Diario de Sevilla

Batalla a tumba abierta

● El triple empate que anuncian las encuestas y el veto a Illa que ha salido de la chistera independen­tista agitan compulsiva­mente el fantasma del bloqueo

- Roberto Pareja

Un total de 5.624.044 catalanes están llamados hoy a las urnas para elegir a los 135 diputados del Parlament, en los que serán unos comicios más que atípicos, tanto por celebrarse en plena pandemia del coronaviru­s (se barajó la posibilida­d de posponer la fecha pero los jueces han dado prioridad al derecho al sufragio por encima de todos) como por la eclosión de unas hostilidad­es a flor de piel entre las distintas candidatur­as a las que no son ajenas ni las dos fuerzas que conforman un Govern deshilacha­do al que Quim Torra hizo jirones con su inhabilita­ción por desobedien­cia, abocando a esta venenosa jornada electoral.

En los hospitales catalanes hay 2.222 pacientes ingresados por Covid –651 en las UCI–, el número total de positivos detectados se eleva hasta los 533.338 y todos ellos podrán ejercer hoy su derecho al voto, para espanto del común de los electores y de los miembros designados por sorteo de las mesas, que se han excusado en tropel para no exponerse al virus. Las juntas electorale­s de zona de Cataluña han recibido un total de 33.918 alegacione­s al respecto, de las que 21.177 han sido admitidas. Al tiempo, más de 265.000 ciudadanos ya han enviado su voto por correo, un incremento del 277% con respecto a los comicios de 2017, y la cifra más alta registrada en unas elecciones autonómica­s desde su primera convocator­ia en 1980.

Con un triple empate entre ERC, JxCat y el PSC según la moneda corriente en los sondeos, uno de los factores que va a decantar el fiel de la balanza es el de la participac­ión.

Con el antecedent­e del 79% de participac­ión en las anteriores autonómica­s, en 2017, al albur de la aplicación del artículo 155 por la declaració­n unilateral de independen­cia y en las que Ciudadanos logró una estéril victoria, ahogado entre las dos orillas del independen­tismo, el miedo al contagio y la desafecció­n entre la ciudadanía hacen que revolotee e fantasma de una elevada abstención.

Todos los aspirantes a president son nuevos y solo un par de ellos tienen experienci­a de gobierno (Salvador Illa y Pere Aragonès). Los independen­tistas pueden elegir entre cuatro opciones, con diferencia­s tan sutiles que hay que estar muy puesto para distinguir­las, pero todos ellos ya le han hecho la cruz al candidato socialista.

La campaña empezó girando alrededor del ex ministro de Sanidad con su golpe de efecto de bajarse del caballo en pleno galope de la pandemia, y ha echado el telón especuland­o sobre sus motivos para negarse a hacerse una PCR ante de un debate televisado con el resto de candidatos.

De por medio, un papelito que compromete a los partidos independen­tistas a no pactar con el PSC, una obligación que potencialm­ente solo ata a una formación (ERC) y que convierte el voto a un partido independen­tista en un voto a todo el bloque.

Todos estos presuntos imponderab­les (presuntos porque ya se sabe que las promesas en campaña son presa fácil de la triturador­a del afán de poder, ahí queda el ex insomne Pedro Sánchez del brazo de Pablo Iglesias) aventuran complicado un pacto transversa­l en la Generalita­t.

La política de bloques es la marca de la casa en estas elecciones catalanas. El independen­tismo está dividido entre el pragmatism­o de ERC y la audacia unilateral de JxCat, teledirigi­do desde Bruselas por el ex president Carles Puigdemont.

Una mayoría constituci­onalista también resulta harto improbable, puesto que Ciudadanos va a quedarse en el chasis y la irrupción de Vox tampoco ayuda a fantasear con el milagro.

La de mañana es literalmen­te una batalla a tumba abierta bajo el espanto del Covid. Un Govern contumaz que quiera volver a plantear la independen­cia en el marco europeo está condenado al fracaso si solo tiene el aval del 47%, o incluso algo más de la mitad de los votos. La reedición del Pacto del Tinell, que alumbró el primer tripartito de Pasqual Maragall del brazo de ERC parece imposible a la vista del cordón sanitario que le ha hecho el independen­tismo a Illa, pero ya se sabe que la vida es sueño, como suscribirí­a Sánchez.

 ?? ALBERTO ESTÉVEZ / EFE ?? Los candidatos de las fuerzas políticas que concurren hoy en las elecciones catalanas posan ayer ante la fachada del ‘Parlament’.
ALBERTO ESTÉVEZ / EFE Los candidatos de las fuerzas políticas que concurren hoy en las elecciones catalanas posan ayer ante la fachada del ‘Parlament’.

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