Diario de Sevilla

“A nuestro padre lo mataron de la forma más brutal”

● Los hijos de un hombre al que mataron de más de 80 puñaladas se oponen a la libertad de una de las investigad­as en el crimen, cometido en julio de 2020

- Fernando Pérez Ávila

A Juan Antonio Benítez Arellano le dijeron que la mujer presuntame­nte implicada en el crimen de su padre había salido de prisión y estaba de nuevo en su casa, la que fue también la escena del homicidio. No podía creerlo. Tan sólo nueve meses después, la mujer había recuperado la libertad. Dio un paseo a caballo y decidió tirar por la calle en la que se encuentra la vivienda para averiguar si la informació­n que había recibido era buena. Se lo confirmó un niño con el que se encontró.

Llamó a su hermana mayor, Rocío, y ésta telefoneó a su abogado en busca de una confirmaci­ón más oficial. El letrado no sabía nada. Habían celebrado unos días atrás una vista para que el caso fuera enjuiciado por un jurado popular y la defensa de la mujer había solicitado la libertad. Pero no se le había notificado aún nada, ni a él ni a su procurador. Unos días después le llegaría el auto por el que la juez de Instrucció­n número 6 de Sevilla, María Núñez Bolaños, decretaba la puesta en libertad de Marta M. D., la mujer de 42 años investigad­a por su presunta participac­ión en el crimen de Juan Antonio Benítez Colorado.

Aunque aún se está investigan­do el grado de participac­ión de ella en el homicidio, esta decisión judicial ha causado un profundo malestar en la familia de la víctima. Los tres hijos mayores (tiene otra hija de una relación posterior) han iniciado una campaña de recogida de firmas para pedir que Marta M. D. vuelva a ingresar en prisión, dada la gravedad de los hechos y el problema añadido de encontrars­e con ella paseando por el pueblo. Es más, el viernes 23 de abril, durante la recogida de firmas, la vieron pasar por la calle mientras decenas de personas firmaban por su vuelta a prisión.

Además, la familia ha solicitado el permiso para realizar una manifestac­ión de protesta por las calles de Valencina. La marcha saldrá del Ayuntamien­to y pasará por distintas zonas del municipio, entre ellas la casa en la que residía Juan Antonio. La intención de la familia es que la manifestac­ión se celebre una tarde de principios de mayo, pero ni el día ni la hora están cerrados aún.

Además de la recogida presencial, han abierto un caso en change.org para que toda la persona que quiera pueda apoyar la iniciativa de la familia. Los hijos de la víctima no entienden cómo puede quedar libre esta mujer a los nueve meses del homicidio, y sin que se le imponga ninguna medida cautelar como la prohibició­n de acercarse a la familia de Juan Antonio. El abogado que representa a los hijos, Alejandro Terrón, está preparando un recurso contra la libertad provisiona­l de la investigad­a.

La mujer mantenía una relación de pareja con su padre. Si se hubieran cambiado los papeles y la víctima hubiera sido ella, difícilmen­te uno de los implicados en un crimen machista habría salido de prisión a los nueve meses. Y la movilizaci­ón hubiera sido masiva, empezando por las diferentes fuerzas políticas que alzan la voz cada vez que se produce un asesinato de carácter machista.

Los hermanos Benítez Arellano atienden a este periódico en una cafetería de Valencina. Rocío, la mayor, lleva el peso de la entrevista. Francisco y Juan Antonio van apuntando alguna informació­n a medida que su hermana habla. El crimen de su padre se contó en su día pero apenas trascendió. No fue un caso mediático. Ocurrió a finales de julio y el cadáver se descubrió ya bien entrada la tarde. Sobre el asunto se decretó el secreto de sumario y apenas trascendió nada en su día.

Hoy, nueve meses después, se tiene una idea aproximada de lo que ocurrió en aquella casa del número 39 de la calle García Lorca de Valencina, gracias al atestado que hizo la Guardia Civil. “Aquella mañana, ella (Marta) llamó a mi padre 14 veces por teléfono para que fuera a su casa. Él no quería ir, pero al final fue. De hecho, lo vieron con ella por la calle. Incluso la Policía Local le dijo que se subiera la mascarilla porque la llevaba bajada. Él llegó como pudo, pues su casa está en las afueras del pueblo y mi padre estaba muy deteriorad­o. Caminaba con ayuda de una muleta”.

A Juan Antonio Benítez Colorado, de 59 años, todos le conocían en Valencina como Pituli. Su hijo Francisco explica que el apodo procede de que de muy joven trabajó con una señora que se llamaba Virtudes, y probableme­nte hubo una evolución fonética en la manera que él pronunciab­a su nombre hasta que se le quedó aquella palabra como mote.

Pituli vivió la mayor parte de su vida en Valencina, aunque estuvo un tiempo residiendo en Camas. Durante años tuvo problemas con las drogas, que nunca logró dejar del todo. Pero nunca fue una persona violenta e incluso era querido en el pueblo. “Nunca se peleó con nadie ni hizo daño a otros, sólo se lo hizo a sí mismo”. Hace un tiempo conoció a Marta e inició una relación con ella. Esta mujer no es de Valencina, sino que procede de Camas, donde tuvo problemas con su madre, según aseguran los hijos de la víctima.

Marta no es la autora material del homicidio. Ese papel le correspond­ió a José Alejandro P. N., de 22 años y natural de Dos Hermanas, a quien ella se habría encontrado unos días antes en el centro de Sevilla y lo metió en su casa. Este joven continúa en prisión provisiona­l desde que fue detenido el día de los hechos.

Los tres coincidier­on el 27 de julio de 2020 en casa de ella, una vez que Marta convenció a Pituli para que fuera con ella. Se sabe que Marta y José Alejandro acudieron a un supermerca­do cercano y robaron una botella de whisky, que se bebieron dentro de la casa. La familia de la víctima sostiene que Pituli no bebió, a lo que José Alejandro le habría respondido que quería verle mantener relaciones sexuales con la dueña de la casa.

La víctima se negó a lo que le pedían y fue atacada primero con la muleta que él mismo llevaba. “Ahí empezó el ataque. No hubo pelea porque mi padre no tiene heridas de autodefens­a. Empezó a darle con la muleta y

El presunto autor material del homicidio, un joven de 22 años, sigue en prisión

“Intentaron desmembrar­lo, aunque se ve que no pudieron, no era tan fácil”

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