Pedro Simón gana el Premio Primavera por ‘Los ingratos’
● El autor propone en la novela un relato sobre la pérdida de la inocencia que es, a la vez, una crónica de la España que estrenó la democracia
La obra Los ingratos, del escritor y periodista Pedro Simón (Madrid, 1971), ganó ayer el Premio Primavera de Novela, dotado con 100.000 euros, según el fallo del jurado. La novela, que tiene no poco de crónica sentimental y familiar de la España de los primeros años de la democracia, narra una historia ambientada en 1975, cuando llega a un pueblo la nueva maestra con sus hijos, dos chicas y un niño, a través de cuya mirada se relata esta historia. El jurado del galardón –presidido por Carme Riera y compuesto por Antonio Soler, Gervasio Posadas, Fernando Rodríguez Lafuente y Ana Rosa Semprún– apoyó Los ingratos por “unanimidad”.
Se trata de “una historia de los que somos los hijos de una generación deslocalizada”, explicó Simón; una generación, añadió, que “ha dicho poco la palabra gracias” a los que hicieron posible lo que son hoy, esa gente que en la actualidad “se está yendo” y por eso existe una melancolía en su obra “que tiene que ver con las ausencias”. Se trata de una novela sobre una generación que vivió en aquella España donde se viajaba sin cinturones de seguridad, la banda sonora era Penélope de Serrat y se veía el Un, dos tres, un relato sobre la pérdida de la inocencia y el paso de la infancia a la edad adulta. El autor, que trabaja en el diario El Mundo, aseguró que no se considera escritor sino periodista, y señaló que esta obra no se parece en nada a su anterior novela, Peligro de derrumbe, en la que habla de la crisis económica.
Este año, para celebrar el 25 aniversario del galardón, sus convocantes, la editorial Espasa y Ámbito Cultural del Corte Inglés, han concedido otro premio, llamado 25 Primaveras de Novela y orientado a autores menos de 30 años, a No hay gacelas en Finlandia, del ucraniano Dimas Prychyslyy. El jurado elogió “la destreza narrativa y la profundidad de personajes” de la obra, un retrato de la sociedad actual, “hiperconectada y a la vez sumida en la más absoluta de las soledades”.