En largo y luego en corto
● Primero, envíos profundos y a correr; después, habilidad arriba en estático
El Betis va a ser Eurobetis por la capacidad de Manuel Pellegrini para hacer prevalecer sus virtudes, esto es su calidad en ataque, sobre sus defectos, que se concentran más en la retaguardia y en las aptitudes generales de la plantilla para defender.
Ante un Granada agresivo, intenso arriba, audaz en la presión, supo aguantar el tirón atrás sostenido por el nivel que aún conserva Claudio Bravo. Y en dos fases muy diferenciadas, el último cuarto de hora de la primera parte y el último cuarto de hora de la segunda, creó el peligro y llegó a los goles por dos caminos bien diferentes. En la primera, con lanzamientos en largo, a la carrera, para salvar esa presión nazarí. En la segunda, con el Granada más cansado y mermado por los problemas físicos, Pellegrini introdujo movilidad, dinamismo y creatividad en el juego en corto, en estático, con el ingreso en el terreno de juego de Lainez, Tello y luego Rodri. Los tres bailaron al son de Canales y esa insistencia trajo como fruto la cesión al portero y el posterior gol de Borja Iglesias. Un gol que sonó a himno europeo.
DEFENSA
El Granada de Diego Martínez es directo, intenso, porque cuenta con muchas piezas duchas en el juego físico, de contacto, muy bien dispuestas por su entrenador y con un ardor guerrero que los lleva a apretar mucho y más. Además, los tres jugadores más adelantados son rápidos: Antonio Puertas, Luis Suárez y sobre todo Machís, cuya chispa partiendo desde la izquierda trajo en jaque a toda la zaga verdiblanca.
El Betis empezó muy incómodo en la salida del balón ante esta propuesta del Granada y así, una pérdida de Guido muy atrás acabó en un tres contra dos que no fue gol de Luis Suárez por Claudio Bravo (21’).
En la segunda parte, los problemas llegaron por la falta de ayudas a Guido, lo que dio el control de la medular a Gonalons y compañía. Hasta que llegó ese error de Bartra en la cesión atrás.
ATAQUE
La intensidad de Ruibal por la izquierda desbrozó el camino del Betis en la primera parte. Sus carreras desbocadas tiran del resto. Con una salida de él y otra posterior de Canales y Joaquín que no cazó Ruibal por poco, el Betis vio que podía salvar esa línea de presión del Granada y que si lo hacía, prendía fuego. Lo hicieron Miranda, Ruibal y Borja con el pase en largo del primero, el toque con el exterior del segundo y el control y la definición del tercero.
En la segunda parte, el ataque no carburó hasta que Pellegrini tiró del banquillo. El ingreso de Lainez por Joaquín y Tello por un cansado Ruibal (72’) dio más combinación en corto arriba, zigzagueos. Rodri por William ayudó aún más a sacudir el árbol con ese juego en estático.
VIRTUDES
Dos formas de atacar muy bien.
TALÓN DE AQUILES
Detrás siempre tiembla.