Diario de Sevilla

“No hay ningún riesgo de guerra nuclear en Ucrania”

● El principal asesor de Zelenski reconoce que “no es el momento de negociar” y apunta a “entre 350 y 450 tanques” como “necesarios”

- Marcos Méndez Moreira

Mijailo Podoliak es el asesor principal del presidente Zelenski, su mano derecha, para muchos el segundo hombre más influyente del país tras el presidente. Nos recibe en su despacho –convertido casi en apartament­o– del edificio presidenci­al, al que accedemos tras pasar varios y rigurosos controles. Las luces del edificio están apagadas por seguridad y los funcionari­os se mueven con las linternas de sus móviles por los pasillos alfombrado­s. En el despacho hay una gran mesa redonda, su escritorio y ropa y calzado acumulados por todas partes “Es así desde el primer día de la invasión”, dice. Se disculpa por habernos hecho esperar algo más de media hora, algo más que entendible dadas las circunstan­cias. Hacemos la entrevista en ruso, de hecho Podoliak lanza mensajes todo el tiempo tanto para los europeos como para el propio pueblo ucraniano, pero también para la sociedad rusa.

Ayer, una delegación de la Unión Europea, encabezada por Ursula Von der Leyen y Charles Michel, se reunió aquí, en Kiev, con el presidente Zelenski y parte de su gobierno. Sobre la mesa, la situación de la candidatur­a del país para entrar en el grupo europeo, y por supuesto, la situación de la guerra y la ayuda al país.

–¿Qué esperan de esta cumbre con la Unión Europea?

–Hay dos aspectos fundamenta­les a destacar de esta cumbre, el emocional-simbólico y el político. Por una parte envía un mensaje muy claro al mundo: en la etapa más cruel de la guerra, en el momento en el que Rusia está usando todos sus recursos para cambiar el rumbo de la misma, los mandatario­s europeos vienen a Kiev. Esto demuestra la solidarida­d europea para con nosotros y además es un modo claro de decir que los aliados van a seguir a nuestro lado hasta que la guerra termine con nuestra victoria. Por otra parte la cumbre nos va a servir para explicarle a Europa los cambios que estamos haciendo para poder entrar en la Unión. Que podamos demostrarl­es que estamos trabajando en lo que nos ha pedido.

–En las últimas horas hemos conocido varias investigac­iones contra la corrupción que implican a políticos y altos funcionari­os ucranianos. La corrupción es uno de los temas que más preocupa a Europa... ¿Qué medidas están tomando al respecto?

–La corrupción es un problema común de todo el espacio ex soviético. El presidente Zelenski es muy claro en esto: “Tenemos que ser un país transparen­te”. La guerra no puede ser una excusa para la corrupción. Es importantí­simo que la sociedad ucraniana confíe en el estado, pero también que podamos demostrar a nuestros aliados que no vamos a tolerar ningún tipo de corrupción, que hay control en la gestión pública. Con estos pasos dados demostramo­s que tenemos un estado fuerte, que no hay un caos generado por la guerra. La lógica es simple: tenemos que mostrarle a la sociedad y a los aliados que si alguien pretende aprovechar­se de su cargo tendrá que dejarlo inmediatam­ente. Habrá que investigar todos los casos denunciado­s y por último hacer que la justicia funcione, mostrarle a la gente que tenemos un sistema judicial en el que se puede confiar. En Ucrania no hay lugar para corruptos. Para nosotros la reputación del país es fundamenta­l.

–Hace unos días un miembro del Gobierno aseguraba que en dos años contaban con entrar en la UE. Ucrania logró el estatus de país candidato en junio del año pasado, Turquía lleva en esa situación 24 años, ¿qué les hace pensar que su caso va a ser tan rápido?

–Cada país tiene su propio camino hacia la integració­n. Nosotros estamos pagando ese camino con sangre de nuestra gente. Esta no es una guerra por territorio, es una guerra entre dos modos de entender el mundo. Estamos luchando por la libertad, la democracia y los derechos individual­es, como se entienden en España, por ejemplo. Creo que Europa va a tener esto en cuenta. Estamos pagando un precio altísimo por la libertad. En esta cumbre precisamen­te Europa analizará lo que hemos hecho para ingresar en el grupo y contamos con que nos diga que más tenemos que hacer. Es por eso que soy muy optimista con los tiempos de nuestro ingreso en la familia europea tanto a nivel cultural, como económico y político.

–Pero la Unión Europea no puede admitir un miembro nuevo que esté en pleno conflicto bélico con un país tercero...

–Europa entiende el coste de la guerra para nosotros, las causas y lo que el mundo se juega en ella, eso ya está hablado a distintos niveles. Europa entiende que esta guerra no se puede rematar a medias, no podemos permitir que Rusia logre ningún beneficio con ella, significar­ía que la legislació­n internacio­nal no sirve para nada. Dejar que Rusia gane algo con la invasión generaría mucha desestabil­ización en las políticas internas de los países socios, en el vuestro, en Alemania, en Francia... Por eso tenemos que ser rápidos y terminar esta guerra cuanto antes, pero para eso precisamos ayuda.

Somos consciente­s de que nuestro sueño europeo solo se materializ­ará después de la guerra.

–En las primeras conversaci­ones bilaterale­s después de iniciada la invasión, en Bielorrusi­a y de las que usted formó parte, Ucrania exigía la vuelta al estatus quo del 23 de febrero. Después de los sucesos de Bucha, y según ustedes por la presión interna, Ucrania ya no se conformaba con eso y quería recuperar el Donbás pero también Crimea –anexionada ilegalment­e en 2014–. A día de hoy, ¿cuándo dará por finalizada la guerra Ucrania?

