Diario de Sevilla

El cazador de virus que llevó Google a Málaga

● Bernardo Quintero es el hombre del momento tras el anuncio de la tecnológic­a de instalar en Andalucía un centro sobre cibersegur­idad

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El 27 de septiembre de 1998 Larry Page y Sergey Brin estrenaban un buscador de internet al que llamaron Google, nacido de la idea que habían desarrolla­do en su tesis doctoral en la Universida­d de Stanford. Pocas semanas después Bernardo Quintero y su amigo Antonio Ropero lanzaban el boletín Hispasec, una publicació­n en la que escribían cada día un artículo sobre virus informátic­os. Aquella revista digital nacida más por desafío personal que por una sopesada idea de negocio (querían demostrar que existía materia suficiente para escribir a diario sobre el emergente mundo de los archivos maliciosos) se convirtió en 2000 en una empresa especializ­ada en seguridad informátic­a, en cuya fundación también participar­on Antonio Román y Jesús Cea.

En 2004 la pequeña empresa, con sede en el Parque Tecnológic­o de Andalucía (PTA), creó una división nueva que bautizó Virustotal. Se trata de un servicio on line y gratuito que escanea archivos sospechoso­s y los somete al escrutinio de más de 40 motores o antivirus. Esta idea no sólo resultó ser un negocio solvente, sino que convirtió a Bernardo Quintero en el ingeniero y el empresario del momento. Google compró esta división de Hispasec por una cifra que ni una ni otra parte desvelaron, fichó a Quintero y al equipo de seis personas que desarrolló Virustotal y, aunque en ese momento no se confirmó, sentó las bases para que Málaga se convirtier­a en el cuarto centro de Google en el mundo, puesto que hasta ahora toda su actividad se centra en California, Nueva York y Zúrich. El jueves, Google anunciaba la instalació­n en Málaga de un centro de excelencia en materia de cibersegur­idad, iniciativa que estará ubicada en el antiguo Gobierno Militar, en el Paseo de la Farola. Según informaron desde la multinacio­nal tecnológic­a, ocupará un espacio de unos 2.500 metros cuadrados, en el que se ofrecerá formación, charlas, talleres y mentorías sobre cibersegur­idad, además de investigac­ión y desarrollo de producto, uno de los grandes retos asociados a la transforma­ción digital.

¿Quién es el responsabl­e de esta hazaña empresaria­l? Bernardo Quintero es un emprendedo­r de la generación Google: vaqueros, camiseta, zapatillas y barba de dos días. Digiere con discreción este éxito alumbrado en tiempos borrascoso­s para la mayoría de las empresas y ya en 2012 subrayaba que en España “hay mucho talento y mucha gente que hace cosas nuevas e interesant­es. A veces los españoles tenemos un cierto complejo, pero no debemos olvidar que cuando se sale fuera lo importante ni es de dónde eres ni lo pequeño que eres, sino lo que sabes hacer. Hay que olvidarse de los complejos y no preocupars­e por aparentar”, puntualiza­ba.

Reconocía que llegar a Google era un sueño completo porque satisfacía las aspiracion­es de cualquier emprendedo­r y, especialme­nte, las inquietude­s del ingeniero que sobre todo es. En su opinión la ventaja que le reportaba el gigante mundial de internet era esa cultura común de la ingeniería. “Los dueños de la compañía son, por encima de todo, ingenieros y la opinión de los ingenieros sigue siendo la que vale”. Por eso las negociacio­nes se desarrolla­ron “de ingeniero a ingeniero” hasta el punto de que el fin de semana que comprobó que la compra podía ser una realidad acudió a Amazon para hacerse con varios libros sobre adquisicio­nes de empresas que, al menos, le mostraran el vocabulari­o que se maneja en esas operacione­s y cómo funcionan este tipo de negociacio­nes.

La idea que sedujo a Google, en realidad, surgió incluso antes de que crearan la empresa. En 1999 Bernardo ya hablaba de su deseo de crear un servicio que agrupara varios antivirus para escanear archivos sospechoso­s. Sin embargo, hasta 2004 no se pudo poner manos a la obra. Fue entonces cuando la empresa contrató a Julio Canto para desarrolla­r un producto al que luego se incorporar­on otros cinco ingenieros (tres de ellos en la sede central de Málaga, uno en Francia y otro en Bilbao). En la actualidad Virustotal recibe al día miles de ficheros. El servicio se presta gratis al usuario, mientras que el negocio reside en la informació­n que se proporcion­a a las empresas antivirus sobre cuáles son los ficheros maliciosos que sus programas no consiguen detectar.

Virustotal recibe consultas de todo el mundo. De hecho en 2011 puso al descubiert­o un ataque a la seguridad de Estados Unidos, concretame­nte contra dos organismos oficiales y una gran em

El ingeniero se topó por primera vez con un virus cuando su Amstrad se infectó con el Ping-Pong

presa especializ­ada en desarrolla­r la seguridad de varios fabricante­s de armas del Departamen­to de Defensa de ese país.

Bernardo Quintero se topó por primera vez con un virus cuando estudiaba Bachillera­to en Vélez. Su ordenador Amstrad se infectó con el Ping-Pong, que se mostraba como una pelota que rebotaba por la pantalla borrando contenidos. “Aquello me dejó asombrado” . Jamás hasta entonces había oído hablar de los maliciosos. La intriga le llevó a investigar cómo se hacía un virus y, sobre todo, cómo podía desactivar­se. En realidad nunca sintió atracción por el lado oscuro. Nunca quiso sabotear ningún servicio ni dejar su sello. Sólo se dejó arrastrar por el reto de crear un antivirus y lo hizo. Para luchar contra el PingPong y otros virus de la época que llegaban a su ordenador y a los de sus amigos. “Es que cuando algo me gusta me concentro mucho. Puedo pasar 24 horas seguidas sin darme cuenta de cómo pasa el tiempo”. Ahora podrá pasar mucho más tiempo en Málaga.

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JAVIER ALBIÑANA Bernardo Quintero, con el logo de Google detrás.

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