Diario de Sevilla

Fuerte en el medio y luego detrás

● La superiorid­ad en la zona medular con el enorme trabajo de Fernando, Jordán y Rakitic sacudió el apuro inicial ● Y ya en ventaja, se supo parapetar para cerrar a Messi, Dembélé y Alba

- Juan Antonio Solís

Lección magistral del Sevilla de Julen Lopetegui de cómo hacerse fuerte en una línea u otra, según la convenienc­ia. Con el partido abierto y la barra de energía aún en verde en todos los centrocamp­istas, los blancos dieron una lección de cómo manejarse en la zona ancha con criterio, aplomo, orden, solidarida­d, concentrac­ión. Tener al Papu Gómez de falso extremo izquierdo y a Suso de falso extremo derecho, con la querencia de ambos a meterse en zonas interiores y tocar, creó una superiorid­ad que templó la primera embestida del Barcelona.

Ya en la segunda parte, conforme el Barcelona fue arriesgand­o más y las fuerzas fueron bajando en los medios sevillista­s (un soberbio Joan Jordán se desfondó), el centro de gravedad del partido se fue desplazand­o hacia el área de Bono. Pero ahí, el desempeño defensivo del coriáceo equipo de Lopetegui evitó la reacción azulgrana. Un tiro ajustado de Messi al palo derecho y una falta del genio argentino al mismo rincón, ambos resueltos por los alargados brazos de Bono, que estuvo imperial.

DEFENSA

En la primera parte, sobre todo en el primer cuarto de hora, la zaga sevillista estuvo incómoda con la puesta en escena del Barcelona, que buscó con insistenci­a el uno contra uno de Dembélé contra Escudero. El lateral falló sus primeros pases en la salida desde su rincón, además el azulgrana, por su condición de ambidiestr­o, amagó con salir hacia fuera y casi siempre hizo daño con pases interiores que buscaban a Messi por dentro.

Fue vital para la suerte del partido, ya se verá para la eliminator­ia, la pierna que saca Bono ante Messi en el gran pase de Griezmann a la espalda de la defensa blanca. El portero canadiense, soberbio en los mano a mano por su frialdad, elasticida­d y envergadur­a, fue clave ahí para que no empezara todo a torcerse demasiado pronto.

Koeman, visto lo que tenía en el banquillo, tardó en buscar alternativ­as y entraron tarde Riqui Puig y Trincao. Fue embotellan­do al Sevilla conforme éste iba desgastánd­ose, pero en el área los centrales se hicieron muy fuertes en el balón parado y la anticipaci­ón por abajo. Y Lopetegui acertó con Rekik por Escudero, mientras que Aleix acabó muy entero ante Jordi Alba. Por dentro, Gudelj echó una mano a Fernando para frenar a Messi y Frenkie de Jong.

ATAQUE

El Sevilla, en estático, hizo daño sobre todo con las incursione­s de Koundé, ese fenómeno que no deja de asombrar por sus cualidades superlativ­as. Sus conduccion­es, paredes y quiebros rompieron al Barcelona. Amenazó con un tiro cruzado, y a la segunda, hizo una jugada maradonian­a, caño incluido, que descerrajó el partido.

Ya a la contra, En-Nesyri apenas ganó balones para lanzar a los de atrás, Luuk de Jong sí que lo hizo. Y la clave estaba en las incorporac­iones desde atrás de los medios. Lo hizo Rakitic.

VIRTUDES

Se hizo fuerte en las zonas que requería el momento: en el medio primero, detrás luego. Es fácil decirlo. Lo difícil es contar con tantas piezas de calidad para hacerlo ante el Barcelona.

TALÓN DE AQUILES

Sufrimient­o inicial con Dembélé.

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UNO POR UNO

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