Las restricciones en Andalucía se mantendrán al menos hasta el verano
● Sanidad pone en las listas de vacunación a la población de entre 45 y 55 años ● El Ministerio sólo contempla criterios de edad para recibir las dosis
La incidencia del Covid-19 sigue bajando en Sevilla, en términos generales. La tasa a nivel provincial es de es de 380,6 casos por cada 100.000 personas, habiendo descendido 35,7 puntos en un día. Por supuesto, eso implica una reducción en los municipios y algunos de los que sufren cierre de la actividad comercial podrían reabrir ya este sábado sus establecimientos.
Con los datos actualizados hasta ayer miércoles ya sólo quedan seis localidades que superan la barrera de los 1.000 casos por cada 100.000 personas. Es decir, están por encima del límite establecido para el cierre de hostelería y comercios. Si no mejoran en las últimas horas previas a una nueva reunión hoy del Comité Territorial de Alertas en Salud Pública de Alto Impacto, tendrán que seguir con todo cerrado al menos otra semana.
Estas seis localidades sevillanas con una tasa de incidencia superior a 1.000 son Coripe (1.454), El Castillo de las Guardas (1.294,3), Alcalá del Río (1.148,9), Paradas (1.137,5), Los Molares (1.080,2) y La Campana (1.050). Los Molares es el principal candidato a presentar hoy datos que permitan levantar el cierre de actividad, ya que de los 38 casos diagnosticados en dos semanas sólo seis se han confirmado en los últimos siete días.
Pero también hay buenas noticias. Y es que tres municipios que actualmente tienen cerrada su hostelería y actividad comercial han conseguido bajar en las últimas 24 horas de la barrera de los 1.000 casos por 100.000 habitantes por lo que, salvo la aparición de brotes de última hora, sí podrán liberar el sábado sus medidas restrictivas, aunque mantendrán el cierre perimetral. Son los casos de La Algaba, Villanueva de San Juan y Alcolea del Río, que presentan en estos momentos una tasa de incidencia de 878,6, 956,1 y 917,4, respectivamente.
Por otro lado, hay otras 21 poblaciones que se mantienen por encima de la tasa de 500 y que, según las cifras que depare la actualización de datos de hoy, podrán o no dejar atrás las restricciones pasado mañana. De ellas, las que están más cerca de ese límite, y por lo tanto con más opciones, son Coria del Río (563), Villanueva del Ariscal (576,5), Brenes (536), Utrera (537,7), Cantillana (568,2) o Camas (540,6). Pero los las cifras pueden variar mucho en cuestión de horas por lo que habrá que esperar a los datos de hoy para salir de dudas.
LAS MUERTES SIGUEN DISPARADAS
Mientras tanto, lo que sigue sin dar tregua en esta tercera ola es la mortalidad. La provincia ha sumado más de 120 muertos en los últimos siete días en los que se han dado jornadas con casi 30 muertes. Con los últimos datos publicados por Salud, ayer fueron 19 personas más a las que el virus ha terminado venciendo, cifra idéntica a la notificada el día anterior, y que eleva a 1.556 el total de víctimas mortales desde el comienzo de la pandemia.
Aunque en la última semana los contagios han descendido de forma muy notable, pese a un repunte ayer con 411 positivos, los fallecimientos que se están produciendo estos días son fruto del gran número de positivos detectados principalmente en enero, cuando la curva de la tercera ola comenzó a subir tras las fiestas navideñas.
Directamente vinculado con este aumento de muertes está el hecho de que la presión en las UCI continúa siendo alta, pese a la desescalada de ingresos hospitalarios iniciada hace ya más de dos semanas. Los 509 hospitalizados en la provincia son hoy 307 menos que los que se registraban a principios de mes, pero la ocupación de camas por enfermos Covid en la unidad de críticos se mantiene en las mismas cifras de entonces.
La expansión del coronavirus y, con ella, la suspensión de toda actividad que no fuera urgente o prioritaria obligó a la Unidad de Rehabilitación Cardíaca del Hospital Virgen Macarena a reinventarse y buscar nuevas vías para mantener el entrenamiento de dos meses que ofrece a cardiópatas que han sufrido un episodio agudo.
Los pacientes candidatos a realizar esta terapia son aquellos que han sido hospitalizados tras sufrir un infarto, una angina de pecho, que han sido intervenidos de injerto coronario o se les ha colocado un stent en las arterias coronarias a los que se les enseña a conocer su enfermedad y cómo controlarla una vez se van de alta para evitar que les vuelva a suceder.
