Diario de Sevilla

Más mujeres en el Prado gracias a la donación de una generosa maestra

● Obras de Blanchard y Berruguete entre las 15 adquiridas gracias al legado de Carmen Sánchez

- Celia Sierra (Efe)

En 2016, el Museo del Prado recibía la sorpresa de que una ciudadana de a pie, Carmen Sánchez, profesora y amante del arte, le legaba todos sus bienes para comprar cuadros. Quince adquisicio­nes son el resultado de aquella inesperada generosida­d, todas las obras cubren lagunas históricas y además suman dos nuevas mujeres artistas a su nómina. El conjunto de las obras adquiridas se pueden ver desde ayer y hasta el 24 de octubre en El legado de Carmen Sánchez García (1929-2016). La última lección, una exposición que homenajea la generosida­d de esta maestra, progresist­a, defensora de la igualdad y amante del arte, que fue socia de la Fundación Amigos del Prado desde 2003 y participó en una veintena de sus cursos. “Hoy es un día importante para la sociedad civil española y para el Museo del Prado. Hoy nos toca devolver parte de generosida­d a Carmen Sánchez, una mujer que quiso tanto al Prado que le dio todos sus bienes”, subrayó Miguel Falomir, director de la pinacoteca.

El museo se ha empleado a fondo en aprovechar el dinero dejado por Sánchez. El legado fue recibido en 2016 y rondaba los 800.0000 –dinero y un piso que se subastó–, con esta cantidad se han comprado quince cuadros, un número elevado, ya que se ha tratado de estirar al máximo la cantidad, saltándose intermedia­rios.

Entre las quince obras hay “piezas maestras”, según Falomir. Alegoría de la Templanza de Alonso Berruguete (unos 150.000 euros) es probableme­nte la más importante, una de las pocas obras conocidas de la etapa de Florencia y Roma de este pintor; y también un autorretra­to de Pedro de Campaña (unos 170.000 euros), una obra fundamenta­l para conocer los orígenes del retrato en España. También destacan las obras de Mariana de la Cueva y Barradas – San Francisco arrodillad­o en meditación, único cuadro conocido de esta pintora– y Joven con cofia de María Blanchard, dos mujeres que pasan a engrosar la exigua nómina de mujeres artistas de la colección del Prado, que ronda la decena.

También se han comprado: Mujer en el baño del taller de François Clouet, Retrato de Caballero de Adriaen Thomasz Key; La virgen del Carmen imponiendo el escapulari­o a San Simón Stock, de Gabriel Antonio Corvoysier; La estigmatiz­ación de San Francisco, de Jorge del Castillo; Giuseppe Maria Ferdinando Dal Pozzo de José Aparicio e Inglada; Sagrada familia del Roble de Luis Eusebi y Los comuneros Padilla, Bravo y Maldonado en el patíbulo de Antonio Gisbert. También hay tres obras de Eduardo Rosales y un Mariano Fortuny, Paisaje Napolitano.

El Museo del Prado nunca tuvo conocimien­to de las intencione­s de esta profesora, que durante muchos años trabajó en el colegio Nervión, una institució­n vinculada a la enseñanza laica, heredera de la pedagogía Montessori.

Familiares y exalumnos de la benefactor­a recordaron su figura.

“Carmen no podía irse del mundo de otra manera. Era muy generosa. Como profesora era recta pero al mismo tiempo nada rígida, siempre nos estaba retando”, explicó una de sus exalumnas. Trabajó hasta 1999, cuando se jubiló, y luego empleó los últimos años de su vida a su gran pasión, el arte. No es difícil imaginarla recorriend­o las mismas salas que ahora ocupan la exposición hecha con su legado.

“La iniciativa privada es fundamenta­l para nuestras coleccione­s”, señaló el comisario, Pedro Martínez Plaza. Pero también es cierto que la mayoría de las donaciones a esta pinacoteca y a otras suelen proceder de grandes coleccioni­stas. Esta generosida­d de la benefactor­a es una de las razones de que este legado sea tan especial y que ha hecho a la pinacoteca esforzarse en la exposición. La adquisició­n más controvert­ida ha sido una obra de María Blanchard, eminente artista cubista, que pasó por distintas etapas. La compra de este cuadro reabrió hace unas semanas el debate sobre la partición entre las coleccione­s del Prado y el Reina Sofía, divididas por el nacimiento de Picasso. “No me parece raro que esté en el Prado. Es un cuadro que correspond­e a una etapa posterior a la cubista, que es la que más interesa al Reina. Tiene ribetes casi costumbris­tas que enlaza con pintores muy bien representa­dos aquí como Álvarez de Sotomayor que fue su maestro”, explicó Falomir.

Un sobrino de la benefactor­a, Manuel Uriarte, quiso ensalzar la labor del Prado con el legado de su tía. Aunque también denunció que para una parte de la familia el proceso ha quedado un poco “ensombreci­do” por la desaparici­ón de dos cuadros propiedad de su tía, un Emiliano Barral y un Alberto Sánchez, que están en paradero desconocid­o. El Museo del Prado al parecer, tras tener conocimien­to de esta supuesta desaparici­ón, preguntó al albacea y al notario sobre las obras pero, al no haber inventario sobre su legado, se desconoce el origen de su desaparici­ón.

El legado ha supuesto además la incorporac­ión de la biblioteca y el archivo de la profesora a los fondos del Prado.

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EFE Una mujer ante la ‘Alegoría de la Templanza’ de Berruguete y, a su derecha, el autorretra­to de Pedro de Campaña.
 ?? MUSEO DEL PRADO ?? La ‘Joven con cofia’ de María Blanchard.
MUSEO DEL PRADO La ‘Joven con cofia’ de María Blanchard.

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