Diario de Sevilla

Los cazadores de osos frente a un búfalo

Lopetegui ya advirtió del poder ● ofensivo de un Dortmund más joven, fuerte y técnico de lo que la euforia que despertó el sorteo dio a entender

- Eduardo Florido

Refranes antiguos frente a lemas modernos. Del no vender la piel del oso antes de cazarlo al dicen que nunca se rinde. Uno es universal en el idioma castellano y el otro lo universali­zó el Sevilla en su vasta y prolífica epopeya europea. Necesitará de lo mejor de su poemario épico el Sevilla en el legendario Wesfalenst­adion, ahora llamado Signal Iduna Park porque poderoso caballero es Don Dinero, como cantara Quevedo. El Sevilla se quedó sin quevedos ante un búfalo noruego de 20 años que tiene tanta velocidad gestual como fuerza en carrera. Y hasta Renania del Norte irá la tropa de Julen Lopetegui cuando marzo esté anunciando la primavera agarrado a un gol de De Jong, el héroe de Colonia, a 70 kilómetros de Dortmund.

Julen Lopetegui, habitual trovador de las virtudes de los rivales, sea un Getafe venido a menos o un Huesca con hambre de colista, sufrió el estigma de Pedro y el lobo. De tanto avisar de los peligros que se cernían sobre su equipo nadie lo creyó cuando llegó el oso de Westfalia. Muchos lanzaron las campanas al vuelo cuando el sorteo deparó el cruce del Sevilla con el Borussia Dortmund, que ya cayó eliminado en una fase de grupos de la Liga Europa cuando era más favorito. Aquel equipo de Lewandowsk­i, Sahin, Hummels, Piszcezk y compañía terminó siendo campeón de la Bundesliga en aquella temporada, 2010-11. Medió la maldición sevillista de Jürgen Klopp, el técnico que dijo que el estadio que más temía era el Ramón Sánchez-Pizjuán.

Ahora no hay aficiones en los estadios, y bien que lo agradecerá el Sevilla de Lopetegui, que se librará de la caldera amarilla del Westfalens­tadion. Su equipo echó ayer en falta el calor de la grada que tantas veces levantó resultados contrarios. El último en Champions, aquel 0-3 que terminó empatando el Sevilla de Berizzo con gol de Guido Pizarro a balón parado... al Liverpool de Klopp.

Ahora, con el 2-3, la espera será larga y hará crecer la esperanza de tumbar a este joven, técnico, fortísimo y moderno Dortmund. Aunque la épica puede rendirse a la evidencia de una diferencia entre ambos equipos que se fraguó desde el estudio del interino Edin Terzic al Sevilla de Lopetegui: ni una vez fueron a presionar a su defensa, lo esperaron en el bloque medio, donde los medios sevillista­s evidenciar­on su techo físico y técnico y sufrieron continuos robos para que Haaland y Jadon Sancho, adalides de ese juego combinativ­o raudo y vertical, convirtier­an el césped de Nervión en un páramo donde sucumbió la lírica de Papu Gómez, Rakitic o Suso. Faltan 20 días para la cita definitiva.

No habrá público en la Sudtribune, el temido muro amarillo. Y el Sevilla de Lopetegui suele aprender de sus derrotas. Enfrente estará de nuevo el joven búfalo con pinta de oso noruego, esa fiera.

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Haaland corre a celebrar el 1-3 ante un abatido Escudero, al filo del descanso.
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FOTOS: ANTONIO PIZARRO De Jong bate de volea cruzada a Hitz en el minuto 84: el gol de la esperanza sevillista.
 ??  ?? Mateu Morey y Marco Reus hostigan al Papu, reflejo del partido.
Mateu Morey y Marco Reus hostigan al Papu, reflejo del partido.
 ??  ?? Bono, cabizbajo, tras encajar uno de los goles.
Bono, cabizbajo, tras encajar uno de los goles.

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