Inquietud por el aumento de la violencia en las calles de Sevilla
● Gobierno municipal y oposición se coordinan para poner en marcha medidas que garanticen la seguridad ● El hombre muerto en la riña del jueves fue apuñalado delante de su mujer y su hija
La víctima de San Jerónimo, Francisco P. B., de 49 años, recibió varias puñaladas en el transcurso de la reyerta en la que se vio involucrada, la tarde del jueves en la calle Mejillón. El hombre se desangró delante de su mujer y su hija menor de edad, mientras uno de los agresores se afanaba en volver a apuñalarle una y otra vez. Todo quedó grabado en un vídeo realizado por unos vecinos desde un balcón, que en este momento constituye la principal prueba de cargo de la investigación policial.
El Grupo de Homicidios de la Policía Nacional ha detenido ya a una persona por su presunta participación en los hechos. El arrestado es una de las personas que resultó herida en la reyerta, y que se encuentra hospitalizada bajo custodia policial en el Hospital de Traumatología del Virgen del Rocío tras recibir también una cuchillada. Se trata de un hombre identificado como Domingo B. V., de 52 años, conocido en el barrio por ejercer habitualmente de gorrilla en las inmediaciones del tanatorio.
Aunque la Policía no lo ha confirmado oficialmente, todo apunta a que no es este el autor material del apuñalamiento que acabó con la vida de Francisco. Se trata de un hombre que participó en la reyerta, al que por el momento se le ha imputado un delito de riña tumultuaria. La Policía sigue buscando al hombre que asestó las puñaladas a la víctima, que podría encontrarse oculto en alguna vivienda del barrio. Los agentes lo tendrían ya identificado y sólo faltaría localizarlo y detenerlo.
La investigación continúa abierta. La principal hipótesis que maneja la Policía apunta a una pelea entre dos mujeres como desencadenante de la trifulca que acabó en tragedia. Una de estas mujeres sería la esposa del fallecido, que se habría visto envuelta en una discusión con otra mujer de una familia conf lictiva de San Jerónimo. La tensión habría ido en aumento hasta que entraron los hombres en la bronca y se formó una multitudinaria gresca en mitad de la calle.
Todo ocurrió a las seis y media, todavía con luz natural, en el centro de la calzada de la calle Mejillón, una de las principales vías de San Jerónimo. El lugar de los hechos está a apenas treinta metros de una gran plaza con un parque infantil, en el que a esa hora jugaban varios niños del barrio. Como se observa en el vídeo, en la pelea participaron dos bandos. Uno es el formado por la víctima, que lleva un chaleco azul de rayas, su esposa, que viste de azul y recibe una gran cantidad de palos en la espalda, y su hija menor de edad, que también resultó apuñalada al intentar defender a su padre. En el otro bando hay más de diez participantes, algunos de ellos con palos y al menos uno con un cuchillo.
El agresor viste con una sudadera roja y se acerca en varias ocasiones a la víctima. Primero le asesta puñaladas en el suelo y luego, cuando éste se ha conseguido levantar, le vuelve a apuñalar en el cuello. Fuentes sanitarias explicaron que la herida más grave era una que tenía en la espalda, que pudo resultar mortal de necesidad. Este extremo tendrá que ser confirmado por la autopsia que se le practicará al cadáver en las próximas horas en el Instituto de Medicina Legal, ubicado también en el barrio de San Jerónimo, a escasa distancia del lugar de la pelea.
Los servicios de emergencias sanitarias del 061 enviaron tres ambulancias (un equipo de emergencias, otro de coordinación avanzada y uno de soporte vital básico), que se afanaron por salvar la vida de la víctima. Lo lle
El hombre que perdió la vida, Francisco B. P., tenía 49 años y era conductor de VTC
El vídeo de la trifulca, grabado por un vecino, es la principal prueba de cargo del caso
garon a trasladar, todavía con constantes vitales, al Hospital Universitario Virgen Macarena. Allí murió poco después.
En la puerta de Urgencias del Hospital Macarena permanecían la noche del crimen varios familiares de la víctima, atendidos por el personal médico y también por agentes de la Policía Nacional. Algunos miembros del Grupo de Homicidios se entrevistaban allí con la mujer del muerto, que se encontraba casi en shock y con las manos vendadas.
Francisco P. B., de 49 años, a quien todos conocían como Paco, trabajaba como conductor de vehículos VTC y se pasaba, según su familia, todo el día trabajando. Los familiares desconocen qué pudo ocurrir para que se viera involucrado en un incidente tan violento en el barrio en el que llevaba tiempo viviendo y en el que nunca había tenido ningún problema. Los familiares, muy afectados, no habían querido aún ver las imágenes e incluso lamentaban que se hubieran difundido con tanta rapidez. Sin embargo, admitieron que suponen una prueba importante para identificar al presunto autor de la agresión y llevarlo ante la Justicia con celeridad.
En la calle Mejillón permanecían los restos de los palos empleados por los agresores y algunas prendas de ropa tiradas en mitad de la calzada. En un bordillo, una sábana llena de sangre indicaba cuál es el lugar en el que cayó malherido Francisco. En la plaza en la que horas antes jugaban los niños, varias personas lamentaban la muerte de Francisco y se preguntaban lo mismo que todos: ¿por qué?