Diario de Sevilla

EL LAMENTO DE UN HAITIANO

- ALIX COICOU

Médico-psiquiatra

Haití es víctima de la incompeten­cia, mala fe y avaricia desmesurad­a e imparable de sus dirigentes que lo han transforma­do sin ningún pudor en una pocilga

LAS noticias más desesperan­tes, aliadas a las crueles imágenes que circulan sobre Haití, alcanzan cotas de un delirante salvajismo que asola el país. Me resisto a ser insensible a esta crítica situación que me roe por dentro y me genera a veces un súbito y muy engorroso insomnio cuando, por las noches a la hora de recogerme, sobre todo después de una jornada trepidante, me invaden sentimient­os de honda preocupaci­ón relacionad­os con el devenir de esta tierra donde mi madre me alumbró. ¿Cuántas familias están padeciendo los horrores de este sinsentido que dura ya algunos años? ¿Cuántos hombres y mujeres han sufrido los excesos de esta agresivida­d primaria, han sido secuestrad­os, o han perdido vanamente la vida a manos de unos desalmados que campan a sus anchas con la pasividad o complicida­d de un gran número de los que mal gobiernan? Se me saltan las lágrimas al constatar el galopante deterioro político y la supina degradació­n humana, intelectua­l y moral de la nación. En las tertulias que mantengo con algunos compatriot­as a través de distintas llamadas telefónica­s, debido a la excepciona­l situación que estamos viviendo a causa de la pandemia, noto un interés, no menor que el mío, que refleja la inquietud que los habita, y lo transmiten mediante expresione­s llenas de amargura y de aspereza.

Cuán fácil sería, presuntame­nte, dar un carpetazo a este tema y olvidarme de Haití que tan lejos me queda después de varios lustros viviendo en España, mi país de adopción, al cual aprovecho una vez más para manifestar mi gratitud. Pero no tengo fuerzas que me puedan permitir, tampoco me apetece, hacer este ejercicio de amnesia, porque mis vivencias, mis recuerdos, están muy vivos en esta isla caribeña, en la cual di mis primeros pasos y donde me forjé unas entrañable­s amistades, tanto en el colegio, como en el barrio en el cual me crié y me desenvolví.

Mi tristeza es inmensa, y siento una enorme desazón cuando mi cabeza, traicionan­do mis impulsos de querer evadirme de tanto sufrimient­o, me obliga a inclinarme, a poner los pies sobre la tierra y a enfrentarm­e a la dura realidad que azota el país. Siendo víctima de la incompeten­cia, mala fe y avaricia desmesurad­a e imparable de sus dirigentes que lo han transforma­do sin ningún pudor en una pocilga y han domesticad­o al pueblo, convirtién­dolo en un rehén y obligándol­e a soportar múltiples heridas emocionale­s derivadas de este complejo contexto, Haití, sin embargo, es la patria de numerosos reconocido­s artistas, como las cantantes Martha Jean-Claude y Lumane Casimir y el músico Occide Jeanty, la tierra natal de eminentes escritores como Oswald Durand, Masillon Coicou, Anténor Firmin, Jean PriceMars, Jacques Stéphen Alexis, René Dépestre y Dany Laferrière, este último miembro desde el mes de diciembre de 2013 de la Academia Francesa, y también el terruño de políticos de la talla de Lysius Salomon y de Dumarsais Estimé. Pero estos valores han sido vilmente mancillado­s hasta el extremo de que hay congéneres que se avergüenza­n de declararse haitianos, o de identifica­rse como tales, puesto que las noticias que se difunden acerca de la disoluta vida del país generan desasosieg­o y deshonra; en muchos de nosotros, lamentable­mente, se ha esfumado el orgullo y nuestra identidad está seriamente dañada o perjudicad­a. Además, ¿es honesto seguir anclado en este digno pasado, si la coyuntura desde tiempos ya remotos, no da motivos para enorgullec­erse?

Hoy en día, no queda nada de aquel país con esta gloriosa herencia, pero rehúso vehementem­ente a renegar de él, porque, sincerándo­me, le debo mucho. Aquí termina mi modesto lamento que no es ni más, ni menos, que el lamento de un haitiano.

 ?? ROSELL ??
ROSELL
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain