Corazón y voz para seducir
Crítica de Música
LEONOR BONILLA
★★★★★
Ciclo de recitales líricos de la ASAO. Programa: Obras de F. Sor, M. García, E. Arrieta, P. Viardot, G. Fauré, Ch. Gounod, L. Delibes, G. F. Handel, G. Rossini, S. Mercadante, F. Moreno Torroba y F. A. Barbieri. Soprano: Leonor Bonilla. Piano: Carlos Aragón. Lugar: Sala Turina. Fecha: Viernes, 16 de abril. Aforo: Lleno.
El ciclo de recitales de la Asociación Sevillana de la Ópera no ha podido empezar mejor. De hecho, ha arrancado a un nivel tal que muy difícil se lo pone a los artistas que vendrán a lo largo del siguiente mes. Y todo ello merced a la apuesta (segura, por los resultados) por traer de nuevo a su ciudad a Leonor Bonilla, una de las voces punteras del panorama nacional y que, si mal no recuerdo, no cantaba por aquí desde aquellas sensacionales funciones de Lucia di Lammermoor.
El regreso ha sido triunfal desde el inicio al final de un largo y exigente concierto de hora y media seguida y sin las habituales piezas de piano a modo de alivio del cantante. Y con un programa complejo y muy demandante tanto en lo técnico como en lo expresivo.
Gracias a una técnica perfecta de emisión, con la laringe relajada, Bonilla pudo llegar con la voz fresca hasta el fin. La voz corre con naturalidad y se proyecta con potencia, brillo y metal, lo que combinado con una apropiada técnica respiratoria le permitió abordar largas frases y regularlas con delicadeza, como en la soberbia lección de canto que supuso su versión de Parad, avecillas, de Manuel García. Su fraseo fue siempre cincelado al milímetro a base de acentos y regulaciones, lo que combinado con la elegancia de su legato y la facilidad con la que aborda los Mi y Fa sobreagudos, levantó encendendido y reiterados aplausos. Combinación ideal, pues, de gracia y elegancia.
Carlos Aragón, a pesar del estado del piano, acompañó con mimo, con gusto y sentido del ritmo.
Espectacular coloratura y timbre brillante para un recital exigente