La crisis dispara la emergencia social
• La reina Sofía visita las instalaciones del Banco de Alimentos de Sevilla, que se ha visto desbordado por las peticiones de comida
Una visita real en tiempos de auxilio social. La reina Sofía acudió ayer a las nuevas instalaciones que el Banco de Alimentos de Sevilla posee en Mercasevilla, donde conoció de primera mano la labor que esta ONG desarrolla en una época donde la necesidad de comida se ha disparado a consecuencia de la crisis desatada por el coronavirus. Los datos ofrecidos por esta entidad –que ha cumplido 26 años de existencia en la capital andaluza– avalan tal situación, que provoca que en menos de medio año se agoten los víveres que las entidades colaboradoras aportan, motivo por el cual su presidente, Agustín Vidal-Aragón, hace un llamamiento para que los sevillanos se vuelquen en las próximas iniciativas con las que conseguir más comida y poder, así, saciar las denominadas “colas del hambre” que han surgido con el Covid-19.
“Sevilla siempre ha colaborado cada vez que la hemos necesitado”, refería Vidal-Aragón antes de recibir a la madre del actual Rey de España. Pero también es cierto que pocas veces antes se había sufrido una coyuntura como la que atraviesan numerosas familias desde la primavera pasada. En poco más de un mes, el volumen de peticiones se disparó e hizo peligrar la posibilidad de abastecimiento por parte de esta ONG, que en 2020 cumplió sus bodas de plata en Sevilla. Hasta marzo del pasado año se atendía, a través de las entidades a las que se provee de productos, a unas 40.000 personas. Sólo un mes después esta cifra llegó a las 52.000. La pandemia había estallado y con ella se habían perdido numerosos empleos o los miembros de muchas familias habían entrado a formar parte de un ERTE, lo que dificultaba el acceso a los alimentos más básicos.
Fue entonces cuando se ideó la primera Operación Kilo virtual, en la que se recogieron 600.000 kilos de alimentos, una cantidad que cubrió las necesidades de comida hasta noviembre. Medio año. Luego hubo que acudir a la Gran Recogida de Alimentos de diciembre para solucionar, al menos, la primera mitad de 2021. Se logró en vísperas de Navidad una cifra nada desdeñable: millón y medio de productos, mediante donaciones en las cajas de los supermer
La incidencia de la pandemia se evidencia en el nuevo perfil de demandante de comida
cados y por entrega directa de instituciones, empresas y personas a título individual. Pasado ya el primer trimestre del año, el abastecimiento, por ahora, sólo se garantiza hasta finales de junio. A partir de ahí, si continúa el actual volumen de demanda, podrían surgir problemas de suministro.
“Es cierto que cada vez que ponemos en marcha una campaña solidaria llenamos por completo la nave que poseemos en Mercasevilla. Pero tal como la completamos se va vaciando”, asegura el presidente del Banco de Alimentos, que recuerda que antes del Covid la mercancía permanecía más tiempo en los antiguos almacenes de Marqués del Contadero. Por tal motivo, para mayo ya se plantea una nueva edición de la Operación Kilo con la que afrontar, al menos, las necesidades hasta mediados de otoño.
El volumen de reparto actual del Banco de Alimentos se sitúa en una media de entre 600.000 y 700.000 kilos al mes. Hasta la primavera de 2020 dicha cifra era un 30% menor, ejemplo claro de cómo se ha disparado la demanda. Más datos que demuestran la terrible crisis social que ha provocado la pandemia: el pasado ejercicio, gracias a esta entidad, se pudo atender las necesidades de comida de más de 50.000 personas al mes, una cifra rara vez registrada antes y que también muestra síntomas de que la pobreza alcanza a más hogares.
Se trata de las denominadas colas del hambre de las que alertaron el pasado otoño los comedores sociales y diversas ONG que llevan años de experiencia con la asistencia a familias sin recursos suficientes. En este punto debe hacerse un inciso, ya que el Covid también está cambiando el perfil de las personas que acuden a dichos ser vicios. Por un lado se encuentran las familias que llevan años sufriendo una pobreza crónica, mucho antes de que estallara la pandemia. Y luego quienes se han incorporado en el último año, que son miembros de hogares que “en poco tiempo” se han visto privados de ingresos suficientes para adquirir alimentos de primera necesidad. Es la gran tragedia de la crisis sanitaria y económica que se evidencia en los comedores sociales de la ciudad, y sólo hay que darse una vuelta por ellos a la hora en la que sirven el almuerzo para hacerse una idea de las graves secuelas
que provoca este virus. En tercer lugar hay un grupo de personas, también permanente, a las que ONG como Cáritas entregan o facilitan el acceso a productos para que se preparen la comida.
El Banco de Alimentos trabaja actualmente con 321 entidades a las que facilita los víveres que almacena en sus instalaciones. El año pasado la ONG repartió siete millones de alimentos, una cantidad que supuso la mejor celebración de su cuarto de siglo de presencia en Sevilla, ya que la conmemoración se vio bastante mermada por el coronavirus.
Uno de los logros más importantes en dicho aniversario fue la puesta en funcionamiento de sus nuevas instalaciones en Mercasevilla, donde poseen un local de dos plantas para oficinas y una nave de 2.100 metros cuadrados de superficie, que hace las veces de almacén.
Esta nueva sede fue la que conoció ayer la reina Sofía en la visita que realizó pocos minutos antes de las cuatro de la tarde, cuando llegó a Mercasevilla. Allí l a recibieron, entre otros, la presidenta del Parlamento de Andalucía, Marta Bosquet; la consejera de Cultura y Patrimonio, Patricia del Pozo; la directora general de Acción Social del Ayuntamiento de Sevilla, Emilia Barroso; el presidente de la Federación de Bancos de Alimentos (Fesbal), Juan Vicente Peral; y el presidente del Banco de Alimentos de Sevilla, Agustín Vidal-Aragón.
El recorrido se dividió en dos partes. En primer lugar accedió al edificio de oficinas, donde mantuvo un encuentro con los principales responsables del Banco de Alimentos de Sevilla, que le explicaron cómo la labor que realizan se ha visto incrementada a raíz de la pandemia. Tras permanecer en esta instalación media hora, donde se interesó por cómo se afronta el aumento de demanda de alimentos, se desplazó a la nave que sir ve de almacén de la ONG. Allí la recibieron varios patronos de la entidad –entre los que se encontraban el presidente de los empresarios sevillanos, Miguel Rus; y la empresaria de moda Raquel Revuelta– y los trabajadores y voluntarios del Banco de Alimentos, con los que se hizo una foto.
Doña Sofía mantiene una estrecha vinculación con este tipo de ONG, ya que la fundación que lleva su nombre firmó en 2012 un acuerdo de colaboración con los Bancos de Alimentos. A través de este convenio, el de Sevilla recibe anualmente una importante donación de leche.
La Fundación Reina Sofía tiene un convenio de colaboración con los Bancos de Alimentos