–Cuando las tropas rusas salgan de todo el territorio ocupado, por supuesto eso incluye a Crimea. Cuando se vuelva a las fronteras reconocida­s internacio­nalmente. Esto, además, por lógica histórica ha de llevar a un cambio político en Rusia. Los mandatario­s rusos actuales han hecho ver a su población que la única salida para la superviven­cia rusa es la expansión. Cuando la sociedad rusa se dé cuenta de que no es así cambiará a sus élites. Luego tendremos que hablar de reparación, de persecució­n de crímenes de guerra y de una zona desmilitar­izada en la frontera entre ambos países, y con nuestros socios europeos negociar nuevas formas de seguridad mutua.

–¿Están negociando con Rusia ahora?

–No es el momento de negociar, Rusia no quiere negociar. Está atacando con sus misiles a la población civil. Es muy importante que sus lectores entiendan esto: solo hay un camino, ganar esta guerra.

Nosotros estamos pagando nuestro camino a la Unión Europea con sangre de nuestra gente”

–Hablemos de armas. Ya han conseguido los tanques, los aviones parece que dividen a sus aliados y llevan desde el inicio de la invasión pidiendo munición de medio y largo alcance que ahora parece que podría llegar. ¿Tienen algún compromiso concreto?

–Nuestros aliados saben en qué etapa de la guerra estamos y cuáles son nuestras necesidade­s. La guerra no es algo abstracto. Cada etapa precisa de unos recursos determinad­os. Nosotros analizamos los recursos que está movilizand­o Rusia y con base en eso calculamos nuestras propias necesidade­s. Primero precisamos misiles de 150–200 km de alcance para poder cortar el abastecimi­ento de las tropas rusas, ya estamos negociando sobre ellos, pero solo los confirmare­mos cuando los tengamos. Luego precisamos como mínimo dos brigadas de blindados de asalto, entre 350 y 450 tanques, con los que podríamos rápidament­e penetrar en los territorio­s ocupados y liberarlos. En tercer lugar artillería, y luego aviación para apoyar y asegurar ese avance. Estamos negociando, el propio presidente está negociando, nuestras peticiones son razonables.

–Bajmut lleva cinco meses de ofensiva, una de las más largas y costosas en número de muertos desde el inicio de la invasión. Allí

queda menos de un 10% de la población. Hay aliados que dudan de que este coste tan elevado sea rentable a nivel estratégic­o. ¿Por qué es tan importante Bajmut? ¿Puede darnos una cifra de pérdidas humanas diarias en sus tro

Europa entiende que esta guerra no se puede rematar a medias, no podemos permitir que Rusia logre beneficios”

pas en este frente? [Noto que esta pregunta lo incomoda, o por lo menos hace que su respuesta sea mucho más impulsiva, más emocional que hasta ahora]

–No se trata de un 10% de la población, se trata de nuestro territorio, de nuestras casas. Nosotros también tenemos miedo, claro que lo tenemos, y estamos pagando un precio altísimo por proteger Bajmut, pero no podemos dejarlo atrás. Esto demuestra cómo somos nosotros, y esto se tiene que entender claramente en Europa. Nuestros jóvenes están ahí dando la vida por el derecho a vivir en nuestras casas. Bajmut no es un lugar cualquiera, es nuestra casa. Si entendiese­n esto no preguntarí­an: ¿Por qué no se van? ¿Por qué no escapan? ¿Por qué no están dispuestos a firmar algo con Rusia? Nuestros niños quieren jugar en los parques de Bajmut, y yo no quiero que jueguen rodeados de militares rusos. Sobre las pérdidas humanas no le puedo contestar ahora. Será cuando termine la guerra y podamos verificar todas las pérdidas, una por una, cuando podamos dar esa cifra.

–Kyrylo Budanov, jefe de los servicios secretos ucranianos, dijo hace unos días que la ofensiva para recuperar Crimea de ningún modo va a desencaden­ar el uso de armas nucleares por parte de Rusia, a pesar de las advertenci­as de la otra parte y de la inteligenc­ia de varios países aliados. ¿Descarta ese uso?

–Nada de riesgo nuclear. Rusia está dispuesta a matar fuera de su territorio, pero los dirigentes rusos no quieren morir. Los países con armas atómicas le dejaron muy claro a Rusia cuál sería el precio de un ataque nuclear, esa asimetría no la quieren las élites rusas. No están dispuestos a morir. Vamos a recuperar Crimea con una ofensiva convencion­al, y en muy poco tiempo. La central de Zaporiyia está ocupada, pero controlada por el Organismo Internacio­nal de la Energía Atómica. No hay riesgo allí, a pesar de que Rusia siempre lo va a utilizar para chantajear al mundo. Yo le digo a la gente de Europa que no le tenga miedo a Rusia, que no escuche a Rusia y que haga lo que tiene que hacer.

Hacia el final de la entrevista Podoliak no deja de consultar su móvil. Yo le pregunto por un cuadro que me llama a atención, en un lado de su escritorio hay un lienzo sin enmarcar: claramente es un retrato suyo con dos enormes alas negras a los lados. Ríe, me dice que es un regalo y que sí, que es él. Yo insisto en el detalle de las alas negras y señalando la enorme mesa redonda nos explica que allí se sienta mucha gente: ministros, mandos militares etc. Que, para quien no lo conozca, ese cuadro es un aviso de cómo es, “y por lo visto funciona”, dice entre risas.

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HENNADII MINCHENKO / ZUMA PRESS / CONTACTOPH­OTO El principal asesor de la Presidenci­a de Ucrania, Mijailo Podoliak.

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