Para ello se someten a sesiones de entrenamiento, controlados por profesionales de enfermería, fisioterapia, cardiología y rehabilitación, en la que se prescriben los ejercicios personalizados tras la realización de una prueba de esfuerzo con consumo de oxígeno en la que se valora el funcionamiento del corazón y la ventilación pulmonar y que permite cuantificar el grado de limitación del paciente en función de sus pulsaciones. El programa se completa con una serie de charlas sobre alimentación saludable, disfunción sexual y riesgos del tabaco, y en las que también se trata el componente psicológico.
Con las medidas de restricción impuestas por la pandemia, estas sesiones fueron suspendidas, encontrando meses después en la telemedicina su principal vía de recuperación. El cumplimiento de la distancia de seguridad obligó a reducir a la mitad el número de pacientes que podían asistir al gimnasio, en el que habitualmente se trabaja en ocho puestos –tres bicicletas estáticas y dos cintas rodantes.
En tiempo récord, y una vez se levantó el estado de alarma, el equipo que coordina la cardióloga María del Mar Martínez Quesada se embarcó a mediados del mes de julio en un proyecto de rehabilitación a distancia a fin de adaptar este recurso a las circunstancias sanitarias actuales e intentar así llegar al mayor número de pacientes posible desde casa, evitando desplazamientos al hospital. “Básicamente se trató de un programa domiciliario que supervisábamos de forma telefónica y con el envío de mensajes a través de la plataforma Mercurio y con el que obtuvimos muy buenos resultados, pero que nos parecía insuficiente”, manifiesta la facultativa.
Es así como el pasado mes de diciembre la unidad dio un paso más hacia la consolidación de la telerrehabilitación cardíaca introduciendo un nuevo sistema de videoconferencias. Los profesionales programan sesiones telemáticas para que los pacientes puedan realizar en casa el mismo entrenamiento que realizarían en el hospital bajo su supervisión y corrigiendo en tiempo real la realización de los ejercicios a través de un servicio de videollamada. Igualmente, se realiza un seguimiento de cada paciente y se solucionan las dudas y dificultades relativas al proceso de rehabilitación.
La aplicación de la telemedicina a la rehabilitación cardíaca conlleva, según la doctora Martínez Quesada, importantes beneficios ya que “facilita el acceso al entrenamiento al no tener que desplazarse hasta el hospital” y “permite mantener la comunicación con el resto de participantes que están en el gimnasio, que es algo que se pierde cuando no hay conexión, y que ayuda mucho al ver cómo hay mucha más gente como ellos y con sus mismas inquietudes”. Además, señala la cardióloga, “se ha comprobado que la capacidad de ejercicio mejora de forma similar a cuando lo hacen en el hospital”.
“Lo que pretendemos es que estos programas sean equivalentes a los presenciales. Es fundamental que los pacientes continúen con su plan de entrenamiento ya que está demostrada su efectividad en la mejora de la calidad de vida”, agrega. Igualmente, se mantienen las sesiones presenciales en el hospital en grupos reducidos para aquellos casos más agudos que los profesionales prefieren vigilar de cerca.
Para participar en esta rehabilitación virtual se debe contar con un teléfono móvil o tablet además de una conexión a internet y es conveniente disponer de alguna máquina con la que poder realizar ejercicios de resistencia tipo bicicleta estática, elíptica o cinta rodante. No obstante, también se plantea la posibilidad de seguir la terapia mientras se camina al aire libre.
El nuevo modelo ha permitido atender en el último año a 178 pacientes entre los que destaca una mayoría de hombres y una media de edad en la que destacan los 40 y 50 años. Un perfil “cada vez más común”, según matiza la doctora, debido al “estrés y los malos hábitos” y al que responde Benito Piqueras, de 43 años, que, tras sufrir una angina de pecho, ha formado parte del primer grupo de siete participantes en esta nueva terapia a distancia. “Poder hacer el entrenamiento sin tener que ir al hospital y en los tiempos que estamos ha sido todo un privilegio”, describe el paciente, que valora muy positivamente los resultados de la terapia desde casa.
Una modalidad en la que también ha participado Isabel Rodríguez, otra paciente también de 43 años a la que le sorprendió una angina de pecho en casa después de una dura jornada de trabajo. “Lo primero que pensé al sentir un dolor en el pecho es que me había contagiado de coronavirus, pero era un dolor tan fuerte que me asustó tanto que yo creía que me moría”, señala la mujer, que asegura que nunca antes había tenido problemas de corazón. Como Benito, destaca las ventajas de poder haber realizado la rehabilitación desde casa, teniendo en cuenta, sobre todo, que vive en un pueblo y que el desplazarse le hubiera supuesto “más inconvenientes”. Para ella el aprendizaje en la terapia ha sido “crucial” para su vuelta a la vida.