Baudelaire en su bicentenario y el club de los poetas sádicos
Charles Baudelaire es uno de los poetas que más ha influido en la poesía universal del último siglo y medio y, en coincidencia con su bicentenario, que se cumple el viernes, se ha traducido al español El sadismo de Baudelaire, un conjunto de ensayos sobre el autor de Las flores del mal del crítico y catedrático francés Georges Blin (1917-2015). “Que Baudelaire recibió intensamente la influencia del marqués de Sade es algo fuera de duda”. Con esta frase arranca el primero de estos ensayos, el que da título al libro que, con traducción de Lluis María Todó, ha sido publicado por Ediciones del Subsuelo, si bien en Francia estos estudios, que Georges Blin –profesor de la Sorbona desde 1961 y catedrático de Literatura Francesa del College de France–publicó en la década de los cuarenta, forman parte de la crítica clásica que ha acompañado la obra de Charles Baudelaire.
Aunque Baudelaire, en sus
Ediciones del Subsuelo arroja luz sobre la influencia del Marqués de Sade
obras, sólo cita tres veces al Marques de Sade, la influencia de este, según Blin, pudo llegarle por múltiples vías, de modo que si “el culto a la energía tensada hasta el crimen” pudo heredarlo de Stendhal, el gusto por “la crueldad macabra” pudo venirle de Petrus Borel, quien llegó a afirmar que “un hombre honrado siempre lleva en el bolsillo un volumen del marqués de Sade”.
Además de esas influencias literarias, la obra de Poe “con su necrofilia tan especial, tuvo que mantener la imaginación del poeta en un comercio obsesivo con el horror”, según escribe Blin, quien a esas influencias librescas suma las personales de los “grandes sadistas” que fueron el escritor Barbey d’Aurebilly y Auguste Poulet-Malassis, quien además de amigo del poeta fue su editor. Según Blin, Baudelaire contemplaba el acto sexual como “una tragedia de deshonor” porque el poeta identificaba la unión de dos cuerpos como “una tortura” o como una “operación quirúrgica” y el propio placer como “un injerto en el dolor”.