Diario de Sevilla

Dos colores que se completan

- Juan Vergillos

Crítica de Música CHANO DOMÍNGUEZ Y DIEGO AMADOR DÚO ★★★ ★★

Piano: Chano Domínguez y Diego Amador. Percusión: Diego Amador hijo. Lugar: Teatro Lope de Vega. Fecha: Sábado, 13 de febrero. Aforo: Tres cuartos.

El concierto culminó, con excelente criterio, con Spain, el tema que abrió tantas puertas a principios de los 70 en el mundo del jazz y del flamenco. De hecho, este concierto no hubiese existido sin Chick Corea. Tampoco estos dos músicos serían lo mismo sin el mítico pianista norteameri­cano recién fallecido. Las referencia­s a Corea fueron continuas, con un par de guiños a Zyriab, el disco de Paco de Lucía en el que colaboró el pianista. También sonó la rumba Para Chick que compuso Domínguez hace treinta y tantos años. Domínguez y Amador metieron en su coctelera sonidos propios y ajenos y así, además de clásicos contemporá­neos del f lamenco y del jazz, sonaron melodías de la canción de autor sudamerica­na y del tango porteño según Luis Salinas. Se trata de dos intérprete­s tan personales que hacen suyo todo lo que tocan. No es la primera vez que Domínguez, al que le hemos escuchado en solitario, a dúo, trío, en combos reducidos, en big bands, junto a grandes voces solistas, etc, se presenta con una propuesta a cuatro manos con otro pianista. Dos intérprete­s cuyos repertorio­s, armonías y ritmos se nutren principalm­ente del f lamenco y del jazz. Pero que suenan muy distintos. Dos colores diferentes y complement­arios. El gaditano es brillante, luminoso, muy social. Espectacul­ar. El de Sevilla es íntimo, austero y derrocha la inventiva del autodidact­a. Su pulsación se alimenta de una larga tradición guitarríst­ica. Dialoga, además, con la vanguardia de su instrument­o.

La soleá del Churri fue un monumento y Domínguez se creció en su versión en solitario de Gracias a la vida de Violeta Parra.

Se trata de dos pianistas flamencos muy distintos, y complement­arios

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