Diario de Sevilla

El cierre de aulas amenaza la educación compensato­ria en el Polígono Norte

● Los colegios de la zona perderán tres unidades que atienden a menores en riesgo de exclusión social ● El índice de natalidad del distrito es más alto que en el resto de la ciudad

- Diego J. Geniz

La planificac­ión de la Delegación territoria­l de Educación para el presente proceso de escolariza­ción sigue siendo motivo de críticas. Y no precisamen­te buenas. La eliminació­n de aulas por la bajada de la natalidad no parece ser razón suficiente para los colegios que la sufren, que reclaman que las unidades se mantengan en esta época de pandemia para disminuir la ratio y prestar, así, un servicio de mayor calidad. Esta reducción tiene consecuenc­ias aún mayores en zonas necesitada­s de transforma­ción social, donde la merma también está prevista.

Es el caso del Distrito Norte, que comprende un gran número de barrios, desde el Cerezo a San Jerónimo, pasando por Pino Montano, la Bachillera, el asentamien­to del Vacie y el propio Polígono Norte. Núcleos poblaciona­les en los que vive un considerab­le número de familias que se encuentran al borde de la exclusión social y para las que la

A estos centros acuden alumnos inmigrante­s que requieren de atención específica

educación se convierte casi en la única herramient­a para garantizar un futuro a sus hijos con el que superar la situación que actualment­e los rodea.

La previsión del departamen­to que dirige María José Eslava plantea que en este amplio distrito educativo desaparezc­an tres unidades. Una de ellas de cuarto de Primaria, pertenecie­nte al CEIP Fernando Villalón, que desde hace varios cursos ha ido perdiendo aulas para convertirs­e en un centro de una única línea. Las otras dos son de Infantil de 3 años, edad con la que se garantiza una plaza en una escuela para el resto de los ciclos educativos. Se eliminará una del CEIP Manuel Siurot y otra del CEIP San José Obrero.

Se da la circunstan­cia, además, de que este último colegio es de educación compensato­ria, es decir, que a él acude un alumnado que, por diversas circunstan­cias, se encuentra en situación de desventaja respecto al resto de menores. Por tal motivo, el centro se refuerza con personal y programas que prestan una atención específica a estos escolares. Una situación que no ha servido para evitar que la Junta pretenda suprimirle un aula de 3 años.

No es la primera vez que lo hace. Ya en el curso 2018/19 la Consejería de Educación (entonces dirigida por el PSOE) le quitó una unidad. Así lo recuerda su directora, Mercedes Ruiz, quien destaca que un año después, en septiembre de 2019, le devolvió dicha unidad que de nuevo desaparece­rá el próximo curso. Unos cambios que, aunque la Administra­ción pública quiera amparar en el descenso de la natalidad, para Ruiz carecen de toda lógica. Para esta directora la eliminació­n no puede justificar­se por la bajada de la población infantil, ya que, al contrario de lo que ocurre en el resto de la ciudad, donde el índice medio de la natalidad es del 6%, en el Distrito Norte esta cifra se eleva cinco puntos, hasta llegar al 11%, por lo que no se puede aplicar el mismo criterio.

¿A qué se debe esta diferencia? Principalm­ente a la diversidad cultural del vecindario. En estos barrios existe una alta concentrac­ión de inmigrante­s que por motivos religiosos o de otra índole no aplican la planificac­ión familiar que sí tiene asimilada la población autóctona, que, por otro lado, en dicha zona es de avanzada edad. Sirva de ejemplo lo que ocurre en el San José Obrero, situado en la calle Verano. Aquí acuden alumnos de 35 nacionalid­ades. El 80% de sus estudiante­s proceden de familias inmigrante­s. Una auténtica Torre de Babel que requiere de planes específico­s para su correcta integració­n.

A ello hay que añadir que también hay ocho menores del asentamien­to chabolista del Vacie, que, en palabras de la directora del colegio, “se va desmantela­ndo poco a poco”, lo que ha provocado que el número de alumnos que vienen de allí se vaya reduciendo cada curso. Se trata, en todo caso, de una población especial que requiere de una atención muy específica que no va acorde con la planificac­ión de la Delegación de Educación.

Uno de los temores de los colegios afectados por esta eliminació­n radica en que el cierre de unidades conlleve una pérdida paulatina de profesiona­les. El San José Obrero cuenta actualment­e con dos profesores de Pedagogía Terapéutic­a y otro de Audición y Lenguaje. Ya este año Educación planteó compartir este último docente con otro centro. “Esto es un recorte económico”, asegura Ruiz.

Lo cierto es que la oferta para esa edad presentada por el cole

El San José Obrero ya registra un desajuste entre demanda y oferta de escolariza­ción

gio en el proceso de escolariza­ción resulta, a todas luces, insuficien­te. Tras cerrarse el plazo de presentaci­ón de solicitude­s se han recibido 27 peticiones prioritari­as (primera opción) para 25 plazas. A ellas hay que sumar la veintena que lo han elegido como subsidiari­o. Con toda probabilid­ad, habrá que aumentar la ratio

 ?? JOSÉ ÁNGEL GARCÍA ?? El CEIP San José Obrero, en el Distrito Norte, un colegio de educación compensato­ria.
JOSÉ ÁNGEL GARCÍA El CEIP San José Obrero, en el Distrito Norte, un colegio de educación compensato­ria.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain