Menos de cien mil sevillanos han completado ya su vacunación
● El parón de Astrazeneca redujo la semana pasada de unas 40.000 a 26.000 las dosis inyectadas
La vacunación masiva vuelve mañana a Sevilla con la reanudación de las inmunizaciones con Astrazeneca. La paralización hace siete días de la vacuna diseñada entre la Universidad de Oxford y el laboratorio Astrazeneca ante la sospecha de una posibles relación entre casos de trombosis y la inyección ha supuesto una importante ralentización en el ritmo de la campaña en la provincia.
Sevilla alcanzó ayer las 269.360 dosis de las distintas vacunas contra el Covid-19 tras inocular 26.243 inyecciones en la última semana. Una cifra que reduce en un 34,7% el ritmo semanal seguido durante la semana previa, ya que, según los datos facilitados por la Consejería de Salud, en los siete días anteriores, es decir, entre el 15 y el 8 de marzo, se administraron en la provincia 40.128 vacunas y, justo una semana antes, entre el día 1 y el 8, una cifra similar, 39.169.
La vacuna de Astrazeneca, por sus características hasta la fecha –en principio acordada para utilizar únicamente en menores de 55 años aunque la Junta ya ha anunciado que se ampliará diez años más–, se estaba aprovechando para avanzar en el calendario vacunal y proteger a colectivos esenciales, fundamentalmente docentes y cuerpos de seguridad. Hasta el pasado día 15 de marzo, cuando se decretó su suspensión preventiva, en la provincia se habían inyectado 46.119 dosis de este remedio.
La inclusión de este fármaco como tercera vacuna contra el coronavirus aprobada por la Agencia Europea del Medicamento (junto a Pfizer y Moderna) supuso que, en pocas semanas, Sevilla pasara de inocular unas 3.000 dosis diarias a rondar las 6.000. Este avance se ha visto frenado en los últimos siete días, pero se retoma mañana, sobre todo, en los puntos de vacunación masiva instalados en el pabellón deportivo de la Universidad de Sevilla en Los Bermejales y en el campus de Ramón y Cajal, donde volverán a ser convocados los docentes, policías, guardias civiles y militares, entre otros, a los que hubo que suspenderles sus citas la semana pasada, además de los que aún quedaban por citar, y donde sí se ha mantenido estos días la inmunización de los mayores de 80 años y la inoculación de segundas dosis de Pfizer y Moderna que, prácticamente, han supuesto la mitad de las inyecciones de la última semana (en torno a 18.000).
Según los datos ofrecidos por Salud, con las inyecciones ya puestas, se ha vacunado el 13,7% de la población en la provincia, mientras que la cifra de inmunizados tras recibir la pauta completa se sitúa en 98.862, el 5% de los sevillanos.
Por otro lado, mientras la provincia se prepara para recuperar el ritmo de vacunación una vez aprobada la continuación del uso del antídoto de la Universidad de Oxford, docentes sevillanos y miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado tienen puestos sus ojos y, su recelo, al menos en parte, en estas inyecciones. La Confederación Española de Policía (CEP) ya emitió la semana pasada un comunicado en el que admitía haber solicitado por carta a la Consejería de Salud la puesta en marcha de “un plan urgente de atención, seguimiento y valoración” de los funcionarios del colectivo que han recibido la vacuna en el que pedían la prioridad “de su atención urgente en caso de síntomas y suministrando información oficial sobre aquellos que deben ser tenidos en cuenta en caso de aparecer para reclamar una atención médica de urgencias”.
Por su parte, desde la Asociación Nacional de Profesionales de la Enseñanza (ANPE), su vicepresidente en Sevilla, Antonio Brea, “felicita” que el proceso de vacunación se reanude, pero no oculta la “inquietud” y “desconfianza” entre el profesorado ante los acontecimientos relacionados con la vacuna de Astrazeneca y su suspensión temporal. “Hoy por hoy son innumerables los testimonios de profesores que se han visto perjudicados por los efectos adversos tras recibir esa vacuna, tales como mareos o fiebre, y que les han impedido el desarrollo de su trabajo”, afirma. No obstante, aunque son varios los docentes que les han manifestado dudas sobre si ponerse la segunda dosis, Brea destaca que “la mayoría apuesta por recibir una vacuna, aunque sea sospechosa, antes que no recibir ninguna”.