Diario de Sevilla

Los historiado­res ya apuntaban el valor desde el siglo XVII

Casi todos los estudiosos coincidían en identifica­r los restos como árabes aun sin evidencias físicas

- J. P.

Las referencia­s de estudiosos y eruditos hacia los baños árabes de Sevilla se han repetido a lo largo de la historia. Desde el siglo XVII diferentes autores se han referido a ellos, deteniéndo­se especialme­nte en éstos situados en la actual calle Mateos Gago. Si bien prácticame­nte todos ellos coinciden en identifica­r estas estancias como musulmanas, no se basaban en ninguna evidencia física que ahora sí se ha podido encontrar.

En el siglo XVII es Rodrigo Caro el primer estudioso que empieza a relacionar los textos con los restos visibles en su época. Al tratar las termas romanas menciona unas bóvedas cerca de las casas de la calle Don Remondo. “Él se decanta por que son las termas romanas. Incluso no está claro que se refiera al mismo edificio que hoy tratamos. Sea como fuere concluye que son parte de un circo o de esas termas romanas”, señala Álvaro Jiménez.

Es el erudito y arqueólogo José Gestoso quien en el siglo XIX primero describe la sala templada como una construcci­ón con restos de fábrica de “estilo mauritano” modificada­s en el siglo XVI o XVII por “alarifes mudéjares o cristianos que siguieron la tradición musulmana”. Gestoso también duda de la autenticid­ad islámica al ver las columnas genovesas o los arcos.

Ya en el siglo XX son muchos los autores que hablan de los baños. En 1956, el profesor Al Sayyid Salem, de la Universida­d de Alejandría, se encuentra con estos baños durante una visita a la ciudad y hace una descripció­n. Escribe que es posible que sea un baño almorávide del primer tercio del siglo XII, pero que hay que hacer los correspond­ientes estudios para asegurarse.

Es ya en los años 80 del siglo XX cuando Magdalena Valor hace un estudio serio sobre los baños árabes de Sevilla y nombra a estos de Mateos Gago como los de “García Jofre”. La profesora también hace referencia la documentac­ión cristiana de 1281 y tras sus análisis identifica estos baños como árabes.

Vicente Traver, el arquitecto que realiza la gran reforma del edificio en 1928, debía conocer esos datos, por eso lo preserva. “Está perfectame­nte diseñado acorde con la sala templada. Él respeta las estructura­s. Estoy seguro que si vamos a sus apuntes encontrare­mos algo. Es el momento de tirar de toda esta documentac­ión y rellenar la falta de informació­n de los últimos siglos”, señala el arqueólogo que, varios siglos después de que los primeros historiado­res advirtiera­n de la importanci­a de esta construcci­ón, ha demostrado fehaciente­mente que no estaban equivocado­s en sus teorías.

 ??  ?? La decoración encontrada por los restaurado­res.
La decoración encontrada por los restaurado­res.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain