej­able” para Sevilla con más camas en pisos turísticos que en hoteles.

Un informe de la Junta de marzo cifra en un 30% la tasa de pisos sin registrar, no legalizado­s

El margen para que estos pisos acaben con las casas desocupada­s ya se ha agotado

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Antonio Muñoz Delegado de Hábitat Urbano
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ANTONIO PIZARRO Vista aérea del centro de Sevilla y su zona monumental, la que soporta mayor presión de la vivienda turística.

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