La salud no se mercantiliza
En noviembre del pasado año tuve que ir a urgencias aquejada de un trastorno, a mi parecer, cardiovascular. Allí observaron que la frecuencia cardíaca estaba alterada, por lo que me administraron la medicación adecuada hasta que me recuperé después de estar en observación durante unas 8 horas. Días más tarde me hicieron una ecografía, prueba que arrojó el siguiente diagnóstico: Fibrilación Auricular Persistente (primer episodio). La medicación recomendada fue y es: -Apixabán (Eliquis) 2.5 mg en desayuno y cena. -Apocard 100 mg. Medio comprimido cada 12 horas.
Y aquí está el motivo por el que deseo que esta nota se publique: para que a un paciente se le recete y administre Apixabán es necesario que la Inspección de Farmacia lo autorice, ya que este medicamento es muy caro y la Seguridad Social no lo pasa (cuesta cerca de 90 euros). Me he entrevistado con mi médico de la Seguridad Social una y otra vez para saber cómo iba mi reclamación. La última vez que fui me dijeron que mi solicitud había sido denegada y que para que se me pudiera administrar Apixabán tenía que probar antes con otro medicamento que se llama Sintrom y que, en caso de no tolerarlo, es decir, en caso de hemorragia, ictus o cualquier otro problema cardíaco, entonces me prescribirían el anticoagulante en cuestión (Apixabán).
He insistido en mi lucha por conseguir ese visado y fui al cardiólogo para que me incluyera el Apixabán (Eliquis) en la tarjeta sanitaria. De momento, lo he conseguido. No sé si en lo sucesivo seguirán incluyéndolo en la tarjeta sanitaria o tendré que seguir reclamándolo. Es absolutamente impresentable que, por dinero, se arriesgue la salud de las personas. El Sintrom es mucho más barato y requiere de muchos controles. Al parecer, una dosis no adecuada puede ocasionar efectos no deseados, de ahí los controles recurrentes para eludir futuras responsabilidades. Y todo por dinero. Por otra parte, la calidad de vida del paciente se ve afectada, ya que tiene que someterse a cambios en su dieta, cosa que antes no estaba obligado a hacer.
La medicina avanza. Hay medicamentos nuevos. ¿Por qué la Administración, los políticos o quien deba hacerlo no se ocupan de una vez de resolver estas cuestiones? Habrá personas que puedan pagarse el Apixabán (Eliquis), pero ¿y los que no pueden? Deseo que quien deba hacerlo tome nota, modifique la norma y dé acceso a una medicina más moderna y eficaz por el bien de todos. El dinero no es todo en esta vida. La salud es lo más valioso. María Rosario Barrera (Sevilla).
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