Aforos en los teatros: ¿han cambiado de repente las reglas del juego?
● La Junta habla de un hecho “puntual”; el Ayuntamiento dice que, con estos criterios, hay riesgo de “apagón grave”
La cancelación por parte de la Junta de Andalucía de la obra El bar que se tragó a todos los españoles, escrita por Alfredo Sanzol para el Centro Dramático Nacional, ha generado una honda preocupación y un enorme malestar en el sector cultural, pero también algunas voces, desde la política, han mostrado su perplejidad ante esa decisión, comunicada en horas intempestivas (pasadas las once de la noche del viernes, horas antes de la primera función, que se iba a celebrar el sábado a las 12:00).
“Tengo que decirlo: estoy enrabietado, porque en comparación con lo que está ocurriendo en otras ciudades andaluzas parece ser que los criterios no son los mismos”. Así de contundente se expresó ayer el delegado de Hábitat Urbano, Cultura y Turismo del Ayuntamiento de Sevilla, Antonio Muñoz. Además de estas declaraciones públicas, realizadas en un acto en el Teatro de la Maestranza, Muñoz remitió una carta a la consejera de Cultura y Patrimonio Histórico. En ella traslada a Patricia del Pozo su “desconcierto” tras haber constatado que “los criterios que sorprendentemente se están aplicando en Sevilla no se usan en otro equipamientos culturales andaluces como el Teatro Villamarta de Jerez o el Cánovas de Málaga”. “Queremos entender –añade en esa carta Muñoz– que este cambio de criterio es sólo fruto de una descoordinación interna en la Junta y que no responde a motivaciones de otra índole”.
“Mi rabia es fruto de hablar con el sector. Cuando decimos que la cultura es segura no es un eslogan, es la realidad, los datos están ahí. El personal y los directivos de los teatros, el público de los teatros, todo el mundo está dando ejemplo”, afirmó Muñoz, que en su carta a Del Pozo afirma desconocer los motivos por los que, a su juicio, el “clima de colaboración” entre el Ayuntamiento y la Consejería está “roto desde el 25 de marzo”. El delegado advierte a la consejera de que, con las medidas que empezaron súbitamente a aplicarse este fin de semana, la cultura sevillana está en riesgo de sufrir “un apagón de graves consecuencias”.
Este periódico intentó en reiteradas ocasiones contactar con la consejera de Cultura y Patrimonio Histórico, pero su equipo se limitó a remitirse a las declaraciones que realizó, en el citado acto en el Maestranza, la delegada territorial de Fomento, Cultura y Patrimonio Histórico de la Junta en Sevilla, Susana Cayuelas. “Todos los espacios dependientes de la Consejería han cumplido escrupulosamente la normativa del Gobierno de España y las disposiciones sanitarias de la propia Junta. Con respecto al Central, en ese momento desde Salud hubo un dictamen en el que se veía que no se podía mantener la distancia y la opción que se tomó, por el tiempo del que se disponía, fue la más segura, la más sensata y la más seria, que era la cancelación. Es algo que ha ocurrido puntualmente”.
Esquemáticas palabras que no alcanzan a disipar la sensación de arbitrariedad y agravio que ha hecho estallar al sector cultural primero y al máximo responsable de la política cultural municipal después. ¿Acaso la Junta no se fía de las medidas higiénicas y de seguridad que ella misma ha implantado en sus teatros, entre ellos el Central? ¿Por qué este espacio escénico ha venido celebrando funciones sin problemas (ni brotes derivados de su actividad) desde el pasado otoño, con tasas de incidencia de la pandemia mayores, y de repente este fin de semana le bajan el telón abruptamente y sin más explicaciones que la imposibilidad de cumplir el metro y medio de separación en el patio de butacas? ¿Por qué, entonces, se han celebrado antes sin advertencias en contra de la Junta; y por qué este mismo fin de semana otros teatros de la ciudad sí llevaron a cabo sus funciones con normalidad dentro de las medidas de prevención y reducción de aforo dictadas por la propia Junta?
A Muñoz le parece que lo que ha ocurrido “se llama cambiar las reglas en mitad del partido, sin que haya una situación pandémica en Sevilla que lo justifique”. Y sin citarlo, tácita pero inequívocamente, se refirió al pulso que le está echando a la Junta el sector taurino, empeñado en ampliar el aforo de las corridas de la Feria de Abril hasta el 50%, mucho más de lo que permiten las actuales restricciones. Es una impresión extendida en el mundo de la cultura que se ha asistido a una especie de (capciosa) decisión salomónica de la Junta: ni para unos, ni para otros... con el matiz de que en todos los teatros se han cumplido a rajatabla las condiciones impuestas en cada momento por la Junta y por tanto este presunto castigo ejemplarizante para amortiguar la protesta de los taurinos respondería a una lógica del todo inexplicable.
“Quizás por otro sector, no diré cuál, que a lo mejor chilla más, hay un tratamiento hacia la cultura que no se justifica con esas cancelaciones. No sabemos por qué se suspendió lo del Central, parece que no se podía garantizar el metro y medio, pero eso emana de una normativa que dice que cuando no se pueda garantizar ese metro y medio se podrán poner otras medidas de seguridad, y con esa interpretación hemos funcionado hasta ahora. ¿Cómo nos pueden decir ahora que tenemos que garantizar el metro y medio sí o sí, cuando los informes de la Delegación de Salud [de la Junta] en otros espectáculos nos han permitido amortiguar la ausencia del metro y medio de distancia con otras cuestiones? Es una interpretación nueva a la que nos hemos enfrentado esta semana, y por eso estoy muy preocupado”, concluyó Antonio Muñoz.
Antonio Muñoz
Delegado de Cultura
Los criterios que ahora se están aplicando en Sevilla no son los mismos en Jerez o Málaga”
Susana Cayuelas
Delegada territorial de la Junta La opción que se aplicó en el Central, por el tiempo que había, fue la más segura y sensata”