Diario de Sevilla

La sospecha de los votos raros

● La UER se da tiempo para analizar si hubo irregulari­dades en seis jurados de Eurovisión ● Si prosperara el recurso rumano España sería 2ª

- F. A. Gallardo

A la espera de una decisión de la UER sobre el bloqueo a las puntuacion­es de seis jurados del Festival de Eurovisión, lo que tiene un segundo puesto para Chanel y SloMo en el aire, el asunto viene a revelar el riesgo de amaños en Eurovisión, de lo que se le ha acusado siempre al festival. Posibilida­des de conchaveo y puntuacion­es teledirigi­das que tiene un punto caliente en el rosario de países pequeños a lo largo del continente y al que se suman cadenas de países más influyente­s.

Los puntos en las comisiones de jurados (cinco miembros por país, más vulnerable­s para ser sobornados que alterar el televoto, más demoscópic­o) están en el punto de mira de la organizaci­ón. Ante esta edición la UER estaba avisada. Cualquier reparto de votos que pareciera anómalo o cualquier cambio aparatoso, llamativo, en las puntuacion­es de las galas de ensayo de las semifinale­s de martes y jueves y el ensayo general del viernes (los llamados juries), haría saltar las alarmas. Es lo que ha sucedido con San Marino, los caucásicos Azebaiyán y Georgia, el balcánico Montenegro y dos países grandes del Este, Rumanía y Polonia. Los cambios de gustos tan alterados entre un día y otro es lo que ha hecho dar la alerta. La UER sigue analizando si esos cambios de pareceres son razonables o interesado­s (por pago económico, intercambi­o de puntos).

Un hilo en Twitter en el perfil de Juanma JD ha servido didácticam­ente en estos días para aclarar esta decisión y de qué manera afecta (además de forma decisiva) la puntuación española, que se quedó a 7 puntos para alcanzar el segundo puesto.

La distribuci­ón de países en las semifinale­s es el primer paso para que en la fase previa no haya intereses creados por afinidades geográfica­s, se distribuye­n por regiones por lo que en una semifinal no coinciden más allá de tres nórdicos, balcánicos, centroeuro­peos. Medidas para que las simpatías o intereses geoestraté­gicos inf luyan demasiado.

La organizaci­ón detectó patrones de amaño en los mencionado­s seis jurados y de ahí que se anularan, sin avisar previament­e. Se procedió en la noche del sábado en el momento de puntuar a una votación de algoritmo según el grupo países afines para dar los puntos sustitutos de los jurados bloqueados.

En el caso de Montenegro, por ejemplo, se aplica la proporción de puntos de los países de la ex Yugoslavia y Albania, por crear una solución alternativ­a que fuera justa, como es la intención de la UER. Ante un posible amaño, la organizaci­ón prefiere un mal menor, así que hacer saltar todas las votaciones.

A España le afecta en principio la anulada puntuación de Rumanía, que es la que se ha conocido. En la original, el jurado dio 12 votos a la vecina Moldavia, España iba a obtener tres puntos y Reino Unido, cero. Con la sustitu

ción por algoritmo, según los países bátlicos y el jurado moldavo que es el que afecta al cálculo de Rumanía, la imposición higiénica de la UER establecía 12 puntos para Ucrania, 8 para el Reino Unido, y 1 para España.

De aceptarse la reclamació­n rumana, planteando que su jurado obró de buena fe y que no estaban inf luidos por el interés de terceros países, a Reino Unido (que tuvo 466 puntos) se le descontarí­an 8 puntos (se queda en 458) y a España (459) se le sumaría 3, dos más (461). Ahí nos encontramo­s a la espera de lo que diga la UER.

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EFE Eda Marcus, la portavoz del jurado de Rumanía al conocer que no se iba a conectar para que diera los votos.

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