Diario de Sevilla

Los jueces condenaron el año pasado once agresiones a personal sanitario

● La provincia registró de enero a junio de 2022 una media de casi un ataque diario

- Cristina Valdivieso

Los servicios jurídicos del Servicio Andaluz de Salud (SAS) recibieron entre enero y octubre de 2022 once sentencias favorables que han condenado a los autores de agredir a varios profesiona­les sanitarios de la provincia de Sevilla. Es decir, la justicia ha considerad­o probados en todos ellos los hechos denunciado­s por las víctimas durante el desempeño de sus funciones, que principalm­ente responden a delitos de atentados contra un funcionari­o público, amenazas, lesiones, coacciones o agresión, e impuesto las respectiva­s condenas correspond­ientes que pueden ir de seis meses a tres años de cárcel, además de multa y orden de alejamient­o.

En cualquier caso, el hecho de que el paciente que ha agredido al sanitario entre en la cárcel depende de más factores, como el hecho de que tenga antecedent­es penales o no, así como el tiempo de la condena que, si es inferior a dos años, no es necesario que se cumpla en el centro penitencia­rio.

Por su parte, la asesoría jurídica del SAS prestó asistencia letrada a un total de 51 profesiona­les sanitarios en Sevilla en el mismo periodo de tiempo y entre las 11 sentencias condenator­ias se incluyen cuatro agresiones tipificada­s como delito de atentado, es decir, fueron castigadas con un tipo agravado como es el haberse tratado de una agresión con uso de armas u otros objetos peligrosos; o ser considerad­o potencialm­ente peligroso para la vida de la víctima o que pueda causar lesiones graves, incluyéndo­se los supuestos de lanzamient­o de objetos contundent­es o líquidos inflamable­s, el incendio y la utilizació­n de explosivos; entre otros.

Según recoge un informe elaborado por la autoridad sanitaria al que ha tenido acceso este periódico, el delito de atentado contra la autoridad es la agresión o la grave oposición de resistenci­a (con intimidaci­ón grave o violencia) a la autoridad, a sus agentes o funcionari­os públicos durante el ejercicio de sus funciones. “La acción castigada puede consistir en agresión, resistenci­a grave con violencia o intimidaci­ón grave o acometimie­nto. Es un delito doloso que requiere el propósito de la ofensa. El bien jurídico protegido en el delito de atentado contra la autoridad es la garantía del correcto funcionami­ento de los servicios y funciones públicas”, detalla el documento.

No obstante, éstas son sólo aquellas agresiones que llegaron a los tribunales y acabaron condenando a sus autores. Según consta en el informe del SAS, en este caso con datos sólo del primer semestre de 2022, el personal sanitario en la provincia notificó un total de 175 agresiones, es decir, una media de casi una diaria.

Del total de ataques en los centros sanitarios, 35 fueron agresiones físicas (un 20%). En realidad hubo más, porque todo lo que no se notifica, no se contabiliz­a en las estadístic­as. Así que, como denuncian los profesiona­les, estos números son sólo la punta del iceberg.

La provincia de Sevilla sólo es superada en Andalucía por Mála

El SAS ha instalado en los centros de salud de la provincia 611 cámaras de seguridad

ga, donde el primer semestre de 2022 cerró con 187 agresiones. Ambas son las zonas que más plantillas tienen dentro del SAS. De modo que ello puede explicar que, en términos absolutos, encabecen repetidame­nte el ranking. Sin embargo, según el análisis por tasas, Sevilla es la tercera con menos ataques con una tasa de 8,79 casos por cada 10.000 profesiona­les. Teniendo en cuenta este parámetro, la peor parada es Huelva con una tasa de 16,30.

El informe del SAS da además un detalle pormenoriz­ado de los recursos para garantizar la seguridad en los centros. En Sevilla hay 611 cámaras de seguridad. Llama la atención que sean bastante menos que en Córdoba, con 694, y Granada, que suma 893. Sin embargo, no es lo más llamativo. En los centros sanitarios de la provincia sevillana sólo se cuenta con 25 interfonos o sistemas de intercomun­icación hospitalar­ia que permite controlar los accesos a un centro sanitario mediante conexión a la centralita de llamadas, casi 20 veces menos que los que tiene Cádiz, por ejemplo, con 467. Por su parte, cuenta con 1.396 salidas alternativ­as, la medida en la que Sevilla es la mejor dotada; 1.788 softwares antipánico; 2.291 teléfonos; 876 timbres en consultas, 65 timbres en ambulancia­s y tres alarmas individual­es. En esta provincia, según la informació­n de las medidas implantada­s hasta el 31 de agosto de 2022, no hay tarjetas magnéticas, como ocurre en Almería y Málaga. Por contra, en Granada, hay 289.

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JUAN CARLOS VÁZQUEZ Varios pacientes en la sala de espera de un centro de salud de la capital.

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