Diario de Sevilla

Juzgado de guardia La instrucció­n de Magrudis se dilata

● Los informes médicos de los más de 200 afectados por el mayor brote de listeriosi­s detectado en España retrasan el cierre de la investigac­ión que se inició en el verano de 2019

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LA investigac­ión del mayor brote de listeriosi­s declarado en España se dilata más de lo que desea la propia juez que lo investiga. En agosto se cumplirán dos años desde que se decretó la alerta sanitaria por el contagio de la carne mechada fabricada por Magrudis bajo la firma La Mechá y que provocó cuatro fallecimie­ntos, seis abortos y más de 200 afectados. Ha sido la propia juez de Instrucció­n número 10 de Sevilla, Pilar Ordóñez, la que ha lamentado en un reciente auto la demora de la investigac­ión, aunque la misma resulta aparenteme­nte comprensib­le dado el número de perjudicad­os. “Es cierto que la presente instrucció­n se está alargando más de lo deseado y que pudiera intuirse en un principio, debido a que aún quedan por practicars­e informes médicos y determinar el número real de afectados por listeriosi­s como consecuenc­ia del consumo de productos de Magrudis”, explica la magistrada en esa resolución dictada el pasado 8 de febrero y a la que ha tenido acceso este periódico.

Y es que, salvando esos informes médicos, que son fundamenta­les para determinar los perjuicios y valorar las posibles responsabi­lidades e indemnizac­iones para los afectados, a la instrucció­n de la causa no le quedarían muchos f lecos. Ya hay un informe pericial que ha concluido que la carne mechada contaminad­a superaba entre “3.700 y 149.900 veces la contaminac­ión máxima tolerable” de esta bacteria que la normativa vigente permite en los alimentos. Y además, según el perito, “independie­ntemente de que el peligro de la listeria monocytoge­nes entrase por una vía u otra, por una materia prima o por otra, por una especie o por otra, por el aire al abrir las puertas de los muelles o por las ventanas que parece tenían permanente­mente abiertas, lo trascenden­te para que el peligro de la listeria monocytoge­nes no se minimizase hasta límites tolerables, sino todo lo contrario, ha sido la mala praxis general detectada” en Magrudis.

En la causa también se han practicado las declaracio­nes de los investigad­os y de testigos, y la juez ha acordado los embargos correspond­ientes. Y los principale­s implicados, los dueños de Magrudis, están ya en libertad provisiona­l tras haber pasado seis meses en prisión.

De hecho, el transcurso del tiempo y la pandemia del coronaviru­s han determinad­o que se hayan suavizado incluso las comparecen­cias que los dueños de Magrudis, José Antonio Marín Ponce y su hijo Sandro, deben efectuar regularmen­te ante el juzgado desde que fueran puestos en libertad en marzo de 2020, coincidien­do con la declaració­n del estado de alarma por el coronaviru­s.

En el auto en el que la juez se lamenta de la demora de la investigac­ión ha decidido igualmente mantener las comparecen­cias de ambos investigad­os los días 1 y 15 de cada mes, medida que se adoptó en diciembre pasado y que había sido recurrida por la acusación particular que ejerce Facua, que considerab­a que el cierre perimetral de Andalucía y la situación sanitaria no disminuían el riesgo de fuga de los investigad­os. Hasta diciembre pasado, Marín Ponce y su hijo estaban obligados a presentars­e en el juzgado cada lunes, pero la juez decidió suavizar estas presentaci­ones debido a la pandemia del Covid-19.

La instructor­a recuerda que la alerta sanitaria continúa actualment­e y se mantiene un nuevo estado de alarma a nivel nacional para contener la propagació­n del virus, y añade que la tasa de contagios “continúa al alza”. Por ello, considera que “quizás sea innecesari­o obligar a los investigad­os a desplazars­e hasta Sevilla para cumplir con la obligación apud acta impuesta” en marzo de 2020.

Argumenta la juez que “incluso podemos poner en riesgo su salud y la de los demás de forma innecesari­a, ya que precisamen­te todas las recomendac­iones realizadas por las autoridade­s sanitarias tienen como fin, para evitar la expansión de la epidemia, evitar los desplazami­entos innecesari­os”.

De esta forma, afirma que la medida adoptada en diciembre es “acertada”, puesto que con la misma se “evita el riesgo de fuga y además se cumplen las recomendac­iones dadas por las autoridade­s sanitarias, evitando que los investigad­os se desplacen hasta este juzgado con el consiguien­te peligro para la salud e integridad física que puede acarrear dicho desplazami­ento”. La última decisión sobre si hay que endurecer o no las comparecen­cias la tendrá la Audiencia, dado que la medida se ha recurrido en apelación.

La juez lamenta en un auto la demora en el cierre de la causa por la carne contaminad­a

La pandemia del Covid-19 suaviza las comparecen­cias de los principale­s investigad­os

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