“La novela negra española ya se codea con la que nos llega de otros lugares”
Siempre fuimos solventes en este género pero antes eran pocos los autores y ahora somos muchos más”
El escritor y traductor barcelonés Toni Hill regresa a la novela con El oscuro adiós de Teresa Lanza, tras la celebrada Tigres de cristal. En esta ocasión, Hill se cuela en un conjunto residencial de clase alta en el que conviven las protagonistas de la novela, en contraposición a los inmigrantes que “se ocupan de sus tareas domésticas”, para desarrollar una trama de suspense con tintes sociales.
–En su nueva novela, El oscuro adiós de Teresa Lanza, se percibe muy claramente su formación académica: la psicología.
–Puede ser, porque uno nunca sabe lo que utiliza realmente a la hora de escribir. Es una novela en la que los personajes son muy importantes, porque la trama es importante, pero quienes la empujan son esos personajes que he creado. El retrato de las cinco protagonistas, así como de Teresa, es esencial. No sé si es más psicológica que Tigres de cristal, en cualquier caso me costaría mucho trabajo decidir cuál de las dos obras lo es más. –Su novela es un magnífico ejemplo de que el negro es un género desde el que radiografiar la realidad actual: inmigración, clases sociales, enfermedad mental, adopción. –El género negro lo puedes circunscribir a lo que es lo policial y lo criminal, a lo clásico, y que puede dar mucho de sí, dependiendo de la habilidad del escritor, pero que tiende a ser algo más limitado. O puedes, como hago yo, interpretar el negro, hacerlo mucho más amplio. Y lo hago a través de una mirada, que es oscura, pero es que el mundo es más oscuro, y lo que hago es incorporar determinados comportamientos, que dentro de una novela negra parecen mucho más escandalosos de lo que nosotros creemos. El origen de El oscuro adiós de Teresa Lanza no es otro que el de contar cómo el mundo de los privilegios se relaciona con su contrario, el de la inmigración sin papeles, que se ocupa de tareas que no queremos hacer. En realidad, es una novela que habla sobre el mundo, sobre cómo tenemos montada esta sociedad.
–Además de autor, también es traductor, lo que le permite tener una visión más amplia y global del género negro. ¿España ya está en la media o aún se encuentra lejos de otras escuelas, como la nórdica o la anglosajona?
–Sin ninguna duda, la novela negra española ya puede codearse con la que nos llega de otros lugares. En cuanto a la calidad, siempre hemos sido muy solventes, lo que sucedía es que antes eran muy pocos: Madrid, Silva, Bartlett, Martín… y ahora somos muchos más los autores. También ocurre que se está diversificando el género, dándole forma, introduciendo otros elementos. Hay una gran producción, en la que se cuelan cosas que están fatal, también hay que decirlo. Hay quien cree que escribir una novela negra es como contar un episodio de C.S.I. o de Mentes criminales.