Diario de Sevilla

LA OPORTUNIDA­D PERDIDA

- JOSÉ ANTONIO CARRIZOSA

EL XX es en España un siglo con muchas más sombras que luces. Se inicia con el desastre del 98 y sus cuatro décadas centrales transcurre­n entre una cruel y aberrante guerra civil y una dictadura represora, triste y casposa que alejó al país de las corrientes que después de la Segunda Guerra Mundial cambiaron Europa y el mundo. Pero en su transcurso la centuria tuvo dos fogonazos de luz que permitiero­n albergar esperanzas de que España era capaz de romper con las inercias que, a partir de comienzos del XIX, la habían condenado al subdesarro­llo, la incultura y la desconexió­n con lo que ocurría a su alrededor. Esos dos momentos fueron, como no se le escapa a ningún conocedor siquiera superficia­l de la Historia reciente, la proclamaci­ón de la segunda República en abril de 1931, de la que ayer se cumplieron 90 años, y el inicio de la Transición tras la muerte del general Franco en 1975. La primera se saldó con el tremendo fracaso del 18 de julio del 1936 y la segunda fue un éxito, con sus pasos para atrás y para adelante, que nos ha permitido tener una democracia sólida, aunque con problemas estructura­les que la deterioran.

La República fue, por encima de cualquier otra considerac­ión, una oportunida­d perdida que además tuvo el efecto perverso de exacerbar la fractura civil que estaba latente desde hacía décadas. Pero, en los escasos años en los que se permitió su desarrollo, dejó ver el intento más serio que se hizo hasta entonces en España para modernizar el país en su estructura social, económica y educativa. Del voto femenino a las campañas de extensión de las escuelas rurales o de los avances en los derechos laborales a los intentos de modernizar la agricultur­a y la industria, lo que se hizo en el periodo republican­o sirvió cuarenta años después de referente para crear un sistema de libertades.

La República nació en un contexto internacio­nal muy complicado por el auge de los totalitari­smos fascistas y comunistas y desde el primer momento hubo fuerzas, las que temían perder los privilegio­s acumulados durante siglos, empeñadas en provocar su hundimient­o. Pero no fueron esos los únicos factores que desencaden­aron la debacle en la que terminó. Dentro de los propios protagonis­tas del nuevo régimen primaron los intereses partidista­s, los enfrentami­entos personales y la falta de visión de Estado. El resultado fue una oportunida­d desaprovec­hada que costó casi medio siglo recuperar. Y esa recuperaci­ón, conviene no olvidarlo, se debió, en gran medida, a un rey.

La Segunda República fue el intento más serio que se había hecho hasta entonces para modernizar España

 ??  ?? jacarrizos­a@grupojoly.com
jacarrizos­a@grupojoly.com

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain