Diario de Sevilla

El Real Madrid, a sólo dos pasos

● Los de Zidane, en una inspirada noche de Courtois, mantienen la ventaja de la ida para acceder a unas nuevas semifinale­s ● El mejorado Chelsea de Tuchel, escollo hacia la final

- M. Sánchez Gómez (Efe)

Renunció a todo el Real Madrid en Anfield. Al ataque, al gol, a matar la eliminator­ia. A todo, menos al tesoro más preciado, la clasificac­ión para unas semifinale­s que lo devuelven al camino de la gloria Europea con el sufrimient­o de una noche de perros ante el Liverpool.

Las semifinale­s, las primeras en tres años, sitúan al club de Chamartín como el equipo con más presencias en esta ronda de la historia y le medirán a un Chelsea en continuo crecimient­o.

Para ganarse el derecho a luchar por una aún lejísima decimocuar­ta, el Real Madrid aguantó en Anfield uno de los partidos más sufridos de su historia reciente. No por el marcador, sino por las sensacione­s.

Al Liverpool no le hacía falta público para ponerse a tono. Aunque el You’ll Never Walk Alone sonase en soledad, el espíritu de las 50.000 personas que hubieran copado las gradas en otra situación elevó los ánimos de un equipo que salió a apabullar al Real Madrid.

Comiéndose a los blancos, con hasta cuatro y cinco jugadores presionand­o la salida de balón, el

Liverpool maniató durante diez minutos en los que Thibaut Courtois sacó un mano a mano a Mohamed Salah y una palomita a mano cambiada a James Milner desde la frontal.

El belga sostenía al equipo, mientras el Real Madrid se contentaba con oler la pelota. Con mucha precaución, se olvidaban de ir como locos a por la puerta del brasileño Alisson Becker, para alargar las posesiones y enfriar un encuentro en el que el Liverpool solo demandaba ritmo.

A lo único que no renunciaba el Real Madrid era a las transicion­es ofensivas tras pérdida, y en una de esas el francés Karim Benzema, con dos recortes sobre Nathaniel Phillips en los que mareó al central, se encontró con el palo.

Una vez más, como en el Clásico ante el Barcelona, la madera rechazaba al Real Madrid, que se iba a marchar al descanso con un valioso 0-0 después de ver cómo Georginio Wijnaldum erraba una ocasión en la que, como si de un penalti con bote se tratara, envió la pelota al cercano Goodison Park.

El paso por vestuarios no cambió el plan del Real Madrid, aferrado al clavo de no recibir y sustentado en un Courtois que volvió a vestirse de ángel para sacarle un disparo a bocajarro a Firmino.

Sólo las carreras aisladas de otro brasileño, Vinicius Jr., desahogaba­n a un Real Madrid acogotado, incapaz de mostrar la superiorid­ad que se vio en Valdebebas. La hoja de ruta era resistir y los de Zinedine Zidane vivían cada minuto con el corazón en un puño, como si cada jugada fuera la última y el Liverpool estuviera a solo un gol de la clasificac­ión.

Diogo Jota, Salah, Andrew Robertson, Trent Alexander-Arnold... Todos rozaron el batir a Courtois. Todos sin acierto. Mientras Jürgen Klopp agachaba la cabeza en la banda, a sabiendas de que sin público esto podría haber sido otra cosa. Zidane se echaba las manos a los bolsillos y asistía tranquilo al funcionami­ento del plan. El Liverpool murió volcado.

Casemiro

Jugador del Real Madrid Sabíamos que iba a ser difícil, son intensos en su casa, pero el trabajo ha sido fantástico”

 ?? PETER POWELL / EFE ?? Militao y Firmino pugnan por un balón aéreo ante Casemiro.
PETER POWELL / EFE Militao y Firmino pugnan por un balón aéreo ante Casemiro.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain