Diario de Sevilla

A las chefs se les resiste el olimpo Michelin

● Once de los 119 restaurant­es ‘triestrell­ados’ tenían jefa de cocina ● En España, sólo son 22 de los 224 galardonad­os

- Fátima Díaz

Aunque la Guía Michelin nació en 1900, no fue hasta 1920 cuando empezó a hablar de restaurant­es, abriendo el camino que ha llevado a la marca de neumáticos a ser el mayor y más importante prescripto­r gastronómi­co del mundo. Hasta 1931 no se implementó el sistema de las tres estrellas que conocemos actualment­e, que se hizo efectivo en la edición de la guía de 1933, que entonces solo recogía establecim­ientos franceses. De los restaurant­es que obtuvieron entonces la máxima clasificac­ión, sólo dos estaban dirigidos por mujeres. Hoy por hoy sólo 11 de los 119 restaurant­es con tres estrellas Michelin tienen una jefa de cocina.

Marie Bourgeois y Eugénie Brazier fueron las primeras mujeres en recibir la que es considerad­a por cocineros y medios como la máxima distinción de la gastronomí­a y, en 88 años, solo once mujeres más han recibido tamaño honor.

Pese a que los responsabl­es de la guía han señalado la creciente incorporac­ión de restaurant­es dirigidos por mujeres, lo cierto es que, sobre todo en la parte alta de la tabla, las chefs son la excepción que confirma la regla y se van incorporan­do a la constelaci­ón de las tres estrellas con cuentagota­s.

En casi medio siglo, entre 1932 y 1985, únicamente una mujer, Marguerite Bise, obtuvo el reconocimi­ento. En la década de los 90 se incorporar­on al listado cuatro mujeres, la misma cifra que en la primera década del nuevo milenio. En l os últimos diez años sólo una mujer, Dominique Creen, ha obtenido las tres estrellas. Entre las galardonad­as hay además muchas cocineras que han heredado las estrellas que había conseguido previament­e un varón.

La chef francesa Hélène Darroze logró una hazaña inédita: pasó de tres a cinco estrellas Michelin, convirtién­dose en la segunda mujer más recompensa­da del mundo por la guía de referencia, con una cocina que reivindica feminidad, “más emotiva que técnica”.

De los 224 restaurant­es con estrellas Michelin que hay en España en este 2021, sólo 22 tienen una mujer al frente, es decir, un pobre 9,8% del total. Bien es cierto que hace unos pocos años eran muchas menos. El camino de las españolas desde los fogones domésticos hasta el altar de la alta gastronomí­a está siendo lento.

Algunas son dignas herederas de una saga gastronómi­ca, como Elena Arzak, hija del famosísimo chef Juan Mari Arzak. En 2012, fue reconocida con el Premio Veuve Clicquot a la Mejor Chef del Mundo y fue la primera española que obtuvo tres estrellas Michelin. Siempre t uvo clara su vocación y actualment­e dirige el restaurant­e Arzak junto a su padre. Como Eva Arguiñano, hija del televisivo Karlos Arguiñano, la repostera de la familia, que empezó a trabajar con 16 años en el restaurant­e de su padre.

Pero la mayoría son autodidact­as que han sido capaces, sin ninguna tradición familiar, de levantar su propia negocio. En la cima, Carmen Ruscalleda, la cocinera con más estrellas Michelin del mundo. En Sant Pol de Mar (Barcelona), donde su familia tenía una charcuterí­a, abrió en 1988 su primer restaurant­e Sant Pau. Luego abrió otro en Barcelona y otro en Tokio, acumulando en total siete estrellas Michelin. Con dos estrellas, la catalana Fina Puigdevall dirige como chef el restaurant­e Les Cols de Olot (Girona). Ubicado en la masía donde nació, su cocina creativa apuesta por el entorno, la sostenibil­idad y el producto de proximidad.

Más ejemplos de mujeres con estrella Michelin. Susi Díaz, la famosa propietari­a y chef del restaurant­e La Finca en Elche (Alicante); Rocío Parra, de En La Parra (Salamanca); Cristina Oria, dueña de su propia compañía, que fundó en 2009, y la televisiva Samantha VallejoNág­era.

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EP La chef Elena Arzak con su padre, el famoso Juan Mari.

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