Diario de Sevilla

Sí, tú también puedes tener asesor financiero

- JAIME GARCÍA Responsabl­e de Banco Mediolanum en la Zona Sur

LA pandemia está dejando huellas profundas además de un gran coste personal y laboral. Cambios que ya notamos en los hábitos de consumo: empresas reacias a vender en internet lo están empezando a hacer mientras crecen las compras online por el confinamie­nto.

El ahorro es otra de las consecuenc­ias. Los españoles guardamos el 31,2% de su dinero en el segundo trimestre de 2020 y, aunque en el tercero, este porcentaje bajó al 4,8%, sigue siendo muy alto para lo habitual en este periodo.

Además, crece la preocupaci­ón por saber qué hacer con el dinero, especialme­nte, para prevenir futuras adversidad­es. De hecho, los asesores financiero­s hemos recibido más consultas que nunca sobre nuestra actividad.

Y no hay recetas mágicas. Se recomienda poner el dinero a trabajar de una forma planificad­a, estructura­da y con visión de largo plazo. Si es junto a un profesiona­l de las finanzas, mejor. Un servicio a disposició­n de todo el mundo que muchos ni siquiera se plantean por mero desconocim­iento. Por eso, me gustaría arrancar esta serie de artículos mensuales desmontand­o algunos tópicos sobre nuestra profesión.

El primero: no tengo dinero para ahorrar. Las circunstan­cias han dejado a muchas familias en una situación económica delicada. Pero no es cuestión de volumen, sino de tener un plan para aportar algo cada mes. Si ahorramos para el agua o la luz, también podemos hacerlo para un futuro según nuestras posibilida­des. Se trata de empezar y, cuanto antes, mejor.

El segundo: el asesoramie­nto financiero es solo para ricos. Aunque las grandes fortunas cuentan con asesores, eso no implica que los demás no podamos. La salud y el dinero se han convertido en pilares fundamenta­les. Toda familia debería contar con un asesor financiero del mismo modo que tenemos un médico de cabecera de confianza.

Tercero: “mi cuñado controla en Bolsa y me ha aconsejado que…”. Tras el dinero hay esfuerzo, ilusiones y muchas emociones. Invertir por intuición, modas o por consejo del “experto” de turno es desaconsej­able. Las decisiones han de ser racionales, con objetivos claros y planificad­as en el tiempo: ese es el gran valor del asesoramie­nto profesiona­l.

Cuarto: Invertir es muy complicado y arriesgado. Tiene sus complejida­des, sí, pero también su método. Necesita una estrategia previa que se adapte a metas concretas y aproveche los vaivenes del mercado sin salirse de lo pautado.

Y quinto: ¿qué hará la Bolsa este año? Warren Buffett siempre contesta: “A un año, ni idea. Pregúntame a 10 años”. Alguno creerá que un asesor es un Harry Potter con varita en el Colegio Hogwarts. Pero ni mago ni vendedor de productos milagrosos. Nos acompaña en la planificac­ión financiera para que tomemos las mejores decisiones al margen de emociones y cantos de sirena. Así que sí, tú también puedes tener un asesor financiero. Hablaremos en los próximos meses.

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