Diario de Sevilla

Dani Ceballos impulsa al Madrid

● El ritmo del utrerano lidera al equipo de Ancelotti para volver a situar en cinco puntos la distancia con el Barcelona ● Asensio y Vinícius materializ­an el triunfo sobre un roto Valencia

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2 0 Real Madrid Valencia

Courtouis; Nacho, Militao (Carvajal, 36’), Rüdiger, Camavinga;

Kroos (Fede Valverde, 67’), Modric (Tchouaméni, 67), Dani Ceballos; Asensio, Vinícius y Benzema (Rodrygo, 60’).

Mamardashv­ili; Foulquier, Gabriel Paulista, Diakhaby, Gayà; Hugo Guillamón, André Almeida, Musah (Comert, 75’); Castillejo, Cavani (Fran Pérez, 75’) y Samu Lino.

(52’) Marco Asensio.

(54’) Vinícius.

Alberola Rojas (castellano­Manchego). Amonestó a Nacho, Benzema, Asensio y Diakhaby. Expulsó por roja directa a Paulista (72’) por los visitantes.

Partido disputado en el Santiago Bernabéu ante 51.926 personas.

Al ritmo que marca un pletórico Ceballos, un Real Madrid de dos caras respondió al Barça, devolviend­o a cinco puntos la desventaja con el líder, gracias a un gran gol de Asensio y otro tras carrera veloz de Vinícius, que aumentaron la crisis de un Valencia inofensivo.

Alejado de la intensidad y la continuida­d en su fútbol exhibido ante la Real Sociedad, el Real Madrid regresó a la duda en su primer acto y se gustó en cuanto apretó el acelerador en el segundo para no ver la Liga alejarse a inicios de febrero. Ocho puntos con el Barcelona, teniendo que visitar el Camp Nou, habría sido una distancia históricam­ente insalvable. Asensio y Vinícius lo evitaron.

Tanto se habla de los ocho partidos que le esperan al equipo de

Ancelotti en febrero que a los jugadores inconscien­temente les afecta. Regula y ahí aparecen los momentos de incertidum­bre. Inundado de ellos está el Valencia, que encontró con la llegada de Voro algo de estabilida­d defensiva bajo un 4-4-2, con Castillejo en banda derecha para la ayuda defensiva con Vinícius y Lino en izquierda. El físico de Musah lo más cerca posible de Cavani, dificultan­do el inicio de jugada madridista.

Juntó Ancelotti a Modric y Ceballos buscando calidad en la posesión. No conectaron aunque hablen el mismo idioma con el balón. El momento de Dani es tan exuberante, ocupa tanto terreno, que aumenta la sensación de apagamient­o de Luka. El Madrid perdonó en el arranque, una clarísima de Asensio que le sacó Mamardashv­ili abajo en el mano a mano.

Según apareciero­n los rumores en la grada de un Bernabéu con césped en mal estado, también lo hizo Benzema. Inventó un taconazo que habría sido asistencia de oro para el recuerdo si Asensio, que la rompió de zurda antes de apostar por la colocación, no se hubiese topado con Paulista, salvador bajo palos. Pese a ello el Valencia no sufría. Daba síntomas de cierta debilidad defensiva pero encontró en el desacierto de Asensio un factor que aumentó su confianza. Se repetían protagonis­tas en una falta de Marco que salvó peinando el esférico Paulista, e incomprens­ible fue la acción del segundo pase de gol de Karim a Asensio que no golpeaba con precisión o el disparo blando de Vinícius escorado. Sin encontrar su fútbol, el Real Madrid había perdonado a un Valencia que nunca inquietó a Courtois.

En el maratón de partidos madridista cayó una nueva víctima, su defensa que mejor momento protagoniz­aba, Militao. Un problema muscular le dejó fuera de combate y provocó el regreso de Carvajal.

Más tarde las luces de alarma se encendiero­n por Benzema. A arreones, a golpes de individual­idad, Camavinga perdonó la última con una incorporac­ión con criterio desde su nueva demarcació­n de lateral, para estrellar su zurdazo en el lateral de la portería.

Se despedía el primer acto cuando llegó la acción de la polémica. Un despiste de Foulquier en su marcaje en un saque de esquina, permitió a Rüdiger marcar de cabeza. Lo celebraba el Bernabéu cuando desde el VAR avisaron al colegiado, que acabó anulando el tanto por una leve pugna entre Benzema y Musah.

Un partido más, el paso por el vestuario cambió el rumbo del Real Madrid. Dominador, desarmando al Valencia, encerrándo­lo en su terreno, el premio no tardó en llegar. Lo merecía quien más lo había buscado, Asensio, que en la más inesperada, con un zurdazo lejano marca de la casa, firmó un golazo.

En apenas dos minutos todo quedó sentenciad­o. Habitual en un equipo sin confianza como el Valencia que se desplomó. Con Ceballos gustándose, iniciando jugada con un taconazo, el pase al espacio de Benzema a la carrera de Vinícius. Velocidad y definición en carrera del brasileño. El Real Madrid se había desatado. En esta ocasión no hacía falta arrebato final.

El despertar madridista provocó la versión repleta de insegurida­d de un Valencia acechado por su situación. Un punto de doce. La ansiedad la digirió mal Paulista, que se tomó la justicia por su mano frenando con una patada a destiempo a Vinícius que le costó la expulsión.

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JUANJO MARTÍN / EFE Cavani recibe el acoso de Vinícius en el momento de dar un pase.

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