Arranca la feria Estampa
General de Bellas Artes del Ministerio y la Junta de Calificación, Valoración y Exportación de Bienes se reunió el miércoles de urgencia para declarar el cuadro como inexportable. Además, a instancias del Ministerio, la Comunidad de Madrid ha iniciado la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) del cuadro. “Con esa doble garantía nos aseguramos que se quede en España y que se puedan hacer las cosas bien”, explicó el ministro.
Según publicó ayer el diario italiano La Repubblica, el cuadro, que estaba inicialmente atribuido a un discípulo de José de Ribera, sería realmente un caravaggio. Se trata de un Ecce Homo del siglo XVII, un óleo sobre lienzo, de 111 por 86 centímetros y cuyo precio de salida eran apenas 1.500 euros. Sin embargo, según los expertos consultados por el diario, este Cristo “tiene toda la pinta de ser un caravaggio descubierto, y puede abrir un nuevo capítulo sensacional en la historia del pintor maldito, fallecido a los 39 años, el 18 de julio de 1610 en la costa entre Lazio y Toscana, a la espera de ser indultado de la condena por asesinato”.
El diario italiano recoge la declaración de María Cristina Terzaghi, una de las primeras estudiosas del maestro del siglo XVII, quien llegó a la capital española para ver la obra y no tiene dudas de que pertenece al pintor cuyo verdadero nombre era Michelangelo Merisi. Esta profesora de Historia del Arte Moderna de la Universidad Roma Tre explica que “el manto púrpura con el que se viste Cristo tiene el mismo valor compositivo que el rojo de la Salomé del Prado de Madrid”, y que “esta obra mantiene un vínculo profundo con las pinturas elaboradas al comienzo de la estancia napolitana”.
El periódico explicaba que la elección del Estado español “de bloquear la subasta es una prueba clara de que la nueva atribución es ampliamente compartida”, aunque el ministro pidió tiempo para verificar la autenticidad del cuadro. “En todo caso es un cuadro muy valioso, ojalá sea un caravaggio”, señaló Rodríguez-Uribes.
El Gobierno quería actuar con toda rapidez para evitar la posible salida del cuadro del país y evitar así un suceso similar a la salida de otro caravaggio en los setenta, que fue subastado y
Estampa, la primera feria de arte de la pandemia que se celebra en España, abrió ayer sus puertas en Madrid convertida en un banco de pruebas de cómo se celebra una cita de este tipo: pasillos más amplios, renovación de aire cada veinte minutos y 3.548 personas de aforo máximo. “El nivel de ilusión y de exigencia es muy alto”, declaró el director de la feria, Chema de Francisco, que la inauguró junto al ministro de Cultura, José Manuel Rodríguez-Uribes. Estampa, que tradicionalmente se celebra en otoño pero ha ido posponiendo su celebración por la pandemia, abre sus puertas rodeada de expectación hasta el próximo domingo. Hace un año que en España no se ha celebrado nin
ahora está en Cleveland (Estados Unidos).
La experta italiana afirmó que se parte de un hecho seguro y es que el lienzo lleva casi cuatro siglos en España y retrata el mismo tema ya afrontado por Caravaggio. Como señalan los docuguna feria de arte. La última fue ARCO, apenas una semana antes del confinamiento y, según un informe del CSIC, fue uno de los muchos focos de entrada del virus en España –junto con los partidos de fútbol y otros eventos–. Estampa cuenta con el mismo número de galerías (70) que en su edición anterior, pero con mucho más espacio y medidas de seguridad para combatir la crisis sanitaria. “Hemos comprobado que la cultura es segura y se puede ir a los museos, los teatros o los conciertos. Debemos hacerlo y podemos hacerlo, porque la cultura es necesaria”, dijo en la inauguración Rodríguez-Uribes, que tiene la esperanza de que ARCO, que se ha pospuesto a julio, pueda celebrarse.
mentos, se sabe que en Roma, en 1605, Caravaggio pintó un Ecce Homo para el cardenal Massimo Massimi. El mismo tema está inventariado en 1631 en la colección de Juan de Lezcano, embajador de España ante la Santa Sede, y marcado por una altísima estimación de 800 escudos. El virrey de España, conde de Castrillo, poseía otro caravaggio original: el Salomé con la cabeza del Bautista que junto al Ecce Homo viajaron a España con su propietario en 1659, según reconstruía el diario.
El primer cuadro, incluido entre las posesiones reales ya en 1666, terminó en el Museo del Prado, donde aún se exhibe en la actualidad, y el segundo, con toda probabilidad, es el que afloró entre los objetos de la sede de la casa de arte Ansorena.
“Que los propietarios hayan olvidado un caravaggio auténtico durante siglos puede ser asombroso. Sin embargo, no es la primera vez que esto sucede. El caso más reciente es el de la Magdalena en éxtasis, atribuido por Mina Gregori, decana de la cátedra de Caravaggio, y heredado por coleccionistas no expertos”, explicaba el rotativo.
En otro medio italiano, el diario Corriere della Sera, el crítico de arte Vittorio Sgarbi reconoce que se había propuesto comprarlo por cientos de miles de euros ante la creencia de que se trataba de un caravaggio para poder traerlo de nuevo a Italia, pero que este miércoles se enteró de que el cuadro había sido retirado.