“Me siento muy atraído por la criminología y la ciencia forense”
Me gusta ser minucioso y procuro saber, por ejemplo, lo que ocurre en un cuerpo cuando entra una bala”
Desde su primera obra, Memento Mori, el vallisoletano César Pérez Gellida ha ido creciendo, tanto en lectores como en propuesta literaria, hasta convertirse en uno de los nombres indiscutibles del género. En su nueva novela, La suerte del enano, nos presenta a la imprevisible inspectora Sara Robles, que ha de enfrentarse a un criminal metódico, sangriento y muy inteligente. –Regresa a las calles de su Valladolid natal, y también a sus alcantarillas, de la mano de La suerte del enano y de Sara Robles, su protagonista. ¿Qué va a encontrar el lector en esta novela?
–Es un thriller negro y criminal en el que el principal ingrediente es la investigación, contada a través de una narración con un ritmo muy rápido, con varios giros argumentales y una protagonista, Sara Robles, la mujer que está al frente del grupo de homicidios de Valladolid, que es la que focaliza buena parte de la acción, ya que es la que se enfrenta a este sangriento atraco. –¿Se despide definitivamente de Sara Robles o es sólo un hasta luego?
–Me cuesta muchísimo despedirme de determinados personajes, muchísimo. Sara Robles es un personaje que recupero de una anterior novela ( Sarna con gusto), que aparecía de forma tangencial, y que ya supe que acabaría protagonizando una historia. Es muy probable que no sea su última novela, ya que es un personaje que me ha costado bastante interpretar, porque me cuestan los personajes femeninos, y tras meterme dentro de la cabeza de esta inspectora he establecido un fuerte vínculo que quiero seguir manteniendo en el futuro.
–Su obra siempre se ha caracterizado por su minuciosidad a la hora de describir los procesos policiales, algo que curiosamente suele ser bastante ignorado, cuando no interpretado, por los autores de género.
– Yo me siento muy atraído por la criminología y la ciencia forense, y eso forma parte del sello identitario con el que yo escribo. Me gusta ser minucioso con esos aspectos, y procuro saber, por ejemplo, lo que ocurre en un cuerpo humano cuando entra una bala, que se podría obviar, pero a mí me gusta contarlo. –El género negro, en España, ha pasado de la moda a la plena consolidación. ¿A qué lo achaca?
–Ese análisis es muy difícil. Porque una parte de la explicación procede de la demanda, o falsa demanda, alimentada por las editoriales, y cuando hay tanto donde elegir, de alguna forma se está adoctrinando al lector. Porque cuando en los “puntos calientes” de las librerías hay mucho de novela negra, los lectores acuden. Por otra parte, hay una hornada fabulosa de escritores y escritoras de novela negra en este país, que se han ganado su espacio. Hasta hace muy poco tiempo los escritores españoles de novela negra se contaban con los dedos de media mano, y ahora tenemos muchos y algunos muy buenos, que es una noticia estupenda. En mi caso particular, es el género que más leo, pero también es el que más me defrauda.