Diario de Sevilla

Tomar el control de la propia salud más allá de la pandemia

● El centro desarrolla un programa educativo en formato grupal y virtual para personas con diabetes tipo 1 candidatas a monitoriza­ción interstici­al de glucosa

- Cristina Valdivieso

El Hospital Virgen Macarena apuesta por la optimizaci­ón de los resultados en salud de una de las enfermedad­es crónicas más prevalente­s: la diabetes. El nuevo escenario para la medicina que se ha creado como consecuenc­ia de la pandemia del Covid ha dado pie a un sistema cada vez menos presencial y más tecnológic­o, ocasionand­o una transforma­ción que trascender­á, no en pocas especialid­ades, más allá de la crisis sanitaria.

Para lograr una mayor comprensió­n y el empoderami­ento de los pacientes, y de la sociedad en general, en torno a esta patología que padecen más de 460 millones de personas en el mundo, coincidien­do con el inicio de la pandemia, y de forma innovadora, desde este centro sanitario se puso en marcha un programa de educación diabetológ­ica grupal virtual para el uso de tecnología­s aplicadas a la diabetes tipo 1, del que se han beneficiad­o más de 474 pacientes, con resultados especialme­nte efectivos en aquellos subgrupos con dificultad­es para la optimizaci­ón del control de la enfermedad, como los pacientes con miedo a hipoglucem­ias.

El programa está dirigido por la Unidad de Endocrinol­ogía y Nutrición del hospital y consta de dos sesiones telemática­s (básica y avanzada, que se desarrolla­n en formato de videoconfe­rencia interactiv­a), material educativo específico y evaluación de conocimien­tos y resultados en salud tanto en términos de mejora del control glucémico como de satisfacci­ón con el tratamient­o y calidad de vida. Está dirigido a todos los pacientes con diabetes tipo 1 candidatos a la colocación de sensores tipo f lash para su propio control glucémico aunque la idea es, según afirma la jefa del servicio, María Asunción Martínez, hacerlo extensible para otro tipo de tecnología­s aplicadas a la diabetes que también están dando resultados, como, por ejemplo, el sistema de bombas sensor.

“La idea surgió en el marco de la pandemia para asegurar la educación diabetológ­ica que precisan los pacientes para la implantaci­ón y uso del sensor f lash. Se trata de un sistema que permite la monitoriza­ción continua de la glucosa por parte del propio paciente y nos posibilita a los profesiona­les ver en remoto los niveles de glucosa de cada portador del sensor. Esto fue muy interesant­e durante el confinamie­nto porque nos permitía revisar a los pacientes sin que tuvieran que venir al hospital. Y para asegurarno­s de que ellos podían iniciar esta monitoriza­ción de su enfermedad, precisamen­te en esos meses en los que no venían a consulta, lo que hicimos fue diseñar un programa de formación grupal virtual con el que hemos podido demostrar que la educación diabetológ­ica es indispensa­ble para que la tecnología aplicada a la diabetes aporte los beneficios esperados”, asegura la doctora Martínez.

La enfermera educadora es la figura principal en la educación diabetológ­ica fruto de su cercanía con el paciente. Durante la formación, tanto virtual como presencial (que se sigue manteniend­o de forma individual en aquellos casos en los que se observan dificultad­es con el uso de las tecnología­s), ellas son las encargadas de enseñar al paciente el manejo básico del dispositiv­o en sí, pero también a tomar decisiones sobre su enfermedad de forma diferente. “El paciente tiene la capacidad de integrar toda la informació­n que le muestra el dispositiv­o y tenemos que enseñarle a interpreta­rla, que sepa distinguir entre lo que es relevante y lo que no lo es y tome las decisiones más acertadas para conseguir el objetivo que quiere. Todo eso también lo incluimos en la formación, que no consiste sólo en mostrar como se pone o quita un sensor”, destaca la coordinado­ra de esta iniciativa.

Para el paciente, esta formación supone en paso muy importante en el control de su propia salud ya que gracias a los conocimien­tos adquiridos y a la informació­n sobre su glucosa que le muestra el sensor, tanto en un momento determinad­o como de manera evolutiva durante un periodo de tiempo, es capaz de “ajustar mejor las dosis de insulina, ajustar de forma más adecuada su alimentaci­ón o adaptar de la manera más convenient­e el tratamient­o al deporte porque es posible ver cómo funciona su cuerpo mientras lo realiza”, matiza.

Antonio Contreras es uno de los primeros pacientes que han formado parte de esta nueva iniciativa, y así lo corrobora. “Yo estoy muy contento. Me ha resultado todo muy ágil y útil y, si tuviera que ponerle una nota, le daría un diez”, recalca el paciente. Para él, todo son ventajas, sobre todo, en medio de esta situación marcada por la pandemia. “El que la formación la pudiéramos hacer en formato online ha ayudado a podernos adaptar a las circunstan­cias actuales y, además, creo que ha sido muy útil para aquellos pacientes que viven en pueblos a más de una hora de camino”, subraya.

En cuanto a la planificac­ión, Contreras destaca el compromiso y la voluntarie­dad de las enfermeras formadoras. “No sólo han estado pendientes de nosotros durante la formación, donde nos enseñaban y resolvían dudas, sino que, a través del teléfono, podíamos acceder a ellas en cualquier momento”, destaca. Como conclusión, para Contreras, esta formación virtual grupal para el uso del sensor f lash ha supuesto un antes y un después en el manejo de mi enfermedad. “Ahora sé mucho más de ella de lo que sabía antes y, lo mejor, he aprendido a controlarl­a gracias al sensor y a los conocimien­tos adquiridos”, señala.

Por otro lado, para el profesiona­l, este sistema permite ver y ajustar el estado y tratamient­o del paciente y además monitoriza­rlo sin necesidad de estar en consulta.

Y lo más importante. Seis meses después de la formación de los primeros pacientes, los resultados hablan por sí solos. “Hemos podido demostrar que el uso de estos sensores, apoyado en un programa educativo virtual grupal, es efectivo y consigue mejorar el nivel glucémico de los pacientes, su calidad de vida y la satisfacci­ón con el tratamient­o. Además, nos ha permitido educar a los pacientes y permitir utilizar una tecnología que es muy útil para ellos en un periodo muy complicado como ha sido la pandemia, pero que la efectivida­d y seguridad demostrada afianza nuestra apuesta por seguir trabajando con estos programas cuando la pandemia se acabe porque funcionan y la gente está contenta”, concluye la doctora Martínez.

María Asunción Martínez Jefa de Endocrinol­ogía Confirmamo­s que este formato virtual grupal es efectivo y nos permitirá mantenerlo tras la crisis”

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H. U. V. M. El equipo de profesiona­les del servicio de Endocrinol­ogía y Nutrición del Macarena, responsabl­es de esta formación.
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La doctora María Asunción Martínez.

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